Ofensiva diplomática del Mercosur en suelo europeo por TLC

Setenta mil toneladas de acceso preferencial para la carne dijeron los europeos y el Mercosur quedó masticando grasa. Que la oferta es insuficiente e inaceptable. Que está por debajo de lo que las partes habían acordado. Que la propuesta no transmite voluntad política ni la decisión de formalizar un acuerdo para fines de diciembre.

Todo eso le hicieron saber, de una forma u otra, los negociadores del Mercosur a sus pares europeos en la última ronda de intercambio en Brasilia. Pero la cuestión quedó por ahí. Cada uno volvió a su casa sin bases sólidas para darle el último empujón al acuerdo porque, al menos a Uruguay, lo único que le importa de todo ese proceso es acceder a una buena porción de la torta para venderle carne a Europa.

Tras la frustración que constituyó la ronda de Brasilia en este punto, los estados parte del Mercosur comenzaron contactos al más alto nivel para ver cuáles serían los pasos a seguir. El camino que se decidió es el de la presión diplomática y por eso, de común acuerdo, los cuatro estados que integran el Mercosur instruyeron a sus representantes diplomáticos acreditados ante los países de la Unión Europea para que procuraran contactos conjuntos para lograr mejores condiciones.

Esta semana en varias capitales europeas diplomáticos uruguayos, argentinos, paraguayos y brasileños –en su mayoría embajadores- visitaron a interlocutores para exponer sus puntos de vistas. Esas delegaciones "de hecho" fueron encabezadas por Brasil –en su calidad de presidente pro témpore del Mercosur- pero eso no inhibió que cada uno de los países plantee sus posturas.

Aunque el partido de verdad se juega en Bruselas, la estrategia mercosuriana apunta a que la voz del bloque se escuche en todo el continente. En ese sentido, la cancillería uruguaya brindó lineamientos generales a sus embajadas para que pongan de manifiesto la insuficiencia de la oferta cárnica que los europeos pusieron arriba de la mesa.

El apoyo de la Unión Europea al Tratado de Libre Comercio con el Mercosur está dividido. El grupo de los que ponen obstáculos está encabezado por Francia y cuenta con el respaldo de Irlanda y Polonia. En el otro rincón del ring dan la batalla países como Alemania, Reino Unido, Finlandia y Suecia.

En las últimas horas Francia sumó un ladrillo más a su muro con el anuncio de que propondrá a la Comisión Europea que haya un cambio de mandato en la negociación para que se incluya en la discusión el tema de la seguridad alimentaria. El asunto no debería presentar incovenientes para Uruguay –por sus altos estándares de calidad que ya logró para ingresar a mercados tan exigentes como el europeo- pero sí puede complicar a otros socios del Mercosur.

El embajador francés en Brasil, Michel Miraillet, fue quien dio a conocer la noticia y señaló que cuatro o cinco países apoyarían a Francia en la reunión de la Comisión Europea de esta semana en Bruselas.

"No sabemos qué va a pasar, pero la propuesta se hará. El mandato es de 1999 y necesita cambios", dijo el embajador a la prensa.