"Ojalá esta película tenga el mismo cariño que El viaje hacia el mar"

El director uruguayo Guillermo Casanova estrena este jueves su último largometraje de ficción, Otra historia del mundo, basado en una novela de Mario Delgado Aparaín
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19 de julio de 2017 a las 05:00
Casi quince años separan a la nueva película del director Guillermo Casanova de su primer largometraje de ficción, El viaje hacia el mar (2003). Tras ocho años de intentar filmar el proyecto, titulado Otra historia del mundo, el trabajo de Casanova y su equipo llegará mañana a las salas de cine uruguayas.

Inspirada en la novela Alivio de luto de Mario Delgado Aparaín, la película narra el fallido plan de dos amigos –Gregorio Esnal (César Troncoso) y Milo Striga (Roberto Suárez)– para alterar la mudanza de un coronel (Néstor Guzzini) al pequeño pueblo de Mosquitos. Sobre sus intenciones creativas y la producción del largometraje, Casanova habló con El Observador.

¿Cómo surgió la idea de adaptar Alivio de luto en una película?
Cuando hicimos El viaje hacia el mar y leí el cuento de (Juan José) Morosoli y fue impresionante porque lo leés y decís: "Esto es una película", y hay tres novelas en Uruguay que todo el mundo quiere hacer.

¿Cuáles son esas novelas?
El cuento de El viaje hacia el mar y La tierra purpúrea, de William Hudson, que (el director) Charly Gutiérrez hizo en dos capítulos. La otra es La balada de Johnny Sosa, de Mario Delgado Aparaín. Después seguís leyendo a Mario y Alivio de luto es como una continuidad de La balada... pero más fuerte. Cuando lo leí, pensé: "Está buenísimo contar la historia desde otro lugar".

¿La historia como asignatura?
Contar la historia uruguaya reciente, de finales de la dictadura, desde otro lugar. Eso es lo que más me fascinó. La historia de Mario es una posibilidad de una gran alegoría. Poder contar historias que sucedieron desde otro lugar y cómo se adaptó la imaginería. Como uno se imagina ese relato fue adaptado a mi historia, de cuando yo era un pibe a finales de la dictadura y sentir que estás a finales de un lugar de mierda y que podés ser tan valiente como para pelearla. Podés ser un héroe. En esa época todos fuimos héroes. Porque sabías que podías hacerlo. No al principio, que eso fue el pánico. Esa es como la sensación de esas marchas y manifestaciones donde decís: "Voy a manifestar en la calle y sé que no va a pasar más de un sablazo o palazo". Pero eso era parte de la diversión también. A comienzos de la dictadura no era un sablazo, te metían para adentro y no sabías si ibas a salir y chau. Hay una gran diferencia. Esa sensación de poder contar una historia no desde la tragedia sino desde la comedia y la aventura, desde ese lugar, creo que está bueno.

La palabra "dictadura" no aparece en la película.
No se trata de la dictadura. Es una alegoría. Se fue generando a medida que la fuimos haciendo. La importancia de contar algo que no haga referencia a la historia uruguaya sino una alegoría del autoritarismo. Esto lo vivís en cualquier lugar del mundo o en un barrio de Montevideo en el que viene un tipo a tomar el poder de ahí, por ejemplo.

¿Cómo se involucra Inés Bortagaray como coautora del guion?
Hay dos protagonistas muy grandes, Roberto Suárez y César Troncoso, pero es una película muy femenina. En la novela hay una sola hija del personaje de Roberto Suárez. La dividimos en dos: la mujer mayor de 20 años y la adolescente que sufre de bullying al ser repudiada por el pueblo, por ser hija de un seudorrevolucionario. Empieza a sufrir algo que es terrible para cualquier adolescente que es el no ser aceptada por los demás. ¿Cómo vive eso una gurisa? Necesitábamos entrar a ese imaginario y creo que Inés en su literatura, sobre todo en sus cuentos y en sus guiones, tiene un poder femenino muy grande. Quería que estuviera presente esa sensibilidad que tiene Inés.

Pese a que luego de El viaje hacia el mar ha trabajado en el cine en diferentes roles (ver apunte), Otra historia... se presenta como su segunda película, ¿cómo se siente al respecto?
En la vida uno tiene muchos roles. Es padre, hijo, trabajador, y además dirige películas. Dirigir cine en Uruguay como única cosa no existe. Sí existe en los rubros técnicos. Podés ser fotógrafo, montajista y vivir del cine. Es una cosa que vas generando laburos. Si hacés dos o tres películas por año estás bien. Un director no. Un director está en un proyecto años y nadie te paga por escribir, guionar, buscar locaciones, buscar financiación que te lleva mínimo tres años. Esta película me llevó, si no es por la búsqueda de financiación, cuatro años.

¿Cómo fue colaborar nuevamente con César Troncoso después del crecimiento que tuvo su carrera tras su papel en El viaje hacia el mar? ¿Lo tenía en mente para el papel de Esnal?
Iba a ser al revés. El que iba a ser Esnal era Roberto Suárez. Pero Roberto iba a ser papá y me dijo: "Siete semanas no puedo desaparecer". Ahí cambiamos y fue: "César, tú hacés de Milo". Y está buenísimo.

¿Qué sigue para la película tras su estreno? ¿Quieren llevarla a festivales?
Dios proveerá (risas). Siempre fue así. Para mí y Natacha (López, productora del filme y esposa de Casanova) es importante dentro de la política, que no son los festivales. El viaje hacia el mar se habla mucho de que es una película querida, vista por 90 mil personas y que hizo el recorrido: fue a festivales y obtuvo premios. Pero eso no fue importante. No se publicitó tanto como que fue una película que se quiere. Y eso para mí es lo más importante de esto, ojalá que la película tenga el mismo cariño que El viaje hacia el mar. Es lo que uno quiere, y más a esta altura del partido. Antes querés fama, dinero y mucho rock and roll, pero cuando estás más veterano lo único que querés es que la gente la vea, le guste y sienta que compartís una parte de la historia. Lo digo sinceramente. No hacés esto por otra cosa. Si entra a festivales está todo bien y si no, no me preocupa. En este momento Latinoamérica está fuera del ojo. Antes ibas a todos lados. Hoy aunque hagas Persona de (Ingmar) Bergman, no la ponen. Ninguna película latinoamericana entró a (la competencia oficial de) Cannes este año. Vos decís: "¿Qué raro, no? ¿Antes estábamos en la selección oficial y ahora no?". Al revés, el cine latinoamericano crece y cada vez es mejor.

El viaje hacia el mar

La ópera prima de Casanova puede verse gratuitamente en Retina Latina (retinalatina.org), una plataforma de streaming orientada a la difusión del cine latinoamericano.

Filmografía

MAMÁ ERA PUNK (1988) El documental, considerado una pieza de culto, retrata a la juventud montevideana mediante entrevistas callejeras.

JAIME ROOS A LAS 10 (1993) El largometraje, también documental, retrata una gira de 42 conciertos del músico, recorriendo Uruguay.

EL VIAJE HACIA EL MAR (2003) La ópera prima de Casanova –en el género de la ficción– es una de las películas uruguayas más populares. Fue vista por 90.000, según la Entidad de Gestión Colectiva de Derechos de los Productores Audiovisuales (Egeda)de Uruguay.

Casanova también ha trabajado como montajista en Palabras verdaderas (2006), El cuarto de Leo (2009), Manual del macho alfa (2014) y Zanahoria (2014).

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