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Para algunos, el temporal fue peor que el de 2005
Unos 90 vecinos del Barrio Unidos y de la Cachimba del Piojo fueron evacuados de sus casas este miércoles, en buena medida por la crecida del Arroyo Pantanoso a causa del temporal. Muchos de ellos fueron llevados por la Policía a un local de las Misioneras Franciscanas del Verbo Encarnado, mejor conocido como “La Casilla”, ubicado en la calle Laureles, en La Teja.
La hermana a cargo del centro se llama Mariana Marguery. Tiene 55 años y hace nueve que vive en el lugar. Allí funciona un centro CAIF, un centro adolescente y un aula comunitaria, explica.
"A mí no me saques sola, no quiero”, le dice al fotógrafo. Ella acepta salir en las fotos, pero con la condición de que esté rodeada de niños. Mientras tanto, algunas de las madres del Barrio Unidos que están en el salón de clase tienden en el piso unos colchones. La hora de dormir se aproxima, aunque muchos de los niños están pegados a la tele que está en una de las esquinas de la estancia. También hay una estufa a leña, frente a la cual una señora sentada en una silla se calienta junto al fuego con un bebé en sus brazos.
En el salón no hay hombres mayores. Solamente mujeres, adolescentes y niños. "Los hombres quedaron vichando las viviendas. Todavía capaz tenemos la desgracia de que nos roben lo poco que tenemos", asegura María Fernández (40), una de las vecinas del asentamiento que queda sobre los Accesos, a la altura del Polo Tecnológico Industrial (PTI) del Cerro.
Marguery explica que la situación es “totalmente especial” y que “La Casilla” no funciona normalmente como refugio. “Nosotros trabajamos con ellos porque tenemos un merendero en el asentamiento”, asegura. En él comen unos 50 chicos por día.
Alicia tiene 19 años y en su casa viven dos familias. En total son 23 personas: su familia está compuesta por ella, sus 10 hermanos y cuatro adultos; la otra por seis jóvenes y dos mayores. La joven explicó que este temporal fue mucho peor que el del 23 de agosto de 2005: es la primera vez desde que vive ahí –“desde que nací”, asegura- que tuvo que ser evacuada.
“(Tuve que salir) a las 10 de la mañana, más o menos. En mi casa se empezaron a levantar las chapas, mi padre atinó rápido a poner piedras y eso. Se nos cayó una columna, quedaron todas las casas con corriente", explica.
Los únicos que acudieron al lugar fueron los policías, quienes se llevaron a algunos de los vecinos para el improvisado refugio. En el Barrio Unidos viven unas 60 o 70 familias, estimaron.
“Los otros no querían dejar su casa sola y se fueron para el barrio, de nuevo. Había quedado más gente allá”, asegura.
Una visita especial
Alrededor de las tres de la tarde, la intendenta Ana Olivera fue a visitar “La Casilla” junto al alcalde de la zona, Gabriel Otero.
Marguery destacó que el apoyo de la comuna es muy grande y que el alcalde Otero siempre ha estado a disposición del centro. Contó que Olivera hizo una donación de championes y prometió apoyar con colchones y frazadas para los damnificados.
Sin embargo, varios de los vecinos del Barrio Unidos pretendían que la intendenta fuera al asentamiento, para constatar el estado en el que había quedado. "Nosotros queremos una solución para el barrio", exclama Jéssica (14), hija de María.
“(La intendenta) se portó bien, pero queremos que vaya a nuestra casa”, dice Julio César Pereira, de 15 años.
“Se está por caer una columna en mi casa. Está podrida y está sosteniéndose en el árbol de mi casa, se está por caer para adentro”, relata María. Las historias similares se suceden: otro vecino cuenta que al barrio no pueden ingresar camiones porque enganchan los cables que cuelgan por encima de las calles.
Los vecinos de la Cachimba del Piojo, en cambio, destacaron la actitud de Olivera. "¿Qué otra cosa iba a hacer?", se preguntaron varios.
“Ella vino, estuvo acá con nosotros y todo. Estuvo ella y el alcalde (Gabriel Otero)”, aseguró Deycer Correa (52).
