Nacional > Reciclaje

Una app para saber dónde llevar la basura reciclable

Ubica en un mapa del país los contenedores de basura e informa qué residuos deben ser depositados en cada uno de ellos
Tiempo de lectura: -'
04 de septiembre de 2017 a las 05:00
Solo en Montevideo se generan por día unas 1.200 toneladas de basura domiciliaria. Sin embargo, es mínimo el porcentaje que se clasifica en los hogares y termina en los lugares de reciclaje. De lo que llega, la mitad no sirve y esa realidad se acentúa aún más en el interior. Ante una perspectiva que va de mal en peor, y conscientes de la falta de educación en ese tema, la asociación civil Compromiso Empresarial para el Reciclaje (Cempre) y DATA Uruguay crearon una aplicación gratuita que muestra cómo y dónde se puede reciclar.

Dónde Reciclo UY, ya disponible para sistemas operativos Android e IOS, y en la web, permite acceder a un mapa geolocalizado donde el usuario puede ver los diferentes tipos de contenedores y qué se puede depositar en cada uno. La información abarca a todo el país, no solo a Montevideo, y permite buscar por el tipo de material que se quiere reciclar.

La idea es facilitar el acceso a los lugares de reciclaje, además de informar sobre cómo deben ser tratados los residuos, explicó el director ejecutivo de Cempre, Federico Baráibar al programa radial En perspectiva.

Consultado por El Observador Baráibar explicó que si bien hay miles de contenedores destinados a la clasificación o revalorización de residuos, están subutilizados; los residuos llegan mezclados y las plantas destinadas a procesarlos trabajan cuatro veces por debajo de su potencial.

"Necesitamos que la gente clasifique mejor", dijo Baráibar, lo que a su entender no se logra muchas veces por la confusión sobre cómo clasificar. A eso pretende dar respuesta Dónde reciclo.

Según la ubicación, la aplicación muestra los contenedores cercanos para reciclar tanto plásticos como envases, cartón, pilas o aceite. Para hacer una buena clasificación, el primer paso, explicó el director de Cempre, es identificar qué opciones para reciclar hay en el entorno. Luego, hacer el esfuerzo de clasificar en el hogar entre lo reciclable (papel, cartón, plástico, vidrio) y lo no reciclable (papel higiénico, pañales, colillas de cigarrillo, entre otros). Un paso siguiente es separar también el material orgánico, es decir, todos los residuos provenientes de alimentos vegetales y jardinería.

Con esa distinción, "se puede llegar a reducir 40% los residuos que generamos", dijo, lo que significa "un alivio enorme para el sistema".

Son los materiales reciclables: botellas, bolsas, tapas y envases de plástico; papel, cartón, vidrios, latas, tetrapacks, madera, ropa y trapos.

La clasificación depende sin embargo de la voluntad de los ciudadanos, y en ello juega un rol importante la distancia que deben recorrer para llevar los residuos separados. En ese sentido, las realidades son dispares. Si se compara Montevideo con el resto del país, salvo algunas iniciativas en Canelones y en Maldonado, el mapa no muestra ningún lugar donde poder deshacerse de los residuos ya clasificados. De todos modos, hay planes en Rivera, Flores, Maldonado, Rocha, Colonia, Soriano y Lavalleja que aún no han podido ser incorporados.

Evidentemente, dijo, entre Montevideo y el interior "hay un degradé" y a medida que se avanza en el territorio, "se pierde cantidad y calidad". Según Baráibar, el problema está en que en general faltan políticas específicas para atender el problema de la basura.
En el caso de Montevideo, si bien desde la intendencia se asegura que hay lugares para reciclar en todos los municipios, solo con dar una mirada al mapa de la app se puede apreciar que también hay diferencias.

El municipio B, por ejemplo, que incluye a los barrios Centro, Cordón y Ciudad Vieja queda manchado completamente de naranja. Allí funcionan los contenedores de la empresa CAP, que reciben materiales reciclables y también hay lugares específicos para depositar pilas o aceite comestible. Para este último, no obstante, solo hay un depósito en la Intendencia de Montevideo y unos cinco puntos en el entorno de Capurro. Pero hay otro tipo de residuos que no tienen dónde ser depositados como los aparatos electrónicos (calculadoras, agendas electrónicas o computadoras).

Son los residuos sin alternativa de reciclaje: papel higiénico, pañales y paños húmedos, toallas de mano y sanitarias, cerámicas, huesos, material de barrido, colillas de cigarro.

Baráibar explicó que en Uruguay hay sólo algunas empresas que se dedican a esa tarea pero tienen un costo para el usuario. "No existe regulación. Supuestamente la ley de residuos va a en esa dirección pero hoy hay que pagar para ello", señaló. Volviendo a los residuos domiciliarios si se avanza hacia el este en los municipios CH (Punta Carretas, Parque Batlle), y E (Malvín, Carrasco), las posibilidades de reciclaje van disminuyendo. Lo mismo pasa con el resto del departamento, y por ejemplo, tanto en Casabó, como en Santiago Vázquez o en Pajas Blancas, solo aparece disponible un lugar para clasificar y los vecinos pueden llevar los residuos a los supermercados, por el programa Tu envase sirve.

Pese a que algunos de los planes de clasificación llevan años en la ciudad, el avance demora. "La realidad de lo que estamos viendo es que no vamos mejorando", explicó el director ejecutivo de Cempre.

Colegio implementa plan basura cero

Ser el primer centro con basura cero es el objetivo de un plan de clasificación de residuos que comenzó a implementar el colegio Juan XXIII en agosto y que logró reducir a 38% los desechos que van a parar al sitio de disposición final en Felipe Cardoso.

Según dijo a El Observador el administrador del colegio, Antonio Carvalho, se trata de un proyecto de reciclaje interno, por el que se divide la basura en tres tipos: reciclables, que comprende papeles, cartones, latas y plásticos limpios; compostables, que es el material ogánico húmedo como yerba, café, té usado, cáscaras de frutas y servilletas, y los mezclados, es decir, restos de comida procesada, artículos de higiene personal y servicios higiénicos, bandejas de espumaplast, materiales de barrido, colillas de cigarro o bolsas sucias.

Para ello se colocaron envases de colores según la última normativa vigente, y que identifica lo reciclable con el color verde, lo orgánico con marrón y los residuos mezclados con el color gris. A ese cambio se sumó además una campaña de comunicación para lograr cambiar hábitos.

Por semana, el Juan XXIII genera entre 300 y 350 kilos de basura, dijo Carvalho. Hasta hace un mes, el 100% iba al sitio de disposición final, pero luego de implementar el proyecto Resuena, la cifra se redujo a 38%. "Los resultados fueron casi inmediatos", señaló el administrador del colegio. Los residuos orgánicos (30%) se transforman ahora en compost, y los reciclables (32%) se entregan a la organización San Vicente para su valorización.

El plan se realiza bajo el concepto de basura cero, que implica no desechar residuos que pueden ser reciclables, dijo Carvalho. "Es imposible no generar basura, pero la gran sorpresa fue que más del 60% no era necesario tirarla, sino que era reciclable y generamos 200 kilos de basura menos por semana", consignó.

200 kilos

Es la cantidad de basura valorizable –orgánica y reciclable– que logra rescatar por semana el colegio Juan XXXIII a través de un plan de clasificación de residuos. Solo el 38% termina en Felipe Cardoso.


Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...