Canales súper pesadas provenientes de corderos de madres híbridas y padres carniceros.

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Para lograr fidelidad hay que producir lo que el consumidor compra

Consideraciones a propósito del objetivo de ingresar al mercado de EEUU con carne ovina con hueso y del compartimento
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22 de julio de 2016 a las 05:00
A propósito de los alcances del desarrollo tecnológico denominado compartimento ovino, Gianni Bianchi Olascoaga, experto en el rubro, ha realizado un conjunto de consideraciones a El Observador Agropecuario entre las cuales expuso que "para lograr la fidelidad de los consumidores primero que nada hay que producir lo que esos consumidores están habituados a comprar".

El experto, tras reflexionar que en los últimos 15 años "ríos de tinta, minutos de radio y programas de televisión se han dedicado en Uruguay acerca de las posibilidades de lograr exportar al mercado americano carne ovina con hueso", destacó que "hasta la fecha pocas toneladas de carne de corderos del país han efectivamente ingresado a dicho mercado y ello a decir verdad no ha cambiado en nada la situación del rubro".

Tampoco ha existido un precio diferente por ese cordero compartimentalizado, puntualizó.

El propósito de su análisis, aclaró, "no es pinchar el globo, pero sí marcar con todas las letras que no alcanza con el compartimento ovino para lograr lo que se ha planteado como objetivo desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP)".

Bianchi Olascoaga recordó que Tabaré Aguerre, ministro del sector, en su momento expresó que el mercado no se conquista cuando se logra el acceso sanitario o cuando se tiene una mejora arancelaria; se conquista cuando se logra la fidelidad de los consumidores y ellos van a querer comer carne de cordero uruguayo todo el año y no los tres o cuatro meses en los que hoy Uruguay ofrece corderos.

Posteriormente insistió en que para lograr la fidelidad de los consumidores primero que nada hay que producir lo que esos consumidores están habituados a comprar: "En cualquier producción ello resulta básico y acá se ignora o se ha ignorado", señaló.

Producciones distintas


En el caso de Estados Unidos, la región del mundo que exporta a dicho país es Oceanía y ni Nueva Zelanda ni sobre todo Australia –que es quien más exporta– producen los corderos que mayoritariamente vende Uruguay y que "hasta donde conozco ocupan o han ocupado, para ser más preciso, el compartimento ovino".

En buen romance, expresó el experto, no todas las razas ovinas de Uruguay pueden gozar de la fidelidad de los consumidores americanos, entre otras cosas porque hay razas que son de engrasamiento temprano y exacerbado para los pesos de canal que habitualmente se comercializan en el mercado americano.

Añadió que el cordero que produce Oceanía en general, y Australia en particular, es un animal cruza que pesa al momento del sacrificio menos de 45 kilos, es magro y no tiene más de seis meses de edad.
Bianchi Olascoaga subrayó que "la pregunta del millón" es: ¿a qué pesos y edades se está pensando desarrollar nuevos compartimentos ovinos?

Bianchi: "¿A qué pesos y edades se está pensando desarrollar nuevos compartimentos ovinos?".

Explicó que "la interrogante es pertinente, porque hasta ahora han participado todas las razas laneras y doble propósito que la ciencia en Uruguay ha demostrado que no pueden cubrir las exigencias de peso, grado de terminación y sobre todo hacerlo a las edades a las que se debería alcanzar dichas exigencias".

Pero, además, "se dice que el mercado se abrirá en setiembre próximo, pero no se sabe para qué cantidad de corderos y tampoco se conoce a ciencia cierta qué diferencial de precio se va a obtener por abastecer ese mercado".

Agregó que todo indicaría que en setiembre próximo los animales de los eventuales nuevos compartimentos serían los mismos que abastecieron el que se desarrolló en el Campo Experimental del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), corderos de razas únicas o mayoritariamente de razas laneras y doble propósito nacidos en el 2015 y casi cortando los dos incisivos centrales.

"Si el Uruguay produce tres o cuatro meses en el año es porque las señales que brinda la industria han llevado a que los productores retengan el cordero nacido a fines de invierno-principios de primavera (que es mayoritariamente la época de partos en el país), lo desteten a inicios de verano, hagan la plancha hasta el otoño, para recién ahí y sobre todo en el invierno siguiente accedan a una alimentación de calidad que les permita ganar los 12 a 14 kilos y alcanzar la condición corporal campera mínima que se requiere en el único operativo de cordero pesado que funciona en el país", dijo.

Este modus operandi, a su vez, permite la obtención de un vellón extra que, si bien no paga el tiempo excesivamente largo e innecesario que se mantienen los corderos en el campo, es compatible con la forma extensiva y de baja prioridad frente a cualquier otro rubro (no complementario, como se dice) en que se produce corderos mayoritariamente en el país.

Sin considerar que si los productores vendieran el cordero con seis meses de edad, usando razas carniceras que inapelablemente mejoran la calidad de la canal y sobretodo de la carne, tampoco obtendrían –al menos hasta ahora ha sido así– un precio diferencial que los convenza a que su inversión en pasturas, genética y eventualmente asistencia técnica, valió la pena.

"Digo al productor, porque es claro que aún al mismo precio una cosa es liberar el campo de corderos a fines de su primer verano de vida y otra muy distinta es hacerlo a fines de el segundo invierno o primavera con los animales pisando el año de edad", afirmó Bianchi Olascoaga.

Hay claras ventajas sobre la primera opción sobre el sistema de producción en su conjunto al dejar espacio, tiempo y atención a otras categorías o incluso a realizar una segunda invernada de corderos si se tiene la suerte de conseguirlos con la raza, peso y sanidad adecuadas, acotó.

Figura oportuna


En resumen, destacó, se considera oportuna la figura del compartimento ovino para gambetear la barrera paraarancelaria que significa que no podamos exportar carne ovina con hueso, a pesar de que nunca se registró un brote en ovinos en un país donde toda la vida las vacas y las ovejas pastorearon juntas.

Uso de conocimientos


Se comparte lo que manifiesta el ministro, comentó Bianchi Olascoaga, "pero si no se usan los conocimientos generados por la ciencia en Uruguay –independientemente de que ello no guste a las sociedades de criadores de algunas razas del país–; si tampoco se transfieren claramente a todos esos productores la forma más idónea y rápida de alcanzar satisfacción en la demanda americana sin importar eventuales directivas de qué hay que decir y qué no se puede decir; y si la industria no diferencia (en el precio, porque no hay otra forma de incentivar a los productores) productos que claramente son diferentes, se seguirá con el piloto automático y el compartimento ovino no generará cambios significativos en la producción ovina del país".

"Podrá servir como mérito a las políticas del nuevo Plan Estratégico Ovino, podrá ser considerado en la lista de las tecnologías generadas por el SUL, se podrán seguir escribiendo y hablando muchos años más del tema, pero lo cierto y palpable es que cada vez hay menos corderos en el país y los que hay se producen mayoritariamente para abastecer un mercado que no es el americano y donde nuestros corderos no compiten en calidad con el cordero de Oceanía, a pesar de las ventajas de flete de Uruguay al estar a la mitad de distancia que Australia o Nueva Zelanda", concluyó.

La industria


A propósito de la concentración de la producción local de corderos en tres o cuatro meses del año, Bianchi Olascoaga destacó que "la industria ha esgrimido que su principal cliente es Brasil" y que el mismo "paga más el segundo semestre del año. También ha señalado que no hay volúmenes suficientes de otro cordero que no sea el que desde 1996 comenzó a vender. Sin embargo, en diferentes ámbitos agentes de la propia industria han manifestado que las canales ovinas no son homogéneas, los cortes no tienen los calibres deseados y no hay oferta todo el año".

Sin estímulos


“Se sabe que el productor, independientemente del rubro, responde a estímulos económicos y en el caso de la carne ovina no ha habido diferenciales de precio significativos que promuevan los cambios del tipo de animal a producir. Basta analizar la escueta diferencia de precio entre el kilo de lo que se considera cordero y el borrego para confirmar ello”, destacó Biancho Olascoaga.

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