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Pdvsa y Trenaco: el acuerdo que fue demasiado lejos en Venezuela

Cómo una firma pequeña se hizo con el mayor acuerdo petrolero del país
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28 de julio de 2016 a las 05:00
Alexandra Ulmer y Girish Gupta
Reuters

En agosto del 2015, la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) hizo pública una de sus mayores licitaciones en los últimos años: un multimillonario proyecto en la Faja del Orinoco, el mayor reservorio de crudo del mundo, diseñado para apuntalar su declinante producción.

De la nada, una pequeña empresa de transporte y comercio de petróleo de Colombia, sin experiencia relevante, venció a líderes de la industria para quedarse con el contrato de unos US$ 4.500 millones, según un documento de Pdvsa. Incluso para la opaca economía venezolana, fue un acuerdo que llegó demasiado lejos: inmediatamente, las alarmas se encendieron entre los socios extranjeros de Pdvsa.

Trenaco, con sede en Suiza, pero principalmente manejada desde Colombia, se impuso sobre las principales compañías de servicios petroleros después de reuniones con altos ejecutivos de Pdvsa en los seis meses previos a la licitación del proyecto.

Segura de que obtendría el enorme contrato para perforar 600 pozos petroleros, Trenaco comenzó la contratación de personal y la compra de equipos meses antes de ganar la licitación.

Sin embargo, las petroleras extranjeras –que habrían tenido que trabajar con Trenaco al ser socios de Pdvsa en varias empresas mixtas– protestaron que la firma estaba poco calificada y descapitalizada.

Las empresas internacionales dijeron que también temían que por involucrarse en un enorme proyecto público liderado por una contratista pequeña y opaca, se exponían al escrutinio de entes reguladores en sus países.

"Había señales de peligro por todos lados", dijo un socio de una empresa mixta en Caracas.
A pesar de los intentos de Pdvsa por convencer a sus socios de aceptar el contrato, las firmas extranjeras se negaron y el acuerdo se derrumbó entre diciembre del 2015 y enero de este año.

Reuniones de alto nivel

El acuerdo de Trenaco comenzó a tomar forma a principios del 2015, cuando altos ejecutivos de la firma se embarcaron en viajes semanales a Caracas para luego ser conducidos en caravanas de vehículos blindados a un piso del lujoso hotel Marriott de la ciudad, dijeron cuatro ejecutivos de alto nivel de Trenaco en Bogotá.

Los visitantes llegaban a Caracas para asistir a reuniones en la sede de Pdvsa y las oficinas de Trenaco.

Los cuatro directivos dijeron que, en ese momento, un nuevo jefe había tomado el timón en Trenaco: Alex Saab, un empresario de 44 años, de la ciudad costera colombiana de Barranquilla.

Saab tenía nexos con poderosas fichas del gobierno de Maduro y había hecho negocios con autoridades durante el mandato de Chávez, agregaron. También era cercano a gente en las altas esferas de Pdvsa.

En noviembre de 2011, Saab firmó un acuerdo en nombre de otra de sus empresas, una firma de construcción con sede en Bogotá llamada Fondo Global de Construcción, para edificar viviendas sociales para el gobierno de Venezuela. Incluso apareció en la televisión estatal firmando el acuerdo junto a Chávez y al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

Saab niega tener algo que ver con Trenaco. Ni los registros corporativos suizos, ni las cientos de páginas de archivo del registro colombiano obtenidos por Reuters, especifican quién es el propietario de Trenaco.

"No soy ni he sido empleado, ni accionista de la empresa que usted menciona, por lo cual no tengo nada que comentar al respecto", contestó Saab a Reuters. No respondió a una serie de preguntas detalladas. Su abogado dijo que ejecutivos de Trenaco se habían acercado a Saab para "hablar de negocios", pero que no estaba involucrado con la compañía.

Entrevistas y otras pruebas sugieren lo contrario. Cuatro altos directivos de la empresa ya desaparecida dijeron a Reuters que Saab estaba en pleno control de Trenaco. Ellos mostraron correspondencia interna de Trenaco y archivos de audio de WhatsApp con la participación de Saab.

Reuters autenticó la participación de Saab en los intercambios, poniéndose en contacto con él a través del número que utilizó en las conversaciones de WhatsApp.

Los cuatro ejecutivos de Trenaco han sostenido que la compañía estaba dirigida por Saab y otros dos hombres: Carlos Gutiérrez y Álvaro Pulido.

El trío se hizo cargo de la gestión de la empresa entre 2012 y 2014, cuando Trenaco estaba en la búsqueda de capital, dijeron las fuentes. Los detalles de la estructura de su propiedad, en el pasado y en la actualidad, son oscuros.

Investigaciones de la DEA

Por separado, la Administración para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos viene investigando empresas propiedad de Saab y Pulido bajo sospecha de lavar dinero proveniente de operaciones de narcotráfico, en su mayoría cocaína de Colombia.

El estatus de esta investigación no está claro y es posible que no se levanten cargos.
Un documento de Pdvsa del año pasado tasó el precio de referencia del proyecto Trenaco en US$ 4.500 millones, aunque personas familiarizadas con el asunto dijeron que el valor se redujo más tarde.

Cuando la licitación de Pdvsa fue publicada en agosto, las petroleras extranjeras solicitaron una prórroga de unas dos semanas para presentar propuestas, según aparece reflejado en el documento de Pdvsa. De las tres empresas, sólo Schlumberger presentó una oferta, y fue descalificada.

La propuesta de Schlumberger fue desestimada porque la firma estadounidense "no aceptó los términos y condiciones del modelo de contrato", señala el documento, sin dar más detalles, y porque el esquema financiero propuesto por la firma, que parecía involucrar el pago de dividendos que Pdvsa le debía a sus empresas mixtas, no fue considerado adecuado.

En época de bajos precios del petróleo, fuentes de empresas extranjeras dijeron que Pdvsa estaba buscando que la contratista financiara el proyecto con músculo propio, como propuso Trenaco.
Ejecutivos extranjeros dijeron que no recibieron una explicación de Pdvsa sobre por qué el acuerdo con Trenaco se cayó. En todo caso, fue una sentencia de muerte para la empresa colombiana que entró en liquidación en marzo de este año.

Los altos ejecutivos de Trenaco atribuyen el cierre de la compañía al colapso del acuerdo con Pdvsa. Incluso, algunos partidarios del gobierno están cuestionando la gestión de Maduro en el sector petrolero.

"Somos chavistas, somos revolucionarios, pero no somos estúpidos", dijo Johnny Jiménez, un operador y dirigente sindical de Pdvsa en Maracaibo. Agregó que la empresa ignoró las peticiones del sindicato de auditorías dirigidas por los trabajadores. "¿Cuál es el temor?, ¿a quién se protege?"

Preocupados por la corrupción y la ineficiencia, las empresas extranjeras en Venezuela dicen que ahora están presionando por un mayor control sobre los contratos que logran con Pdvsa, reduciendo el papel de Bariven, que ha estado involucrada en el pasado en otros escándalos.

Sin embargo, debido a que Pdvsa tiene una participación de al menos 60% en todas las empresas mixtas, los socios extranjeros por lo general no pueden tomar las riendas.

La determinación de Venezuela para limpiar la industria pronto podría ser puesta a prueba. Fuentes en Caracas y Bogotá aseguraron que Pdvsa está preparando una nueva licitación para perforar pozos petroleros en la Faja del Orinoco.

Mientras tanto, ejecutivos extranjeros en Caracas se quejan de que Pdvsa ha estado firmando contratos inesperados con empresas nuevas e inexpertas. En un caso, por ejemplo, una fuente de una empresa extranjera dijo que los trabajadores estaban alquilando luces de un contratista para iluminar campos petroleros, durante el día.

Más corrupción para una economía opaca

El acuerdo con Trenaco expone la opacidad y disfuncionalidad de la economía socialista venezolana. El país, hogar de las mayores reservas de crudo del mundo, atraviesa por una severa recesión, escasez de alimentos y medicinas e inflación de tres dígitos, mientras su población se debate entre la delincuencia y largas filas para abastecerse en supermercados, panaderías y farmacias.

Reuters revisó documentos de Pdvsa y entrevistó a decenas de ejecutivos petroleros extranjeros y locales, empleados y ex trabajadores de la empresa venezolana, sindicalistas, abogados y políticos.

Las fuentes describieron una cultura de corrupción que va desde lo trivial –un regalo a una secretaria para conseguir una cita con un alto ejecutivo de Pdvsa– a lo sistémico, como la canalización de sobornos a cambio de jugosos contratos.

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