Pedido de OIT para ocupaciones es impracticable, alertó experto

El experto laboralista Nelson Larrañaga afirmó que la recomendación efectuada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de permitir que trabajadores no sindicalizados y directivos de la empresa puedan ingresar al establecimiento durante una ocupación es impracticable. Esa sugerencia se realizó luego de una queja presentada hace siete años por las cámaras empresariales ante el organismo internacional que aún se mantiene vigente.

Este martes el abogado de Ferrere presentó en la sede de la Cámara de Industrias (CIU) el libro Estudios sobre relaciones laborales, donde compiló unos 50 trabajos publicados que en su mayoría fueron elaborados a partir de 2005.

Uno de los temas seleccionados por Larrañaga fue la huelga y otras medidas que no lo son, como el trabajo irregular, las ocupaciones y los piquetes.

El experto sostuvo que la huelga significa una actitud de abstención a trabajar para reivindicar algún reclamo.

"El tema es que se ha extendido el concepto de huelga, y se creó por parte de alguna doctrina la huelga atípica. La típica es la abstención de trabajar; lo atípico es lo que se sale de ese modelo, como las ocupaciones, los piquetes o el trabajo irregular", indicó Larrañaga. También enumeró el trabajo selectivo, o sea cuando por medidas sindicales no se realizan algunas tareas que, generalmente, son las más esenciales de la actividad que se desarrolla. "Pero nunca se puede hablar de huelga porque en esos casos hay trabajo", expresó.

El experto no comparte el concepto de que la ocupación es una extensión del derecho de huelga, que ha sido permanentemente utilizado por el PIT-CNT para defender esa medida.

"Es una creación de la doctrina que no tiene ningún respaldo técnico, está muy separado del concepto estricto de huelga. Una ocupación o un piquete es una actividad de tomar el establecimiento o realizar una barrera humana fuera del portón", expuso el experto.

Sostuvo que eso no tiene relación con el concepto de abstención de trabajar como lo es la huelga. "Hay una diferencia sustancial entre ambas medidas. El agravante que tienen la ocupación o el piquete es que no permiten el ejercicio de otros derechos fundamentales, como la libertad de trabajo, por ejemplo", dijo.

Entonces se refirió a la recomendación de la OIT. "Es impracticable lo que propone cuando dice que en la ocupación o el piquete tiene que estar garantizada la libre entrada de trabajadores o directivos de la empresa al establecimiento. En Uruguay eso es impracticable, porque no van a dejarlos entrar", afirmó Larrañaga.

Otro de los capítulos a los que refiere el libro es el de prevención y la solución de conflictos. El laboralista señaló que generalmente se utilizan dos opciones: la de negociación solamente entre empleador y organización de trabajadores o cuando se incluye a un tercer participante, que en el caso local es el gobierno.

Pero mencionó al arbitraje como una tercera opción. "Es un buen mecanismo", dijo a El Observador.

Explicó que se puede buscar un arbitraje cuando las dos partes por sí solas o con la intervención del gobierno no pueden alcanzar una solución para el conflicto. Allí, los involucrados alcanzan un acuerdo para designar a una o más personas que actuarán como árbitros. "Es un vehículo que se ha utilizado cuando un conflicto no tiene salida; allí decide un tercero que debe hacerlo en forma obligatoria", indicó el experto.

"El arbitraje es un procedimiento privado más rápido que el proceso laboral estatal porque la ley da muchas más opciones de fijar plazos o etapas de procedimiento. En dos procesos arbitrales que estuve, en menos de un mes se terminó el tema", recordó.