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Peña Nieto rechaza que haya sido un error invitar a Trump

El mandatario fue fuertemente criticado por reunirse con el republicano
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02 de septiembre de 2016 a las 05:00
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto rechazó que su encuentro del miércoles con el candidato republicano a la presidencia estadounidense Donald Trump haya sido un error, y explicó que se decidió a invitarlo para enfrentar de antemano algunas de sus posiciones, que son una "amenaza" para México.

"Estoy convencido de que los problemas, las amenazas y riesgos que se tengan hacia México hay que encararlos, hay que enfrentarlos", dijo Peña Nieto en una entrevista con la cadena Televisa, en la que fue cuestionado sobre si fue un error invitar a México a Trump.

El magnate inmobiliario arremetió contra los migrantes y calificó a los mexicanos de violadores y criminales desde que comenzó su campaña electoral.

El mandatario mexicano opinó que Trump no es una amenaza en sí mismo para México, pero que algunas de sus propuestas sí lo son, como su intención de deportar a millones de inmigrantes mexicanos, cancelar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte o cerrar la frontera con un muro.

Las declaraciones de Peña Nieto fueron realizadas luego de que Trump advirtiera durante un acto en Arizona que de llegar a la Casa Blanca seguiría adelante con la idea de construir ese muro, y que se lo haría pagar a México.

"Sí abordamos el tema del muro (en el encuentro): fui muy claro y enfático en que México no pagará tal muro. Fui claro en señalar que cada gobierno tiene derecho de hacer lo que quiera y le plazca en su frontera" conforme a las leyes, explicó Peña Nieto.

Pese al encendido discurso de Trump en Arizona, Peña Nieto sostuvo que "se aprecia un cambio de tono, un reconocimiento a la importancia de México", aunque admitió que esta primera reunión con el candidato republicano fue un "acercamiento" y que no "va cambiar todas las posiciones" que el magnate tenga sobre México.

La visita de Trump estuvo antecedida de una oleada de incredulidad y críticas que arreciaron tras el encuentro, pero la mayoría de ellas apuntaban más hacia Peña Nieto, a quien sus detractores vieron humillado y débil.

A la carga

Trump retomó la línea dura en su retórica contra los inmigrantes, un día después de su reunión con Peña Nieto, pero la virulencia y las contradicciones de ese discurso chocan con la necesidad de ampliar su base electoral.

El millonario buscó con su breve visita a México obtener algún tipo de credibilidad diplomática, aunque la rigidez de su discurso sugiere que cedió a las presiones de los sectores más conservadores, irritados con una posición más moderada sugerida en la semana.

En un encendido discurso pronunciado el miércoles a su retorno de México, Trump volvió a denunciar a los 11 millones de inmigrantes en situación irregular en Estados Unidos. En ese discurso, reiteró que su prioridad es remover del país a inmigrantes con antecedentes penales, a los que permanecen en Estados Unidos después del plazo legal de sus visas y a los que abusan de los servicios sociales.

Sin embargo, la mayoría de los estadounidenses apoya una reforma del sistema migratorio.

En la actualidad, el 77% de los electores apoya algún tipo de legalización para esos inmigrantes, de acuerdo con un sondeo divulgado el miércoles por la cadena Fox. A mediados de 2015 ese apoyo era de 64%, y en 2010 de 49%.

En este cuadro, Trump claramente camina en la cuerda floja.

De un lado, el Partido Republicano precisa recuperar la confianza del voto latino si desea retornar a la Casa Blanca, pero del otro lado la influencia del ala ultraconservadora Tea Party favorece la línea más dura expresada por Trump.

La reunión con Peña Nieto ofreció a Trump la posibilidad de presentarse como un político dispuesto a negociar, y ayer aseguró que de hecho hay un cambio en su posición. "Hay un cierto ablandamiento", dijo Trump en una entrevista radial. "Haremos todo en una forma muy humana", añadió.

Jacob Monty, miembro del comité hispano favorable a Trump, renunció a su cargo. "Es una decisión difícil, pero no estoy dispuesto a ser parte de su máquina de propaganda", dijo Monty ayer a la prensa.

En tanto, Tim Kaine, compañero de fórmula de la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton, dijo al canal MSNBC que el discurso de Trump contra inmigrantes no es nada nuevo. "Esa misma retórica ya fue usada contra los irlandeses, contra los ítalo-estadounidenses, contra judíos venidos del Este de Europa", dijo.

A su vez, el analista Peter Schechter, del Atlantic Council, cuestionó ayer la insistencia de Trump en presentar a los inmigrantes en situación irregular como el origen de todos los problemas del país. "La inmigración ilegal es un problema, pero tenemos muchos otros problemas que no tienen que ver con eso".

Un millonario con privilegios

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, sugirió ayer que Trump era solo un hombre proveniente de una cultura de privilegios y que eso le está jugando en contra en su campaña por la Casa Blanca. "Es un tipo que nació con una cuchara de plata en la boca. Y ahora se está atorando con esa cuchara", dijo Biden, para quien Trump es un candidato "ampliamente, totalmente, completamente desinformado".

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