Pequeños productores insisten contra la concentración de tierras

Explicó que existen diversas iniciativas que apuntan a entregar tierras a los pequeños productores como pueden ser el fideicomiso para este rubro que está a estudio parlamentario y que impulsa el Instituto Nacional de Colonización (INC), pero que resulta insuficiente.

La concentración de la tierra que a mediados de 2013 la CNFR lo trató con Mujica en una reunión de agenda abierta en la Torre Ejecutiva, sigue en la agenda de 2014. El presidente coincidió en que la solución a ese punto debe ser por la vía legislativa, pero hasta ahora no ha visto ningún avance en ese sentido, subrayó el dirigente.

La dirigencia de la CNFR entiende el discurso de que Uruguay debe producir, de que se debe dar lugar a los capitales que llegan del exterior para incentivar la producción y que cuanto más se produce más impuesto se recauda. Todo eso es cierto, pero en el tema de concentración de la tierra no se ha hecho nada, incluso se están devolviendo tierras de grandes superficies arrendadas y eso el gobierno lo tiene que tener en cuenta. Hay empresas con 250 mil hectáreas y con 100 mil hectáreas arrendadas en Uruguay y hay algunas con 50 mil hectáreas que las han devuelto y eso no es por impuestos, es porque plantan soja en cualquier lado y las tierras se agotan rápidamente y las entregan porque dejan de ser rentables y eso el gobierno lo debería tener en cuenta porque no hay seguridad en la continuidad del proceso productivo, dijo Buzzalino.

Hay además un buen plan de uso y manejo de suelos que es histórico, pero eso no soluciona la concentración de tierras, sostuvo.

Intentos tímidos

El dirigente afirmó que hubo dos intentos muy tímidos, primero el ICIR (Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales) que fue declarado inconstitucional y luego el Impuesto al Patrimonio que tampoco resolvió el problema, por lo tanto la concentración de la tierra debe ser legislada, aplicando un tope a la tenencia, según la ubicación geográfica, índices Coneat y sistemas de producción, entre otras exigencias.

La CNFR evalúa como muy positivo el reconocimiento que ha recibido como institución de los pequeños productores al ser convocada por el ámbito legislativo para expresar su opinión sobre temas de enorme trascendencia para el sector. Mencionó dos convocatorias en ese sentido de la Comisión de Ganadería y Agricultura de la Cámara de Diputados. En primer lugar para manifestar la posición de la gremial acerca del fideicomiso de tierras del INC, donde es claro que hay que fortalecer el instituto. Si bien es cierto que en estos dos últimos períodos adjudicó más tierras que en toda su historia, la demanda de pequeños productores, asalariados rurales y jóvenes es insatisfecha. Los US$ 100 millones que se le van a otorgar es una cifra importante, pero no arregla el problema. Por lo tanto, hay un tema colateral por el cual la CNFR está luchando que es la concentración de la tierra ya mencionada, sostuvo el dirigente.

Recursos de la megaminería

Respecto al otro tema que CNFR fue consultada refiere a la proyectada ley de megaminería, donde su inquietud está centrada en determinar lo que va a suceder con los recursos que se generen. Si esos recursos van a solucionar muchos problemas de los uruguayos: “Estamos de acuerdo, pero si todos esos recursos se marchan para el exterior entonces no sirve para el país”, indicó Buzzalino.

Destacó además como un paso importante haber cristalizado la vieja aspiración de integrar el Instituto Nacional de Carnes (INAC), delegación que habrá de compartir con Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), con lo cual habrá de cubrir un espacio en INAC representación de los pequeños ganaderos que son mayoría en su institución, dijo el dirigente. También se trabaja en diferentes emprendimientos, como por ejemplo los proyectos de fortalecimiento institucional con la Dirección General de Desarrollo Rural y principalmente en las mesas departamentales de desarrollo.

Normativa que exonera impuestos

Existe una inquietud importante que apunta a modificar la normativa de la ley 14.330 que regula las sociedades de fomento rural y por la cual las actividades que compiten con las empresas del sector privado quedan al margen de las exoneraciones impositivas. El rol de las sociedades de fomento rural es muy valioso porque por ejemplo contempla el papel de los pequeños productores que las empresas grandes no los tienen en cuenta. Esto ocurre en un momento en que el campo se ha transformado en un escenario muy competitivo porque la tierra es limitada y trae aparejado intereses muy grandes. Por lo tanto, la tierra, el agua y los recursos genéticos son cada vez más atractivos para empresas que antes no les interesaban estas actividades, dijo el presidente de la Comisión Nacional de Fomento Rural, Mario Buzzalino.