Irlanda es uno de los países que se posiciona en el mundo de manera muy similar a la de Uruguay: un país pequeño, serio, verde exportador de carne sana y producida respetando a los
animales.
Pero seguramente en muchos aspectos va delante nuestro. Mientras Uruguay sigue pensando que
ANCAP es algo tan perpetuo como la ley de la gravedad, los irlandeses se han lanzado a la carrera que ya otros países como Costa Rica han emprendido: ser un país que no use combustibles.
De acuerdo al sitio
http://inhabitat.com todos los partidos políticos de Irlanda menos uno firmaron una declaración en la cámara de Diputados de Irlanda que se transformará en legislación para derivar todas las inversiones del fondo estatal de 8.000 millones de euros fuera de las energías fósiles y apostar a liberar completamente el país del uso de estas energías.
La noticia tiene otro costado interesante, Irlanda tiene un fondo nacional de inversiones estratégicas. Como una reserva, pero que a diferencia de la estática y estabilizadora que tienen los Bancos Centrales es una reserva activa y dinámica en la que se invierte en el porvenir.
Pero lo más importante es que Irlanda inicia un camino que, además de ser éticamente el correcto, es una respuesta al alud de las energías fósiles que puede venirse de la administración Trump y es una herramienta de marketing que valoriza todos los productos del país y a Irlanda toda.
En la otra punta de la cadena de derivados del petróleo se sitúa el plástico. Otro producto problemático, que ha dado grandes servicios a la humanidad. Pero que debe ser evitado, sustituido, superado. Al menos en su uso más visible y contaminante, la bolsa de nailon.
El plástico, claro está es una material maravilloso y un logro formidable de la química. Pero con el problema grave de que no se incorpora a los suelos ni siquiera en cientos de años. No persistirá en su uso por cientos ni por decenas de años. Y sería bueno que Uruguay fuera vanguardia en ello. Como lo empieza a ser India, el país que más crece en el mundo y el que tiene una actitud de vanguardia en energía solar.
Esta semana la justicia de India prohibió el uso de bolsas y otros productos de plástico en Delhi para frenar la contaminación de las aguas y el aire del país. La decisión surgió a partir de las denuncias por la contaminación en el aire de la capital producidas por la quema masiva de plásticos en los depósitos de basura de la ciudad. De paso, que se hace en los depósitos de basura de Uruguay?
Esto puede parecer algo lejos, Delhi está del otro lado del mundo y tendrá sus problemas diferentes a los nuestros. Pero Buenos Aires ya ha hecho algo parecido. Ha prohibido desde el 1º de enero de este año el uso de las bolsas en los supermercados y ha repartido un millón de ecobolsas ya el año pasado, que pueden cargar lo que llevan cuatro bolsas comunes y son reutilizables. Una versión moderna de las "chismosas" que antes eran la norma.
En este momento en que buena parte de las mejores tierras de
Argentina emergen de una gravísima inundación, en tanto otras siguen sufriendo incendios. En estos momentos Chile tiene los peores incendios forestales de la historia. Uruguay puede sentirse afortunado del enero generoso en lluvias y que termina relativamente fresco. Pero debe ayudar a la suerte.
Si la capital de Uruguay algo tiene es un enorme problema con su basura. Y con sus perimidos combustibles. Cuanto antes avanzar sobre los dos extremos de la cadena de las energías fósiles mejor. l