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Policías de cuatro patas

Perros de Guardia Republicana encuentran drogas, explosivos, armas, atrapan delincuentes y liberan rehenes
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23 de enero de 2015 a las 20:59

Bergam es un pastor gris roble de un año y ocho meses que fue entrenado en Rusia para detectar explosivos. El 10 de enero, cerca de las 8 de la mañana, un grupo de efectivos de la Guardia Republicana junto a Bergam y su compañero Tronco –un labrador de dos años y medio que fue el primer perro entrenado en Uruguay– realizaban un patrullaje de rutina en la zona cercana a las torres del World Trade Center cuando identificaron algo cerca de unas palmeras. Fue gracias a los perros.

En el predio lindero a las torres se encontró un paquete sospechoso, se evacuó el lugar, llegó personal de bomberos y luego la Brigada de Explosivos del Ejército.
En Rusia, Bergam fue entregado a Quedri Márquez, encargado de la Unidad de Operaciones Especiales K9 de la Guardia Republicana, que realizaba un curso de especialización en búsqueda y detención de explosivos y prevención de antiterrorismo.

Esa unidad fue creada hace un año y medio y se compone de 11 personas, contando con dos entrenadores, y 16 perros.

Los canes se entrenan desde los 3 meses para las distintas especialidades. “El adiestramiento se realiza todos los días en horarios rotativos, con una duración máxima de 20 minutos e intervalos de dos horas”, explicó a El Observador Márquez, mientras Bergam no se despega de su lado pidiéndole mimos o juegos.

El método que se emplea tanto para el adiestramiento como para el entrenamiento es el juego. Si uno pasa cerca de los caniles en donde descansan estos animales, lo que se observa son perros amistosos sin rastros de agresividad. “Se hace un estudio previo del perro y se le van formando reflejos con ciertos ejercicios. La idea del juego es porque no se busca que el animal sea agresivo, para ellos su trabajo es un juego. Hay perros que prefieren que se los premie con juguetes, pero para otros es más efectivo el alimento”, expresó Márquez.

El adiestramiento del animal, dependiendo del perro, dura aproximadamente seis meses. “Se necesitan por lo menos dos años de entrenamiento para llegar a la excelencia”, agregó Márquez.

El vínculo que se genera entre el guía y el perro es muy fuerte, no solo por la relación sino por la confianza de ambos.

Como en la mayoría de los perros de trabajo, cuando cumplen 8 años se evalúa cómo está el perro y si este puede o no seguir en la tarea. En general a los 10 años se “jubilan” y se quedan como mascotas de sus guías.

Tipos de entrenamientos

De los 16 perros con que se cuentan en la unidad K9, dos están entrenados específicamente para la detención de estupefacientes. A los perros no se los droga para identificar las sustancias, sino que se les enseña a entrenar su olfato para distinguirla. “Los utilizamos, por ejemplo, en aeropuertos o terminales de ómnibus en donde pasa mucha gente y hay muchos bolsos. El perro está capacitado para distinguir el aroma si hay una bolsa simplemente con la dosis mínima de la sustancia”.

En la demostración que la Unidad de Operaciones Especiales K9 de la Guardia Republicana realizó para El Observador se pusieron en línea recta varios bolsos y en uno de ellos se puso dentro de una bolsa una dosis mínima de pasta base. Cuando el perro identifica el bolso se echa y lo rasca, como queriendo abrirlo. “Ahí es cuando el guía u otro efectivo abren el equipaje para ver qué sustancia es la que está dentro”.

Otra de las funciones que tienen los perros es la intervención táctica, para la cual la Guardia Republicana cuenta con dos perros entrenados. El animal está instruido para reducir a un individuo, ya sea si porta o no un arma. “El perro es mucho más rápido y ágil que nosotros y frente a una persona armada se le da la orden y él va directamente a la mano en donde tiene el objeto. En la mayoría de los casos se utilizan dos perros”, aseguró Márquez.

En el caso de una toma de rehenes los perros colaboran a la hora de reducir al individuo, sin apenas tocar al rehén, y se trabaja en conjunto con más efectivos de la fuerza. Según explicó a El Observador el teniente Jorge González, jefe de Unidad de Operaciones Especiales, trabajar junto a los canes es muy bueno, pero no se pueden utilizar en todos los casos. “No en todas las situaciones podemos contar con ellos, por ejemplo, si vemos que el delincuente que está con el rehén tiene el arma ya amartillada (cuando la bala está en la recámara lista para disparar) no se pueden usar perros porque con el impacto el arma se puede disparar y alcanzar a los rehenes”, expresó González.

Lo más importante para esos casos es que los perros están entrenados para hacer el menor ruido posible, no ladran a la hora de acercarse al delincuente, porque es muy importante el factor sorpresa.

“Con esto evitamos que la Policía realice disparos en zonas pobladas, para evitar daños colaterales”, explicó Márquez.

Bergam y Tronco son dos de los cuatro perros que están entrenados para la detección de explosivos. Según contó Márquez, esos perros tienen un entrenamiento especial, ya que se les enseña a usar su olfato en diversas áreas y a no tocar el objeto que identifican. “Cuando encuentran un dispositivo que puede ser explosivo o no, como puede ser un arma, estos perros se echan y apuntan con su hocico sin llegar a tocar el objeto”, agregó Márquez.

En la demostración realizada para El Observador se escondió un arma simulando la situación de que un sujeto la había descartado después de cometer un hecho delictivo. En un predio que era aproximadamente de las dimensiones de una cancha de fútbol, Bergam, junto a su guía Márquez, logró en 15 minutos encontrarla. “El perro sigue el rastro, pero uno lo guía para que rastree todo el predio. A veces uno se puede equivocar y confundir al animal, pero finalmente terminan encontrando lo que queremos”, explicó Márquez.

La Guardia Republicana aún no cuenta con perros entrenados para el rastreo de personas, pero se realizó hace poco una cruza entre un perro cimarrón y un barbilla que está siendo entrenado con este fin. “Es una muy buena cruza porque el cimarrón tiene mucha resistencia y el barbilla un muy buen rastreo”, insistió el encargado de la K9.

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