21 de Setiembre y Carlos Berg

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¿Por qué hay contenedores que tapan la visión de los conductores?

La IMM trata de evitar las esquinas a la hora de colocarlos, pero encontrarles una nueva ubicación puede llevar hasta cinco meses
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26 de noviembre de 2015 a las 17:48
Esta nota fue la más votada por nuestros lectores entre las preguntas sobre Montevideo que llegaron a través de la iniciativa "Queremos su pregunta". Fue votada por 1.137 de nuestros lectores de un total de 2.305 votos. La propuso el lector Walter Díaz.

Los contenedores de residuos son una especie de mal necesario que nadie quiere tener del todo cerca pero tampoco del todo lejos. Si sucede lo primero los vecinos deben muchas veces soportar basura tirada y olores desagradables por su acumulación. Si en cambio están lejos, deberán caminar más para tirar sus residuos.

Algunas veces la comuna decide cambiarlos de lugar para mejorar la operativa de los camiones y otras veces son los propios vecinos que, molestos con la ubicación, los corren hasta trasladar el mal olor a otras puertas. Pero el verdadero problema se genera cuando quedan en las esquinas, donde los conductores prácticamente tienen que adivinar si pueden cruzar la calle o no, debido a que el contenedor les saca visibilidad.

La intendencia recibe solicitudes todos los meses para modificar el lugar de un contenedor, pero no responde afirmativamente a todas. Una unidad de la comuna se especializa en determinar dónde debería ubicarse cada uno de estos enormes recipientes para la basura, dependiendo de la cantidad de gente que vive en la zona, las señales de tránsito y el circuito de recolección en el que está circunscripto. "Hay una cantidad de restricciones a la hora de decidir dónde ponerlos; por eso cuando la gente llama y se queja, muchas veces no tenemos una opción para cambiarlos de lugar", admitió a El Observador el director del Servicio de Planificación, Administración y Apoyo de la división Limpieza, David Guper.

Dónde ubicarlos


Contenedores mal ubicados 8-5-12
José Ellauri y José Scosería
José Ellauri y José Scosería

La primera regla que tiene la IMM para ubicar a cada uno de los 11 mil contenedores de Montevideo es que deben ser una zona con más de 3.000 habitantes y con una densidad mayor a 30 personas por hectárea. Si cumple este requisito el contenedor se incluye en uno de los 108 circuitos que recorren los camiones de Montevideo para recoger la basura.

Pero hay otras observaciones que la comuna toma en cuenta antes de decidir dónde ponerlos. En las calles de un solo sentido están obligados a ir del lado de la derecha, dado que es por allí que los vehículos recolectores tienen las palas para levantarlos. Si es una calle con doble sentido, el lado donde se ubique el contenedor va a depender del recorrido previsto por el camión, porque si se instala en la vereda equivocada obliga al trabajador a dar la vuelta manzana para levantarlo.

También depende de la infraestructura vial, ya que hay calles muy angostas, con cunetas o que no están preparadas para aguantar el peso de los camiones.

Deben estar instalados como mínimo a un metro de distancia de las salidas de autos o de los rebajes de cordón; no pueden ubicarse donde haya árboles que afecten el movimiento del camión recolector o donde haya señales de tránsito.

En teoría, tampoco pueden ubicarse en las esquinas hacia donde el conductor tiene que mirar antes de cruzar la calle. Si afectan la visibilidad de los autos, deben instalarse a más de diez metros del cruce. Aunque el Servicio de Planificación evita depositarlos en cualquiera de las esquinas para que el camión no tenga que detenerse en el medio del cruce a la hora de vaciar el contenedor.

"Los contenedores no deberían estar en las esquinas, salvo que no generen ningún tipo de problema". David Guper, IMM.

Al estar en la vía pública, los contenedores también deberían cumplir con las normas de tránsito: solo pueden ir en la calle si el lugar previsto para su ubicación no tiene restricciones de estacionamiento y, si las tiene, entonces deberían ponerse arriba de la vereda.

Pero por algún motivo u otro, siempre terminan apareciendo contenedores en lugares que no deberían estar. El director del Instituto de Seguridad y Educación Vial, Arturo Borges, señaló a El Observador que el incumplimiento de estos requisitos se sigue notando en las calles y que son un problema para los choferes. "Hay muchos elementos que producen inseguridad vial. Lo de la mala ubicación de los contenedores lo seguimos viendo", expresó.

Otra de las recomendaciones que tiene en cuenta el Servicio de Administración y Apoyo es intentar que cada vecino no tenga que caminar más de 80 metros para tirar la basura, aunque esto no siempre se puede cumplir.

Después de pasar por todas las limitaciones, los espacios disponibles en la vía pública para ubicar contenedores quedan reducidos a unos pocos. Entonces, cada vez que un vecino pide cambiar de lugar un contenedor, las autoridades de la comuna se agarran la cabeza. "Si accedés a todo lo que el vecino te va pidiendo, la cosa se complica", expresó Guper a El Observador.

Hasta cinco meses de espera

Luego de recibir las solicitudes de cambio de contenedor, una persona se encarga de ir unidad por unidad para constatar las denuncias de los vecinos y evaluar si es pertinente o no realizar las modificaciones.

Los que se intenta solucionar más rápido son los casos de contenedores denunciados por obstaculizar la visibilidad del tránsito, aunque el proceso de modificación puede demorarse hasta cinco meses, dependiendo de la zona en la que se encuentre trabajando el funcionario que evalúa los pedidos.

Contenedores mal ubicados 8-5-12
21 de Setiembre y Pedro Berro
21 de Setiembre y Pedro Berro

Los pedidos se organizan por municipio, por lo que puede pasar que el denunciante presente su solicitud cuando el inspector acaba de terminar de recorrer su zona, y entonces deberá esperar unos cinco meses hasta que al trabajador le vuelva a tocar ese barrio.

A pesar de que los contenedores en las esquinas son los que generan más complicaciones, la mayoría de los pedidos no son por este motivo, sino por el mal olor que molesta a quienes los tienen cerca. "Siempre se toma en cuenta cuánto hace que el contenedor está allí, como mínimo dos años, entonces se busca una opción válida para cambiarlo", explicó Guper.

Si no hay opciones, entonces el vecino deberá convivir con el contenedor en la puerta de su casa, hasta que una nueva evaluación determine el cambio.

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