Las precipitaciones que hubo al cierre de la semana pasada, intensas en algunas zonas agrícolas del país, generaron preocupación en el sector considerando especialmente el atraso en labores relacionadas con la siembra de cultivos de invierno.
Carlos Dalmás, productor y asesor agrícola en establecimientos productivos de Colonia y Soriano, explicó a El Observador que "desde el 7 de mayo no hemos podido reanudar la siembra", porque ha estado lloviendo con bastante frecuencia.
Detalló que en colza - canola y en algunas variedades de trigo lo ideal es realizar la implantación en mayo, para lo cual queda poco tiempo, generándose un atraso que "no es muy grave, pero sí complica".
Eso genera "un arrastre del atraso, porque no estás sembrando eso en la fecha ideal, pero igual habrá que hacerlo y entonces se atrasa lo otro, la siembra de otros trigos y de cebada", puntualizó.
"No es que estemos mal, pero pasan los días y las condiciones para la siembra de invierno no mejoran", sintetizó.
Se espera una nueva caída del área de trigo, dados los precios que no estimulan, pero a la vez crecerá el área con colza - canola.
En promedio, resta realizar la cosecha de soja en un 10% de la superficie sembrada.En relación a los cultivos de verano, concluidas las trillas en maíz y sorgo resta en promedio un 10% del área de soja, con productores que han concluido la labor y otros que de pronto tienen algo más que eso para levantar.
Si el estado del tiempo hoy es bueno, como ayer, es probable que en algunos casos hoy se reanude el trabajo de cosechadoras, tractores, tolvas y camiones, aunque en el grueso de los casos eso acontecerá mañana, una vez que las condiciones de los pisos lo permitan.
Si no hay más contratiempos, es probable que a más tardar en la semana que viene quede concluida la cosecha de la oleaginosa, que es el cultivo de mayor relevancia por área y por ingresos al país.
En relación al factor calidad, las últimas lluvias no han generado daños relevantes, "pero además el grueso de la zafra transcurrió en muy buenas condiciones, como hace mucho no pasaba".
El estado del tiempo durante casi todo el ciclo productivo fue óptimo, tanto que los rindes y las calidades obtenidas son las mejores en un cultivo, el de la soja, que cobró gran relevancia en el país recién en el presente siglo.
Lo que falta, admitió, es que el precio acompañe. En un escenario de precios bajos por los cultivos de invierno, especialmente en trigo donde "se empata o se pierde", el éxito del negocio se deposita básicamente en la soja, donde el precio no es el ideal para una actividad en la que hay costos que se aprecian como muy elevados.
El costo del gasoil, "que nos limita mucho el tema flete", se abona en pesos cuando la producción se comercializa en dólares "y tenemos un dólar planchado", lo cual "condiciona bastante el negocio", concluyó Dalmás.
Buenos rindes
Los rendimientos en soja han sido muy disímiles, dependiendo de la zona del país, no obstante en promedio se puede hablar de 3.000 a 3.500 kilos por hectárea para las sojas de primera y de 2.800 a 3.000 kilos para las de segunda. "Hubo picos de rendimiento que no se habían logrado otros años, lo cual se explica por el buen clima por supuesto, pero también por cuestiones de manejo; con el paso de los años se avanza en las variedades, el
clima manda, pero eso también incide", reflexionó Carlos Dalmas.