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Presiones contra Puigdemont crecen a poco de tomar decisión
Si confirma la independencia, España aplicará medida drástica
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16 de octubre de 2017 a las 05:00
El presidente catalán, Carles Puigdemont, tiene tiempo hasta este lunes para declarar o no la independencia de Cataluña. El gran dilema radica en proclamar abiertamente la independencia y empujar al Estado español a suspender la autonomía de Cataluña, o retroceder y encolerizar a los secesionistas que lo apoyaron.
Si contesta afirmativamente, tendrá hasta este jueves para rectificar. A su vez, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, responderá en ese caso con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Es una medida drástica y de consecuencias imprevisibles, que le permitirá intervenir las amplias competencias del gobierno catalán, como la salud, la educación o la policía regional.
Asimismo, Puigdemont aludió a su compromiso con los resultados del referéndum de autodeterminación prohibido del 1 de octubre. Sobre éste los independentistas dicen haber ganado con 90% en favor de la la secesión y una participación del 43%.
Por su parte, este domingo se realizó un homenaje a Lluís Companys, presidente catalán que en 1934 proclamó una independencia que duró diez horas. Seis años más tarde, un 15 de octubre, fue fusilado en Barcelona por la dictadura franquista (1939-1975). Puigdemont colocó una corona de flores en la tumba y en su discurso dijo: "En un día como éste, el gobierno y yo mismo queremos reiterar nuestro compromiso con la paz, el civismo, la serenidad, y también con la firmeza y la democracia como inspiradores de las decisiones que hemos de tomar".
Clara Ponsatí, consejera regional de Enseñanza, dijo a la BBC que "ignorar ese mandato democrático (derivado del referéndum) no está sujeto a negociación".
De igual forma, sostuvo que si se produjera un diálogo con Madrid será por "tiempos, condiciones y procedimientos", siempre de cara a una secesión.
El presidente catalán está viviendo un momento de presión, debido a que los independentistas siguen poniéndolo contra las cuerdas, pues le exigen cumplir el resultado de la consulta.
Oriol Junqueras, vicepresidente de Cataluña,había señalado este sábado que si hay un diálogo con el gobierno español o una mediación internacional, la "referencia" deberá ser "la construcción de la República".
Fuera de su gobierno, la CUP –un partido anticapitalista cuyo apoyo parlamentario es fundamental para la coalición de Puigdemont– dio por "imposible" el diálogo, y exigió al presidente catalán que proclame ya la República con "un acto solemne".
El pasado martes, Puigdemont creó desconcierto al declarar la independencia en la cámara regional y suspenderla enseguida. Entonces reclamó una mediación y el diálogo con Madrid.
Los problemas detrás de la independencia
Además del momento que está atravesando por la posible independencia de Cataluña, Carles Puigdemont se está enfrentando a dificultades políticas, económicas, diplomáticas y judiciales.
En su campaña por el referendo, prohibido por la justicia por inconstitucional, los independentistas aseguraron que las empresas no se irían de Cataluña y que, ante "los hechos consumados", la comunidad internacional los apoyaría.
Sin embargo, del 2 al 11 de octubre, 540 empresas hicieron gestiones para sacar de Cataluña su domicilio social. Entre ellas, los dos mayores bancos de la región, CaixaBank y Sabadell, el grupo editorial Planeta, uno de las más importantes del mundo en lengua española, o Gas Natural.
A nivel internacional, los más altos dirigentes de la Unión Europea (UE) también se pronunciaron contra una secesión unilateral, así como países latinoamericanos -México, Colombia, Chile- que mantienen estrechas relaciones con España.
Y por si no fuera suficiente, la justicia está investigando al gobierno catalán, incluido su presidente, por posibles delitos como el de desobediencia.
