“La expectativa era que los porcentajes aumentaran con relación al histórico dado que la primavera y el verano anteriores habían sido espectaculares, lo que redundó en esta zona de cría en una producción de forraje por encima de los normales. Efectivamente, así ha ocurrido, los porcentajes de preñez en general son muy buenos con excepción de la categoría vaquillona que estuvo por debajo de lo esperado y eso pudo haber incidido la sequía durante su período de crianza”, explicó.
No obstante, acotó que los ganados venían muy bien y que entraron al invierno con muchos kilos, muy por encima de lo normal. “Parecía que esto iba a seguir así pero, después del 20 de agosto, debido a heladas muy importantes que hubo en la zona, se comenzó a notar una caída importante en el estado de los ganados, sobre todo falta de fuerza, problemas en el parto y falta de forraje. Eso provocó grandes problemas en los ganados preñados. Si la primavera sigue como hasta ahora habrá una recuperación de los ganados que están pariendo, pero no sabemos si llegarán en condiciones ideales para recibir una nueva preñez. A esta altura del año es apresurado decir que habrá un entore atrasado, pero tendremos un entore tardío de no mediar una primavera buena con temperaturas más altas y buen régimen de lluvias”, dijo.
Agregó que el criador atraviesa una etapa muy buena por la demanda que está teniendo el ternero y que los valores por kilo son muy buenos, pese a que el bajo valor del dólar atenta contra la ecuación final.