El director de la Dinama, Jorge Rucks

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Problemas del agua “despertaron preocupación por el ambiente”

Director de Dinama, Jorge Rucks, afirma que detectó hace años problemas en el agua pero no fue escuchada
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18 de mayo de 2013 a las 20:15

Jorge Rucks trabajó 30 años para la Organización de Estados Americanos (OEA). Se volvió a Uruguay y al poco tiempo el presidente José Mujica le pidió que asumiera en la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama). Asumió con orgullo, porque se lo pidió un compañero de militancia del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros, pero al tiempo constató las presiones del cargo. “Era consciente que al enfrentar esto me metía en una situación como de jamón de sándwich: me iban a dar de todos lados”, dijo en entrevista con El Observador.

Tiene muchos ojos importantes que lo están mirando a la misma vez. ¿Cómo se siente esa presión?

Desde el momento que entré sabía que iba a poner la cabeza en un yunque, porque en un organismo que tiene que gestionar el ambiente es muy difícil satisfacer a las distintas partes. Siempre sabés que vas a quedar mal con uno o con otro.

¿Pero cómo se administran esas tensiones?, porque usted analiza proyectos que implican desarrollo para el país y puestos de trabajo.

Cuando analizamos un proyecto, lo hacemos de forma integral. Se analiza el impacto del medioambiente, pero también el social y económico. Se miden los puestos de trabajo que se generan, cómo se localizan los servicios…

¿La política cómo pesa?

La política entra a otro nivel. Es importante entenderlo. El análisis es técnico, y en la medida que es serio y seguro, a los políticos se les deja espacios chicos de decisión. Cuando hay fundamentos claros, el político los entiende. Yo soy político, y por eso en el fondo, quien toma la decisión final aquí es el director.

¿Defendería por razones políticas una habilitación que no tiene un informe técnico favorable?

Si lo tuviera que hacer, y tengo razones para hacerlo, y esas razones implican cosas que no han sido analizadas por el equipo técnico que son adicionales, primero las discuto. Hasta el momento tengo la tranquilidad de haber actuado sobre bases técnicas. Si me toca enfrentar una cosa así, o me voy, o pelearé mi posición en las instancias políticas que corresponda.

¿Cuántos proyectos está analizando a la vez la Dinama?

Se dan muchas autorizaciones de categoría A, que son las que no tienen impactos importantes. Si sacamos las A, y nos vamos a las B o C, hablamos de unas 60 al año. Son las que tienen cierto grado de complejidad.

¿Tiene equipo para enfrentar eso?

Al inicio de nuestra administración dijimos que la Dinama no estaba en condiciones de enfrentar todo lo que estaba en trámite, y eso generó una reacción positiva por parte del gobierno. Se hizo una autorización de fondos adicionales para contratar personal, lo cual al día de hoy cambia la situación. Hoy tenemos el personal necesario para enfrentar las situaciones básicas. No podemos decir que estamos satisfechos. La gente bien capacitada es demandada por el sector privado que paga mejor.

Los funcionarios no son full time. ¿Cómo impacta eso?

Tienen limitaciones. Nosotros nos movemos en el marco de los salarios que se pagan en el Estado, y en ese sentido es muy difícil competir. Gente de máxima calificación difícilmente trabaje full time aquí.

¿Por qué el gobierno tuvo que esperar a sentir los efectos en el agua para tomar medidas?

No fue así.

Se vio así. Reaccionaron después del episodio del verano.

Y tienen razón en percibirlo así. Pero nosotros venimos trabajando desde 2004 en el tema de la calidad del agua del río de Santa Lucía, no solamente con el monitoreo cada cuatro meses en 30 puntos de la cuenca, que lo hacemos hasta el día de hoy, sino que analizamos año a año cuál es el comportamiento. También fuimos a analizar las fuentes de contaminación del río, cuáles eran las causantes de ese deterioro durante los últimos cuatro años. Detectamos a nivel de fábrica por fábrica y ciudad por ciudad. Llegamos a las conclusiones que las causas de contaminación puntuales, como ciudad o industria, eran alrededor de 20% de la carga, y 80% proviene del sector agropecuario.

¿Entonces había conciencia?

Por supuesto. Están los estudios. Se sabía y se saben dónde están los problemas por exceso de nitrógeno, de fósforo. Se sabe que esto último era lo preocupante, y tomamos acción sobre eso. Trabajamos con el sector cárnico para resolver el problema del vertimiento de los frigoríficos, e hicimos los cálculos económicos. Exigimos controles. Hubo acciones. Se mejoró, y para eso podemos mostrar datos.

Consecuencias hubo, ¿y sanciones?

¿Cómo que no? Hemos planteado sanciones. Lo que faltaba era una integración de acciones para tener un bloque de medidas que de alguna manera pueda tener un impacto sobre las aguas.

Ese “bloque de medidas” es como de emergencia a una cosa que antes no se hacía.

No tiene carácter de emergencia. Es un momento para dar un salto cualitativo. La acumulación de medidas hace que si no se toman medidas integrales, la situación de recursos hídricos va a entrar a una situación irreversible.

¿Qué autocrítica hay?

Yo no digo que no haya, es una consecuencia lógica de un proceso que se venía desarrollando desde hace tiempo, y que la Dinama plantea desde hace tiempo como preocupación…

¿No escucharon a la Dinama?

Nosotros entendimos que a través de nuestros propios mecanismos íbamos actuando. En un momento empezamos a ver que se debían controlar los tambos, que no se controlaban. Lo empezamos a hacer desde el año pasado, y no a partir de los olores en el agua. Ya habíamos detectado el problema y sabíamos que se debía actuar sobre los tambos. ¿Cuál es el salto cualitativo? Que con este plan coordinamos con otras instituciones públicas un paquete de medidas que abarca a los tambos, feedlot…

Pero no lo escucharon.

Vos me querés hacer decir eso…

Es como cuando a una persona se le dice que “no fume”, y al tiempo, cuando tiene cáncer, se atiende.

Si lo queres enfocar de esa manera, de acuerdo. Esto despertó la preocupación por el ambiente. Como hay conciencia, damos el salto. Es la gente que también lo está discutiendo.

¿Alguno de los impactos ya constatados es irreversible?

Los recursos tienen una capacidad de adaptarse. Se le llama resiliencia. Es cuando se pega y se puede recuperar. Pero llega un momento que se pega tanto que no se recupera y es irreversible.

¿Y la cuenca del río Santa Lucía en qué etapa está?

Nosotros no estamos en una etapa irreversible. Los últimos análisis muestran que los recursos tienen problemas en ciertas áreas, no es generalizado en la cuenca. Estamos a tiempo de revertir los procesos.

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