Las pérdidas fueron estimadas en alrededor de 1,5 millones de kilos de arándanos por un valor de US$ 12 millones.
"Muchos productores decidieron dejar de cosechar" debido a que si lo hacen "pierden plata", ya que "los costos de producción superan el precio que se está pagando" por la fruta en los mercados, ya que Uruguay exporta el 95% de lo que produce, explicaron las fuentes.
Según los productores, se perderán 1,5 millones de kilos de arándanos en esta zafra
Los productores estimaron una cosecha de arándanos de 3 millones de kilos, pero "solo se exportarán algo más de 1,5 millones de kilos" en esta zafra que está finalizando. El buen manejo agronómico de las plantaciones permitió este año romper récord de producción, pero "por precio internacionales deprimidos no hay pedidos que cierren con los costos y se dejó de cosechar", remarcaron las fuentes.
Además, "se perderán más de 90 mil jornales potenciales, incluidos los jornales de campo, packing y logística, por un valor superior a US$ 3,6 millones en el litoral del país, donde se concentra la producción, estimaron las fuentes, y remarcaron que "la última semana los precios del arándano cayeron entre 12% y 15% por debajo del año pasado".
"Se perderán más de 90.000 jornales potenciales", según los productores
Sin embargo, los costos de producción "en dólares se ubican entre 15% y 16% por encima de un año atrás. La baja de precios y la suba de costos significan un impacto en los ingresos superior a 32% menos por kilo exportado", acotaron las fuentes.
La fruta que quedó en la planta o se venderá al costo "para no desalentar a los trabajadores del rubro", que son zafrales, aseguraron las fuentes.
En la actualidad, Uruguay posee 370 hectáreas con producción de arándanos, en su mayoría en el litoral del país –Salto y Paysandú–, y cinco empresas exportadoras que son abastecidas por unos 20 productores. El trabajo zafral de este año fue estimado por las fuentes en "más de 150 mil jornales".
La adversidad para los productores de arándanos, la estrella de la fruticultura uruguaya en la última década, se verifica luego de una zafra pasada afectada por una primavera irregular y en medio de un proceso de cambio.
En efecto, luego de llegar a unas 500 hectáreas plantadas, entre el litoral y el sur del país, se verificó un proceso de achique que aún continúa y que provocó la desaparición de predios en el sur, que ya no podían competir con menores costos de la fruta chilena.
Las empresas que pudieron se abocaron a una reconversión varietal con nuevas inversiones, y así pasar de una productividad de 10 mil kilos por hectárea a 15 mil y 20 mil kilos por hectárea–, proceso que continúa.
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