Proyecto Garmendia: tras los pasos de una vieja musa

Miand Mont es un usuario de Instagram que, asegura, encontró estas fotos que estaban tiradas en una vereda de Pocitos, sin que nadie les prestara atención. Eran unas 28 imágenes en blanco y negro, que mostraban diferentes momentos de la vida de una mujer anónima que, por alguna razón desconocida, habían quedado desperdigadas por el lugar. Miand Mont dice que entre toda la gente que pasó sin reparar en ellas, él paró, las juntó y vio que allí podía haber algo. ¿Una historia? ¿Un misterio? ¿Una búsqueda? Al final, lo que surgió fue una combinación de todo. De ahí nació el Proyecto Garmendia, una cuenta de Instagram que está evolucionando como historia en capítulos dentro de esa plataforma, con intrigas, misterios y desarrollos a partes iguales. Al cierre de esta edición, 587 seguidores la siguen con atención y comentando activamente los posteos.

Miand Mont (quien aclaró sus datos personales pero prefirió que se publicara el seudónimo para mantener el "encanto" del proyecto) contó a El Observador que inmediatamente supo que se podía hacer algo con esas fotos. "Era muy poética la imagen: unas fotos antiguas tiradas en la calle, ignoradas, pisoteadas por el vértigo de la actualidad. De por sí había mucha poesía en eso que había encontrado", explicó. Inmediatamente, ese mismo día, creó la cuenta del Proyecto y comenzó a subir las fotos de la mujer, al principio sin un criterio lógico y con algunas reflexiones o anotaciones que encontraba detrás de las imágenes, algo que fue cambiando cuando comenzó a descubrir parte de la historia detrás del hallazgo.

"Elegí la plataforma de Instagram porque era el medio más natural. Yo ya tenía una cuenta ahí y digamos que comulgaba con la forma estética que quería para esto. A partir de ahí, con algunos de los datos que se encontraban en las fotos empecé a recorrer los lugares que se mencionaban. Me fui a Los Talas, en Maldonado, que era la única dirección que aparecía inicialmente".

En ese lugar, averiguando sobre la mujer que resultó llamarse Clara Garmendia, encontró a un nuevo socio casi por casualidad. "Me detuve a preguntar por Clara cerca de Los Talas, cerca de Aiguá, y la casualidad llevó a conocer a Beto, un loco muy dado a las novelas de detectives y que tiene mucho tiempo libre porque está pensionado. Me dijo que quería sumarse al proyecto e inmediatamente le di el rol de investigador porque te imaginarás que un proyecto así lo que necesita es gente que quiera dedicarle tiempo, y a mí no me daba".

Y así, entre posteos de Instagram que sumaron "me gusta" y seguidores, de a poco se fue conformando un público fiel que sigue con avidez cada nueva pista que aparece en la búsqueda de las Garmendia, un público que incluso trascendió las fronteras nacionales. Por ejemplo, Mont explicó que uno de los usuarios que más interactúa con el Proyecto es un colombiano de Medellín, que además ha enviado ilustraciones inspiradas en el relato. Otra mujer envió un bordado con algunas de las frases que se fueron posteando desde Nueva York. "Hubo una inspiración para determinadas personas con inquietudes creativas a volcar ese talento a las Garmendia", aseguró Mont.

A partir de las fotos, de averiguaciones y de un encuentro con el propietario original de las fotos, los encargados del Proyecto Garmendia pudieron ir armando el rompecabezas de la historia de la mujer, que van publicando periódicamente en la cuenta de Instagram del mismo nombre.

Específicamente, la búsqueda sigue la vida de Clara Garmendia, una mujer de Maldonado que habría nacido en torno a la década de 1930 en la localidad de Aiguá. Lo que se sabe es que Clara era la mayor de tres hermanas y estaba muy unida con su hermana más pequeña, Concepción. También aparecen en la historia un par de hombres, entre los que se encuentra la persona con la que se encontraron los encargados del proyecto. Tras un evento trágico y fortuito, Concepción murió por una bala perdida y las cosas cambiaron para la mayor de las Garmendia. El relato sigue los años posteriores de la vida de la mujer, hasta que se pierde su rastro en Buenos Aires.

El final del proyecto todavía no está claro, pero para su creador sería una culminación ideal, por ejemplo, poder reeditar –o editar en caso de que no lo haya hecho– la obra de esta mujer, que por lo que ambos investigadores han descubierto hasta el momento, escribía poemas con bastante frecuencia, en su mayoría dirigidos a su hermana pequeña.

"Se trata de compartir una sensibilidad y de ver cómo la gente expresa esa sensibilidad a su gusto. Esa es una de las búsquedas".

El equipo del Proyecto Garmendia trabaja ahora con asesoramiento para la dirección de arte de las fotos. "Intentamos componer el relato de la búsqueda con la selección de fotos que creemos que mejor cuenta lo que va pasando".