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Punk elegante

De algún lado salió esa trilogía de sexo, drogas y rock and roll. Tal vez era algo que estaba en el aire. Aunque no la haya inventado Ian Dury, fue él quien le dio cuerpo de canción y transformó la frase en un estribillo irresistible
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30 de septiembre de 2014 a las 18:32

Fue uno de los primeros en darse cuenta de que punk y funk estaban separados apenas por una letra. Se contagió de polio a los 7 años en una piscina pública, lo que condicionó su vida. Pero aun con el lado izquierdo de su cuerpo semiparalizado Ian Dury no perdió el sentido del humor y la voluntad de ser alguien desde arriba desde un escenario. Se formó como artista plástico. Dio clases de arte pero fracasó comercialmente como pintor antes de metamorfosearse en compositor y músico. Su discapacidad no le impidió revelarse como el magnético frontman de una banda salvaje y elegante: los Blockheads. Será recordado por un título emblemático, incómodo e inseparable del imaginario rock, Sex And Drugs And Rock And Roll.

“Escribí esa canción porque pensaba que el sexo, las drogas y el rock and roll no son tan importantes; para decir: ‘piensen en otras cosas de la vida’”, según ha explicado. Por supuesto, sucedió exactamente lo opuesto y la canción —el primer simple que editó— se convirtió en un himno celebratorio de su tiempo: la segunda mitad de los años de 1970. “Si tuviera que optar entre sexo, drogas y rock and roll elegiría el rock and roll porque garantiza el acceso a los otros dos”, razonó, serio, en una entrevista durante una gira por Estados Unidos a principios de los años 80. Físicamente, Dury era una mezcla entre Lou Reed y Toulouse Lautrec. Tenía las facciones rudas, la mirada agresiva del neoyorquino y el cuerpo pequeño, tullido del pintor e ilustrador parisino. Su profundo acento “cockney” de las afueras de Londres lo hizo un artista aun más particular y distinguible, sumándose a la particular musicalidad que provocaba la fusión de disco, punk, music hall y letras ingeniosas, cargadas de sexualidad.

DANDY PUNK

La canción que le dio renombre fue editada en Inglaterra por el sello Stiff Records en un disco simple el 26 de agosto de 1977, con Razzle in My Pocket y Close to Home como lado B. En plena explosión punk, Londres era un caos de crestas, alfileres de gancho y tipos que devolvían las escupidas del público con botellazos desde arriba del escenario. Dury era un dandy en medio de todo esto. Y si bien no adhería a la estética imperante, ideológicamente estaba cerca de los eslóganes del momento, en particular del “do it yourself”. Ese es, justamente, el título de su segundo disco, lanzado en 1979. Dury compartió la autoría de la canción con Chas Jankel, el guitarrista de quienes pronto serían su banda, los Blockheads. Acostumbraba llevarle sus textos escritos a mano y sus ideas armónicas para que él les diera forma de canciones. En el libro biográfico Sex And Drugs And Rock And Roll: The Life of Ian Dury, Jankel relató que Dury le daba la letra de esta canción una y otra vez. Él la rechazaba porque el título le resultaba muy cliché, y a la semana siguiente volvía a ser otra vez su primera opción. Hasta que Dury le tarareó el riff de guitarra que estaba buscando, Chas lo tocó, le prestó un poco más de atención al texto y al juntarse música y letra… se hizo la magia. En el staff de Stiff Records —integrado por Elvis Costello, Nick Lowe, Wreckless Eric y otros— Dury y los Blockheads se sumaron al festival Stiff Live, en el que se suponía que cada noche cerraría un grupo distinto. Pero el impacto de Sex And Drugs And Rock And Roll fue indisimulable y forzó que la canción se convirtiera en el cierre habitual, con los músicos de todas las bandas en escena.

PROHIBIDA POR LA BBC

La frase Sex And Drugs And Rock And Roll se estableció rápidamente como un término de uso común en la cultura popular, por más que —como Dury ha explicado— no era la idea celebrar los excesos del estilo de vida roquero, sino que proponía vivir una vida liberada de normas y convencionalismos sociales.

El tipo no era ningún santo, pero era inteligente y habilidoso. Probablemente intentaba darle algo de densidad a un tema provocativo y sensible. Sex And Drugs And Rock And Roll, de hecho, fue prohibida por la omnipresente BBC. Esto podría representar una sentencia de muerte para las aspiraciones de la canción, pero varios programadores pasaban uno de los temas de la cara B del sencillo, Razzle in My Pocket, logrando que no pasara inadvertido. Claro que había estímulos antiestablishment más vistosos en la convulsionada Inglaterra de 1977: unos tales Sex Pistols, por ejemplo, vomitaban versos como “Dios salve a la Reina, ella no es un ser humano”. Medios más vanguardistas y menos guardianes de la moral, como la revista New Musical Express, consideraron el tema de Dury como la mejor canción de 1977. NME hizo una tirada del simple para regalarle a los invitados de su fiesta de fin de año. En una entrevista para la revista Unpublished, en 1995, Dury indicó con su particular vocabulario —difícil de traducir literalmente— que el tema “empezó siendo una tibia amonestación social y terminó siendo un hermoso himno. Hubo un tiempo en que me tenía harto, pero consiguió crédito para seguir viviendo. Cuando escribimos la canción con Jankel nos robamos el riff de un solo de bajo que tocaba Charlie Haden en Ramblin, un tema de un disco de Ornette Coleman llamado Change Of The Century. Una vez me encontré con Charlie Haden y él me contó que también se lo había afanado, en su caso de una canción folclórica cajun”. “Con esta canción lo que estaba tratando de sugerir es que hay más en la vida que esas tres cosas —sexo, drogas y rock and rol— o que mover una palanca todo el día en una fábrica. Claro que cuando salgo a interpretar la canción, todo el mundo la canta, ¡y no los podés parar! La gente me dice: Ahora hay sida, ¿no te parece que la canción es espantosa? Siempre expliqué que se trataba de un signo de interrogación sobre esas actividades. Y la escribí antes de que aparecieran estas terribles epidemias, como el sida, el herpes y todo eso. Yo lo que decía es: si solo pensás en sexo, drogas y rock and roll algo está mal. Después el título fue usado en titulares en todo el mundo. Ojalá tuviera una libra por cada vez que lo han usado”.

Tal vez la ironía a la que alude Dury no fue detectada en su momento porque provenía de un artista aún poco conocido; sus composiciones futuras mostrarían que el sentido del humor, el sarcasmo, los juegos de palabras y los agudos apuntes sociales serían una constante. Sex and drugs and rock and roll / Is all my brain and body need / Sex and drugs and rock and roll / Are very good indeed (Sexo y drogas y rock and roll / Es todo lo que mi cerebro y mi cuerpo necesitan / Sexo, drogas y rock and roll / Son muy buenos, de verdad). En la canción —más allá de su llamativo estribillo— Dury habla de “no dejarse atrapar por lo ordinario” y de “darle un pequeño bocado a la torta de la libertad”.

GLAMOUR BOHEMIO

Como el músico consideraba que incluir simples en los álbumes era engañar a la gente, el disco debut de Dury, New Boots and Panties!!, que salió a la calle dos meses después, no incluía Sex And Drugs And Rock And Roll. Aun así se mantuvo dos años en los charts y vendió 300 mil copias (Disco de Platino), imponiendo canciones como Sweet Gene Vincent, Wake Up And Make Love With Me y Clevor Trever. Más adelante llegarían otras canciones destacadas en la obra de Dury, como Hit Me With Your Rhythm Stick, Reasons to be Cheerful (Part 3) y What a Waste. Entre sus especialidades estaban los retratos afectuosos y a menudo promiscuos de personajes urbanos, como Plaistow Patricia y Billerickay Dickie. “Si estás sentado en un escritorio y escribís una canción decente, la canción se baja de la mesa, sale caminando por la puerta, se toma un taxi y hace unos mangos para vos”. Sus palabras manifiestan una visión comercial del arte pero que obedecían a una genuina necesidad. Siempre fue muy independiente y nunca le sobró nada. Atravesó costosos procedimientos médicos y en sus últimos años gastó buena parte de la pequeña fortuna que había hecho en tratamientos para el cáncer, enfermedad que se llevaría su vida el 27 de marzo del año 2000, cuando tenía 57 años. A pesar de sus dificultades para moverse —usaba un aparato ortopédico en la pierna izquierda, se ayudaba a caminar con muletas o un bastón—, Dury jamás renunció al estilo de vida bohemio y alternativo que prefería. En su infancia y temprana adolescencia, en los años de 1950, vivió bajo condiciones victorianas en un internado para muchachos con discapacidad. Después de estar ocho meses cubierto de yeso sin moverse de la cama, poder levantarse y caminar con muletas era casi una bendición. Más, como recuerda, “cuando había chiquilines que les salían los dedos de los hombros, y aun así jugaban al ping pong”. “Nunca me sentí desplazado por mi discapacidad”, ha dicho, “supongo que fui malcriado y bien querido, pero siempre me sentí extremadamente glamoroso y muy hermoso”.

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