¿Qué es lo que buscan?

Pasan las semanas y el gobierno es una banda que cada vez desafina más.

El estado de agitación sindical que genera el proyecto de Presupuesto puede ubicarse entre las cosas “normales” que sufre cada gobierno en estas instancias, aunque en algunos casos las protestas resulten exageradas tratándose de amigos ideológicos.

El caso más paradigmático de estos choques con los gremios es el de la educación. El gobierno atribuyó a la enseñanza el mayor pedazo de la torta presupuestal, a pesar de lo cual los gremios docentes provocaron una crisis que llevó a Vázquez a plantear la esencialidad del servicio educativo. Ni siquiera cuando vetó el proyecto de aborto el presidente quedó tan solo como cuando quiso imponer la esencialidad educativa. Más bien se escucharon voces críticas desde el universo de la izquierda y el gobierno tuvo que dejar latente esa declaración, que nunca aplicó.

La educación es uno de los escenarios donde el gobierno luce desafinado.

El subsecretario de Educación, Fernando Filgueiras, y el presidente del Codicen, Wilson Netto, protagonizaron un enfrentamiento público revelando el nivel de las diferencias. Filgueiras reivindica la línea que Vázquez expresó en la campaña electoral, una de cuyas medidas era una modificación del marco curricular. Netto odia oír eso. La situación deja planteado si, como se preveía con el nombramiento de María Julia Muñoz en Educación, el gobierno tomará el control político de la enseñanza o este seguirá a medio camino entre lo que imponen los gremios y lo poco que surge de los organismos desconcentrados.

Netto no fue nombrado por Vázquez, sino que viene ocupando su cargo desde el gobierno de José Mujica, otro que no pudo con las diferencias internas en la enseñanza y se vio obligado a remover a más de un jerarca que él mismo había nombrado para los organismos desconcentrados de la educación.

Otro flanco de batalla interno es el que protagonizan el Ministerio de Economía y el Ministerio de Trabajo. El titular de Trabajo, Ernesto Murro, amenazó con renunciar si se cambiaban ciertas pautas que estaban negociadas con los gremios. En el vazquismo existe la percepción de que Murro quiere tener un perfil pro sindical en procura de una supuesta carrera política.

Otro enfrentamiento interno es el que protagonizan el vicepresidente Raúl Sendic y el titular de Economía, Danilo Astori. Luego de que Sendic justificara parte del déficit que dejó su gestión en ANCAP en algunos lineamientos de la política económica que llevó adelante el astorismo, Astori salió públicamente más de una vez a deslindar responsabilidades y decir con todas las letras que la gestión administrativa del ente petrolero había sido pésima.

En esto días, la ministra de Desarrollo Social protagonizó un incidente que se da de bruces con el estilo Vázquez de gobernar. Luego de que los trabajadores ocuparan la sede de esa secretaría de Estado, Arismendi se quedó a dormir en su despacho para evitar que la Policía desalojara la oficina estatal, como lo establece la ley.

Como frutilla de la torta de todos estos golpes que sufrió el presidente, el Parlamento recortó en US$ 400 millones lo destinado al Sistema de Cuidados, una de las iniciativas más preciada del mandatario. Por último, tres diputados rebeldes le hicieron perder al Frente Amplio la mayoría legislativa y con ello fracasaron varios artículos del Presupuesto.

¿Por qué le están haciendo esto al presidente Tabaré Vázquez? ¿Es porque las pasadas victorias electorales fueron relativamente sencillas que siguen todos creyendo que serán los reyes del mambo por siempre jamás? ¿O es que por alguna razón que el resto de los mortales desconoce ya se cansaron de ejercer el poder por tres períodos consecutivos y quieren tirar la toalla en las próximas elecciones?