Las imágenes de Aylan, el niño de tres años que murió ahogado en la playa de Turquía, se convirtieron en el símbolo del horror que viven los refugiados que intentan ingresar a Europa.
Su familia, desplazada varias veces por la guerra civil que vive el país, intentaba desesperadamente lograr el estatus de refugiados para dirigirse a Canadá, donde vive desde hace dos décadas su tía, Teema. La solicitud fue rechazada en junio por el Ministerio de Ciudadanía e Inmigración de ese país, debido a complejidades con los refugiados de Turquía, según informa el National Post.
"Teníamos chalecos salvavidas pero el barco se hundió porque varios se levantaron".
En la costa turca, también murió la madre de Aylan, Rehan, y su hijo de cinco años, Galip, pero su padre logró sobrevivir. La familia del Abdullah dice que su único deseo ahora es volver a Kobane con su difunta esposa e hijos, enterrarlos, y ser enterrado junto a ellos.
El padre del pequeño, contó que sus hijos habían resbalado de sus manos al hundirse la embarcación que los llevaba a Grecia.
"Estaba oscuro y todo el mundo gritaba. Por eso no pudieron oír mi voz ni mi mujer ni mis hijos. Intenté nadar hasta la costa siguiendo las luces, pero no pude encontrar a mi mujer y a mis hijos"
"Teníamos chalecos salvavidas pero el barco se hundió porque varios se levantaron. Yo sostenía la mano de mi mujer. Pero mis hijos resbalaron de mis manos", declaró Abdula Ebdi a la agencia de prensa Dogan.
"Estaba oscuro y todo el mundo gritaba. Por eso no pudieron oír mi voz ni mi mujer ni mis hijos. Intenté nadar hasta la costa siguiendo las luces, pero no pude encontrar a mi mujer y a mis hijos una vez en tierra", explicó Kurdi. "Fui al hospital y ahí me enteré de la mala noticia".
"Me enteré de la noticia a las cinco de esta mañana", dijo el miércoles la hermana de Abdullah. La mujer se enteró del naufragio a través de una llamada telefónica, en la que el padre de la familia únicamente dijo: "Mi esposa y mis dos hijos están muertos".
"Yo estaba tratando de traerlos, tengo mis amigos y mis vecinos que me ayudaron con los depósitos bancarios, pero no pudimos sacarlos, y por eso se fueron en el barco. Estaba incluso pagando el alquiler por ellos en Turquía, pero es horrible la forma en que tratan a los sirios allí", dijo Teema según expresa el National Post.
Durante mucho tiempo se ha bloqueado el camino de los refugiados.
La familia tuvo el mismo problema que miles de refugiados sirios. Al tener dificultades para registrarse como refugiados de ACNUR, y denegar arbitrariamente la expedición de pasaportes, el gobierno turco no les da un visado de salida.
Los dos barcos naufragados salieron de una localidad turca, escapando de la guerra siria, con destino a la Isla Griega de Kos, la puerta de entrada a la Unión Europea. Los botes estaban pensados para cuatro personas, pero viajaban 15 en cada uno.
Desde 2011, la guerra en Siria ha dejado más de 240.000 muertos y ha obligado a desplazarse a cerca de cuatro millones de personas, según informa AFP.
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