El presidente argentino, Mauricio Macri, celebró con alivio la recaptura con vida este sábado de tres sicarios fugados hace 13 días de una cárcel de máxima seguridad en un caso que salpica a políticos y policías y puso en vilo a su gobierno.
La captura, con ribetes cinematográficos, se concretó en una zona rural de Cayastá, 550 km al noroeste de Buenos Aires, en la provincia de Santa Fe.
"Felicito a todo el equipo y a las fuerzas de seguridad por la captura de los prófugos. El trabajo en conjunto fue fundamental", escribió en Twitter Macri, convaleciente por una fractura de costilla sufrida el viernes.
"La lucha contra el narcotráfico es una tarea que nos tiene que comprometer a todos. Queda mucho trabajo por delante", escribió el mandatario.
Los tres sicarios se habían fugado el 27 de diciembre del penal de General Alvear, 240 km al oeste de Buenos Aires, donde cumplían condenas a prisión perpetua por un conmocionante triple crimen en 2008 vinculado con el tráfico de efedrina a México.
Se trata de los hermanos Martín y Cristian Lanatta (41 y 31 años) y Víctor Schillaci (33).
"Logramos el objetivo en la lucha contra el narcotráfico y el presidente (Macri) está orgulloso. Vamos a Santa Fe", dijo a la prensa la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, antes de partir hacia Cayastá.
Hacia allí viaja además la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y otros funcionarios.
"Viene un camino largo y duro, de lo que nos hemos dado cuenta con esta situación es que la desidia y la connivencia de la política y de las fuerzas de seguridad es importante en Argentina", dijo la vicepresidenta Gabriela Michetti al canal C5N.
Martín Lanatta fue el primer capturado en un campo tras el vuelco de la camioneta en la que huía con sus cómplices, quienes lo habrían abandonado en el lugar tras el accidente.
La camioneta tenía inscripciones, presuntamente falsas, de Gendarmería Nacional.
Su hermano cayó horas después tras tirotearse en un arrozal vecino y Schillaci fue atrapado en circunstancias no develadas.
Los tres están con vida y en condiciones de declarar, uno de los principales objetivos de las autoridades.
Su huida había salpicado a políticos y al servicio penitenciario.
Al menos seis personas están arrestadas sospechadas de prestar apoyo para la fuga.
El caso puso bajo la lupa la capacidad del novel gobierno de Macri de lidiar con las fuerzas de seguridad, muchas veces sospechadas de complicidad con el narcotráfico.
Según las versiones conocidas hasta el momento la captura fue obra de la policía provincial de Santa Fe, una de las más cuestionadas en un distrito donde los ajustes de cuentas entre narcotraficantes son moneda corriente.
En agosto pasado, desde la prisión, Martín Lanatta había formulado denuncias por televisión que involucraron a Aníbal Fernández, entonces jefe de gabinete de la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015).
Esa denuncia influyó en la derrota electoral de Fernández en la provincia de Buenos Aires, donde ganó la gobernación María Eugenia Vidal, de la alianza de derecha liberal que consagró a Mauricio Macri a la presidencia.
"Con vida tenía que ser. Mis felicitaciones a la policía. Ahora tienen que dar explicaciones por los delitos, la fuga, los ataques que provocaron", dijo al canal C5N Fernández, quien aseguró que la fuga "fue un plan orquestado" y pidió "que los custodien".
El exfuncionario consideró "probable que este caso se lo hayan tirado por la cabeza a la gobernadora Vidal", primera mujer al frente de ese distrito tradicionalmente peronista con un tercio de la población del país.
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