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Radio Ambulante, el podcast que habla de América Latina

El mejor periodismo en formato radial llega a millones en todo el mundo
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16 de octubre de 2017 a las 05:00
*Albinson Linares
New York Times News Service

Grabar casetes es una actividad que forma parte de un mundo íntimo y extemporáneo donde las enormes grabadoras análogas se convertían en artefactos preciosos: revivían las voces de los seres queridos, los cantantes de moda o las noticias, que casi siempre eran malas.

Para muchas familias latinoamericanas separadas por un exilio repentino –casi siempre por los problemas económicos o políticos que cíclicamente afectan a los países de la región–, grabar un casete era la oportunidad de contar sus nuevas vidas con una calidez única. Algo difícil de imaginar en un mundo como el actual, dominado por la inmediatez de lo digital.

"Otra vez mi papá volvió a convertirse en la grabadora. Y, claro, desde una grabadora no había defectos, no había confrontaciones, no había regaños. Era prácticamente perfecto", recuerda el periodista Dennis Maxwell en "Los casetes del exilio", una de las tantas historias que se cuentan en Radio Ambulante, el exitoso proyecto de periodismo narrativo en audio que hace un par de semanas inició su tercera temporada.

Duras realidades

Desde sus comienzos, el equipo de Radio Ambulante logró que los oyentes experimenten de primera mano la reconstrucción de casos terribles y reveladores como la muerte de la concursante de un programa televisivo en Perú, el auge y la caída del líder de una cárcel en Venezuela, los riesgos mortales de las cirugías estéticas en Colombia, los testimonios de los últimos sobrevivientes del sida en Cuba o la historia de una familia que es el espejo de la crisis de todo un país.


Pero también hay espacios para lo real-maravilloso como puede apreciarse en la saga de un vidente en Chile, el superhéroe Menganno en Argentina o el encuentro de dos hombres con el mismo nombre y apellido que terminan siendo amigos.

Daniel Alarcón nació en Lima pero creció en Estados Unidos durante los años 1980 y veía también cómo sus padres les enviaban cintas a sus familiares de Perú. Muchos años después, ya convertido en un escritor reconocido y uno de los fundadores de este proyecto, recuerda que la radio siempre estuvo presente en su vida: "En parte es una herencia familiar porque mi papá fue narrador de partidos de fútbol en Arequipa, y grabar nuestras anécdotas en los casetes se convirtió en algo muy habitual. Pero mi inquietud por este proyecto surgió en 2008 cuando me llamaron de la BBC para hacer un documental de radio".

Por ese entonces, Alarcón había publicado Radio Ciudad Perdida, su primera novela, en la que narraba la historia de Norma, una locutora de un país que vivía los rezagos de una violenta guerra civil. La protagonista conducía un exitoso programa radial en el que leía los nombres de los desaparecidos, contaba sus historias y, a veces, lograba reunir a las familias.

Ese ejercicio de reconstrucción de la violencia usaba a la radio como un medio para exorcizar algunos de los efectos de la guerra interna.

Cuando llegó 2009, mientras Alarcón se enamoraba de Carolina Guerrero –la directora ejecutiva del proyecto y su actual esposa–, la radio era un tema permanente en sus conversaciones.

Guerrero es colombiana pero hace 20 años que se fue a vivir a Nueva York. No estaba familiarizada con los medios de América Latina pero le gustaban mucho los programas de la radio pública de Estados Unidos.

En enero de 2011, Guerrero y Alarcón le enviaron una serie de correos a diversos periodistas de América Latina en los que explicaban que querían hacer radio de una forma diferente.


Lo plantearon como una posibilidad de llevar la estética y la profundidad de las crónicas periodísticas a la radio. Al día siguiente ya tenían muchas propuestas de historias. Presentaron la primera temporada junto a Annie Correal y Martina Castro, cofundadoras de Radio Ambulante.

"Lo más importante es la historia, las voces y el trabajo periodístico porque es un tipo de periodismo que es narrado con las voces de los protagonistas; así creamos empatía con nuestra audiencia", afirma Guerrero.

Han pasado muchas cosas desde que, en 2011, se lanzaron las tres primeras emisiones, pero una de las estrategias que explican el éxito fue que se logró establecer un ritmo constante de historias que muestran las diversas realidades de América Latina.

"El reto es que nos escuche la mayor cantidad de gente. El potencial de crecimiento que tenemos por hacer este tipo de trabajo es inmenso", explica Camila Segura, editora principal del proyecto. "La audiencia en Estados Unidos es enorme porque hay como 45 millones de personas que hablan español y en América Latina y España tenemos todas las posibilidades de crecer. Hay historias que duramos un año en producir. Hacemos tres versiones como mínimo", explica la editora. Seguramente, algunos de ellos recordarán cuando escuchaban los casetes que llegaban desde muy lejos para contarles las historias de sus seres queridos, con esa calidez única que nos mantiene despiertos y nos hace sentir menos solos por la noche, sea donde sea que estemos.

Desvelarse para escuchar un podcast

En 2012 Radio Ambulante tenía 2.000 oyentes en su web y lanzó una campaña en Kickstarter que logró recaudar US$ 46 mil; para 2015 coronó la cifra de millón y medio de radioescuchas anuales y poco después se alió con la National Public Radio de Estados Unidos (NPR).

Desde entonces, creció 40% y pasaron a ser más de 10 editores con múltiples colaboradores que viven en diferentes países.


Se ha convertido en un símbolo de calidad periodística en el formato radiofónico. No en vano ganó el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo 2014 en la categoría Innovación, y ahora encaran una nueva empresa que es la Escuela Radio Ambulante, que busca colaborar con la formación de nuevos talentos en los países de la región.

"Es una inversión a mediano y largo plazo: queremos crear el interés de producir en audio porque nosotros no podemos llegar a todos los lugares; eso es imposible", explica Alarcón. "Hay que trabajar con periodistas locales y entrenarlos sobre cómo es el proceso de hacer una crónica".

Alarcón asegura que una de sus obsesiones como escritor es lograr que la gente se desvele por leer las historias que escribe y busca lo mismo con Radio Ambulante: quiere que sus crónicas radiales sean tan buenas que los oyentes no duerman hasta escucharlas. En esta nueva temporada se grabaron 30 historias que exploran diversos personajes, historias de América Latina para que los oyentes escuchen las voces de los protagonistas que les confían sus secretos.

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