Reclaman mejores condiciones de acceso a mercados de carne

La conferencia sobre El futuro de los mercados para las carnes uruguayas realizada este jueves en la Expo Prado destacó el crecimiento de la demanda, especialmente en los países en desarrollo, las expectativas de mayor evolución por aumento de la población para los próximos años, los deberes a cumplirse para mejorar las condiciones de acceso a los mercados y también la necesidad de mejorar las condiciones internas de competitividad.

El ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, resaltó que el consumo mundial pér capita de carne muestra una tendencia creciente, lo que indica que en los próximos años se van a necesitar soluciones para resolver la demanda.

Al abrir la conferencia organizada por la Asociación Rural del Uruguay (ARU), radio Carve y El País, Nin recordó que entre los factores determinantes del aumento de consumo sobresale el crecimiento de la población, en particular en los países en desarrollo. Se prevé que la población mundial de 7.400 millones de personas alcance a 8.000 millones en 2024 y a 9.000 millones de habitantes en 2042.

Pero, además, en 2025 un total de 6.700 millones de personas vivirán en los países en desarrollo y 1.400 millones en los países desarrollados, dijo el canciller.

Nin resaltó también los cambios en los hábitos de consumo como elemento a favor de una mayor demanda por carne.

En este marco destacó el rápido posicionamiento de China como demandante de carne congelada a nivel global, absorbiendo 12% de las exportaciones mundiales de carne bovina.

En todos los países desarrollados se espera que el consumo pér cápita descienda, pero la otra cara es que crecerá en los cinco países del Brics –Brasil, China, India, Rusia y Sudafrica–, donde solo en China el aumento per cápita se prevé que pase de 3,4 kilos a 3,8 kilos en 2022, significará un aumento de demanda de 520 mil toneladas.

Nin resaltó el papel de los tratados de libre comercio (TLC) de países que no le compran a Uruguay, pero que ingresan en mercados con ese beneficio compitiendo directamente con Uruguay. Resaltó el dinamismo negociador de Australia, Nueva Zelanda y Canadá con países de la región, por ejemplo, Perú, Colombia.

Por otra parte, el gerente general del frigorífico BPU, Daniel de Mattos, resaltó que Uruguay tiene que seguir mejorando el acceso a mercados y tiene que seguir sustentando el desarrollo de la ganadería nacional, que ha cambiado radicalmente en los últimos ocho a 10 años.

Ahora hay una muy alta proporción de animales alimentados a granos, como suplementación y también a corral, dijo.

Según el ejecutivo, esa sustentabilidad está hoy amenazada por un mundo que está cambiando rápidamente; los mercados se están alterando, Uruguay está exportando a lugares que hace 10 años no lo hacía, como son los países de Asia. Y dentro esos mercado hay cambios en la calidad y en las formas de consumo. Por lo tanto, Uruguay se tiene que mover rápido para ser competitivo, básicamente atacando el sistema arancelario, que es donde los competidores de Uruguay están ejerciendo su mayor presión.

De Mattos dijo que esos aranceles, que oscilan entre 12% y 50%, son excluyentes porque determinan que el negocio sea o no sea viable.

Luego de su participación en la conferencia, el industrial explicó a El Observador Agropecuario que esas negociaciones deben estar con mayor fuerza en la agenda del gobierno, que deberían ser al margen del Mercosur porque Uruguay tiene costos para el mantenimiento sanitario muy diferentes a Brasil y con perfiles de producción muy distintos y por tanto merecería un tratamiento diferencial. También hay que continuar con la apertura de mercados, sobre todo incorporar los del sudeste asiático que van a ser sustentables junto a China del actual cambio de la ganadería uruguaya.

Por otra parte, Nin defendió la libre exportación de ganado en pie, en lo que coincidió De Mattos, porque ha tenido un impacto muy positivo en la ganadería nacional y especialmente en el sector de la cría.

Sin embargo, el industrial consideró que ese tipo de acciones deben ir acompañadas necesariamente de políticas más integrales, para toda la cadena cárnica, y que no pueden ser en desmedro de otros eslabones. La política que "reclamamos para ser competitivos y poder comprar esos terneros para que no se vayan para Turquía es precisamente la reducción arancelaria".