Por Blasina y Asociados, especial para El Observador
Los futuros de la soja intentan encontrar un piso en Chicago, después de anotar tres meses consecutivos con ajuste negativo.
En Uruguay las referencias se acercaron a los US$ 310 por tonelada, aunque sin oferta cuando debe quedar la mitad de la producción por fijar precio.
Los productores aprovechan el mejor clima de los últimos días para avanzar en la siembra de cultivos de invierno.
Para la soja se han dado factores negativos desde la demanda, debido a los bajos márgenes de molienda de la oleaginosa en China, con reportes que hablan de pedidos para postergar los embarques y algunas cancelaciones, mayoritariamente de Brasil.
Desde el punto de vista climático, en Estados Unidos se ven menos amenazas con el ingreso de junio lo que ayudaría a consolidar las siembras.
Se especula con que algo de área de maíz podría pasarse a la soja, aunque los bajos precios son poco estimulantes.
Un factor que puede limitar la presión bajista es la reticencia de los agricultores a vender a estos precios. En Brasil y Argentina hubo un empuje de ventas cuando se dio el salto en el valor del dólar, aunque luego la divisa se estabilizó, mientras Chicago siguió cayendo.
Los fondos especulativos han ido construyendo a una relativamente alta posición vendida en soja. Sin embargo, debería darse algún factor alcista para que los inversores reviertan esa posición.
En el mercado local se ha visto alguna mejora en las primas frente a Chicago, pero claramente insuficiente para compensar las bajas en los futuros.
Con el foco en la siembra
Con este panorama los agricultores prefieren no mirar al mercado y aprovechar el clima sin lluvias para darle ritmo a una siembra de cultivos de invierno demorada por las lluvias del último tramo de mayo. Si bien hay tiempo todavía, es probable que no se cumpla con la proyección de crecimiento del área de colza.