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Reforma de la caja militar será enviada en julio al Parlamento

En otra ley serán gravadas las jubilaciones castrenses más altas
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20 de junio de 2016 a las 05:00
El gobierno ya tiene "muy avanzada" la reforma de la caja de jubilaciones militares y la enviará al Parlamento a fines de julio con el objetivo de empezar a cortar la sangría de US$ 450 millones de dólares anuales, dijo a El Observador la senadora Lucía Topolansky (Movimiento de Participación Popular).

Además, para que este objetivo empiece a alcanzarse en el menor tiempo posible, en una ley aparte se le pondrá un impuesto a las jubilaciones castrenses más altas. En el proyecto de Rendición de Cuentas que la semana pasada ingresó al Poder Legislativo se advierte que "las reformas en ámbitos de la seguridad social generan impactos económicos recién en el mediano y largo plazo" y por eso en las próximas semanas será enviada al Parlamento una propuesta para crear "una prestación pecuniaria coactiva" para asistir al Servicio de Retiro y Pensiones de las Fuerzas Armadas (SRPFFAA).

El impuesto, que reducirá en un 10% la transferencia que realiza Rentas Generales a la caja militar, será progresivo para las jubilaciones castrenses más altas y se regirá por el mismo mínimo no imponible vigente para el IASS.

Por otra parte, fuentes del Frente Amplio señalaron a El Observador que se analizará cuál cámara parlamentaria es más conveniente que acoja primero la propuesta de reforma de la caja militar ya que por esos días en el Poder Legislativo todavía se estará analizando la Rendición de Cuentas
Según informó El Observador el jueves 9, la reforma que se planea aplicar en esa caja apunta directamente a desestimular el retiro de los militares –mayormente del personal superior- que alentados por un régimen jubilatorio que los rige desde 1974, les permite, según el rango, irse de los cuarteles con 20 años de servicio y con menos de 50 años de vida.

. Además, cada año de trabajo en el exterior de los uniformados se les computa doble, cobran como jubilación el 100% de su sueldo, reciben aguinaldo y, cuando se mueren, buena parte del cobro de sus haberes son heredados por su familia. También pueden jubilarse con un grado mayor al que ostentan en el momento de su retiro.

Las pérdidas en la caja militar obliga al Estado a auxiliarla con unos U$S 450 millones de dólares. Se estiman en unos 23 mil los militares que revisten en las Fuerzas Armadas. Los uniformados que perciben jubilaciones rondan los 49 mil.
Los generales pasan a retiro obligatorio al cumplir 60 años, los coroneles a los 55 años, los tenientes coroneles a los 52 años y los mayores a 48 años.

Dentro del personal subalterno, los suboficiales mayores se jubilan a los 55 años, los sargentos primero a los 52 años, los sargentos a los 50 años, los cabos de primera a los 48 años, los cabos de segunda a los 46 años; los soldados a los 45 años y los soldados de segunda a los 40 años.
Incentivos.

En el gobierno advierten -como ya lo habían advertido las anteriores administraciones- que ese régimen es un incentivo para abandonar tempranamente la actividad militar. Sobre todo si se tiene en cuenta que, una vez retirados, los efectivos pueden seguir trabajando en el ámbito privado.

Una de las soluciones que se maneja es la de llevar a 60 años, aunque los detalles de la propuesta vienen siendo manejados en conjunto por parte del Ministerio de Economía y el Ministerio de Defensa.
Se sabe sí que los derechos adquiridos por quienes ya están jubilados no serán tocados.

También serán contemplados aquellos casos en los que los involucrados tengan los años necesarios para jubilarse (si así no fuera, evalúan en el gobierno, se generaría una catarara de retiros voluntarios).

La reforma impactará en quienes ya están aportando para una futura jubilación y todavía no tienen los requerimientos para hacerlo.
Se estima que al desestimular la jubilación crecerá la cantidad de personal activo y, de esa manera, empezará a desinflarse el déficit.

Otro de los privilegios que está en la mira del gobierno es la denominada "ley zanahoria" que establece que un oficial que se retira con determinados años de servicio en su grado, no puede cobrar menos que otro colega de su misma jerarquía que ya esté jubilado. Los sueldos de los militares van desde algo más de $ 10 mil pesos (soldado de segunda) a casi $ 100 mil en el caso de un teniente general.

El presidente Tabaré Vázquez ha dicho que esos cambios se concretarán en una ley diferente a la del proyecto de Rendición de Cuentas que está a punto de entrar en el Parlamento.
Se estima que las nuevas normas -salvo el impuesto directo- estarán impactando en las arcas estatales en un plazo de dos o tres años. El ministro de Economía, Danilo Astori, ha dicho que la reforma se torna impostergable. "La recaudación del servicio de pensiones y pasividades de las Fuerzas Armadas equivale al 19% de las pasividades que paga, y eso tiene una repercusión fiscal enorme", advirtió.

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