Regasificadora: hay que dar otro paso sin equivocarse

Con una agenda de temas que suele incrementarse a medida que se acerca el cierre de un nuevo ejercicio, donde hay que definir un sinfín de temas como la propuesta de ajuste de tarifas que se elevará al Poder Ejecutivo, la planificación de inversiones para 2016 y problemas como el rezago en la construcción de la planta de ciclo combinado, el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, recibió a El Observador en su despacho. Planteó un escenario complejo para definir la continuidad de la regasificadora en vista de un cambio de variables internas y externas que pueden dilatar su ejecución en el tiempo. Reconoce que apelar a nuevos instrumentos para financiar obras con capital privado puede rezagar la ejecución de los proyectos, pero destaca que UTE ha liderado un proceso novedoso como la captación del ahorro minorista. Lo que sigue es un resumen de la entrevista.

Durante el pasado quinquenio, UTE realizó un fuerte nivel de inversiones del orden de los US$ 1.700 millones. Para este período, Economía limitó el monto de destinado a ese rubro con fondos propios de la empresa y derivó parte a financiamiento privado. ¿Se avanzó en esa última alternativa?
Aún no hemos definido cuál va a ser la forma de financiar los proyectos por la alternativa privada. En el pasado, UTE utilizó algunos mecanismos conocidos y otros novedosos, como la construcción de un parque eólico mediante un leasing operativo. También hemos hecho modalidades como el fideicomiso para parques eólicos, como el Pampa y ahora el Arias. Hay otro elemento que está sobre la mesa que son las PPP (proyectos de participación pública-privada). Los equipos técnicos están evaluando las posibilidades de ese instrumento para las distintos segmentos de inversión. UTE tiene previsto ejecutar por inversión no estatal para lo que son los nuevos medidores inteligentes que vamos a instalar por medio de un leasing operativo. En este momento, estamos terminando los pliegos para mandarlos a la calle. Son planes de largo plazo que van impactando en varios años. Es una modalidad (PPP) que no habíamos utilizado que vamos a tener que caminar por esos carriles. Tenemos que tomar las decisiones para poner los llamados en la calle, que tienen que ver con líneas de transmisión y algunas secciones de subestaciones de la red eléctrica. Ahí estamos viendo cuál es el mejor instrumento. Eso es en lo que estamos trabajando.

¿Eso puede demorar la ejecución de los proyectos de acuerdo a lo que esperaba UTE?
En general, sí. Pero cada vez que UTE es convocada a innovar se arremanga y saca adelante las cosas. Si uno toma como referencia el plazo que le llevó a UTE tener el Pampa operativo y ahora el Arias, hay veces que uno se consulta a sí mismo si valió la pena. Creo que valió la pena porque demuestra cómo UTE está tratando de desarrollar instrumentos de inversión para los pequeños ahorristas que está fuera de sus cometidos. Por eso tuvimos que ponerle mucho cariño para que algo que en Uruguay no existía pudiera caminar.

Un proyecto estratégico para UTE como la planta regasificadora está en duda. ¿Los técnicos de la empresa han avanzado en la viabilidad de continuar con la obra? ¿Es rentable con un petróleo en US$ 40?
En un proyecto de 15 a 20 años es muy importante analizar el flujo de caja. Es decir, cómo evoluciona el balance año a año del proyecto. Visto desde el punto de vista del inversor que tiene un canon fijo es muy fácil hacer la cuenta. Pero desde el punto de vista del que se compromete a pagar ese canon en función de un negocio variable, como es ir aumentando la demanda (de gas natural) e ir tomando de a poco cierta participación en la regasificadora, es un desafío bastante más grande, porque hay muchísimas variables para analizar en el negocio. Efectivamente a la luz de los nuevos escenarios que se han planteado han cambiado mucho las hipótesis por las cuales uno toma una decisión de largo plazo. Hoy, desde el punto de vista de la decisión de largo plazo, los números podrían decirse que son similares. Porque si hoy el barril de petróleo está bajo, el valor va a crecer de acuerdo a cualquier estimación seria que hay sobre la mesa. La demanda eléctrica está más baja a la que se había estimado. No ingresaron inversiones como las de Aratirí. Por tanto, uno se enfrenta a variables que impactan directamente en el flujo de caja de los primeros años del proyecto, una empresa como UTE que se comprometía al pago del 90% del canon. Analizados esos números con este nuevo contexto, evidentemente la variable que hay que poner sobre la mesa es el tiempo. Hay un momento óptimo en el cual uno puede identificar cómo se arme el nuevo modelo de negocios que es oportuno hacer la inversión y seguir adelante. Esto está en análisis por parte del Ministerio de Economía, la Dirección Nacional de Energía, OPP y desde UTE y ANCAP. En todas esas miradas, es que estamos tratando de converger a una definición.

Por lo que entiendo, hoy existe un riesgo mayor para continuar con la obra.
Siempre hay un riesgo latente en un negocio a 20 años que tiene un montón de hipótesis que cambian. Hoy mirada arriba de la mesa, con el barril de petróleo como bajó, cómo evolucionó la demanda (eléctrica) interna y regional, cómo está el mercado mundial del GNL, uno puede identificar que pueda ser oportuno mover en el tiempo la ejecución del proyecto. Pero también tenemos que tener claro que si movemos el proyecto en el tiempo, puede ser que quizás nunca más se pueda realizar.

Hay un todo, un tema de deterioro de las inversiones ya realizadas que también hay que tener en cuenta. Todo eso hay que verlo complexivamente y tomar una definición. Lo que sí hay que tener claro desde el punto de vista del sector eléctrico, es que la componente térmica al abastecimiento eléctrico tiene destinado un 10% de participación que puede trepar al 20%-25% en una situación de sequía o a 0% o casi nada en un año lluvioso. ¿Qué puede pasar si el gas se retrasa de acuerdo a lo que estaba previsto? Bueno operaremos con gasoil porque la logística hoy es eficiente para operar con ese combustible durante algunos años. Por eso tenemos que comparar cuál sería el costo del gasoil respecto a la oportunidad de contar con gas natural. Esto es parte de la cuenta que hay que poner sobre la mesa. El contrato que hicimos (con GNLS) demoró varios meses de negociación, pero a la postre demostró que fue lo correcto. Cualquier otro paso que demos lo tenemos que hacer a conciencia y con seguridad de que no le estamos errando.

¿Cómo viene la ejecución de la planta a ciclo combinado de Hyundai? En los últimos días se mostró optimista respecto a su avance.
Tengo la percepción que para fines de 2016 vamos a tener la primera unidad en operación. Esto es una estimación de acuerdo a los departamentos técnicos y la percepción de las negociaciones que llevamos adelante con Hyundai para retomar a un ritmo adecuado las tareas en la obra. Esto está registrando las primeras señales. Hubo un cambio de subcontratistas por parte de Hyundai. Tenemos una contrato muy completo que además es vinculante y transparente. Para Hyundai sería una mancha muy grave no terminar una obra en un país que es visto a nivel internacional como serio. UTE tiene cientos de obras que se realizaron en tiempo y forma. Tenemos más que credenciales que las obras se pueden realizar con calidad y en marco de contratos claros.

¿UTE está en condiciones de ajustar sus tarifas por debajo de la inflación el próximo año?
Hay una vocación de cumplir con eso. Lo que sí puedo afirmar es que hemos hecho los deberes en el sentido de ajustarnos estrictamente a los compromisos de gestión (ante el Ejecutivo). Vamos a cerrar el año con todos los indicadores en el marco del presupuesto acordado para 2015 y 2016. En consonancia con el presupuesto del año 2016, tenemos la esperanza de poder llegar a un ajuste tarifario que respete la tendencia de hace unos años. Es decir, ajustar por debajo del IPC. Lo tenemos que ver con OPP, Industria, Economía y la Ursea, que es lo que está previsto por la reglamentación.