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Robótica charrúa

Con UyRobot, Rodrigo Dearmas y John Pereira apuntan a educar generando experiencias difíciles de olvidar
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06 de marzo de 2015 a las 17:13

Rodrigo Dearmas (25) y John Pereira (25), son estudiantes avanzados de Ingeniería y docentes de la carrera, y están al frente de UyRobot (www.uyrobot.com.uy), que nació en setiembre de 2014 con la premisa de acercar la robótica a la educación.

Para los emprendedores los robots tienen que ser herramientas para obtener conocimiento integral. Ofrecen el kit Butiá, que fue desarrollado desde la Facultad de Ingeniería con fines educativos, para llegar a niños y adolescentes de entre 10 y 15 años.
El robot fue pensado para que se pueda construir a mano y a bajo costo, por cualquier persona que no tenga conocimiento en la materia y que no cuente con herramientas específicas. Si bien Dearmas y Pereira ofrecen el robot Butiá como uno de sus productos, promueven la construcción por parte de las personas que se acercan a través de un instructivo simple. Incluso consideran que muchos de los elementos que componen el robot pueden ser reciclados.

Punto de contacto
Dearmas y Pereira se conocieron en los proyectos de robóticoa de la Facultad de Ingeniería. Al comienzo se dedicaban a áreas diferentes hasta que el trabajo de campo los unió. Desde el área de extensión de la facultad, uno de los puntos claves fueron los talleres gratuitos de sensibilización de robótica, que impartieron a partir de un contrato en las escuelas y liceos de todo el país.

Fue allí que detectaron una necesidad. Según comentó Dearmas, en las charlas de trabajo predominaba la idea de que la obtención de los robots fuera accesible para todos, pero fundamentalmente llegar al conocimiento. Entendían además que no había quien se encargara de ello. Los docentes les manifestaban la necesidad de contar con los robots pero que les era imposible fabricar ellos mismos la cantidad que precisaban para trabajar con la clase y subrayaban la importancia de que hubiese un lugar donde adquirirlos.

Para dar el paso emprendedor, hubo circunstancias que resultaron claves. Una de ellas fue cuando el contrato con la facultad llegó a su fin. En ese momento se enteraron de la posibilidad de ingresar a Socialab, donde fueron pre incubados durante cuatro meses. Luego pasaron a estar incubados en Sinergia Cowork.

Pereira destacó que en el momento pensaron que no tenían mucho que perder. Dearmas acotó que tenían el apoyo de personas que apoyaban el proyecto. Se enamoraron de la idea y apostaron a ella.

Capital semilla
UyRobot accedió al fondo otorgado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) de US$ 25.000, inversión que está en proceso de ejecución. Una de las necesidades que tiene el proyecto es la importación de materiales para crear los robots y poder comercializarlos a un precio competitivo en el mercado (cuestan entre US$ 370 y US$ 380).
La inyección mayoritaria proviene de la ANII, pero los emprendedores también pusieron de su parte, lo que permitió poder trabajar menos horas en sus ocupaciones para dedicar más tiempo a UyRobot.

Parte de su inversión está dedicada a la difusión de su empresa a través de talleres gratuitos que dictan en diferentes instituciones con el objetivo de desmitificar el concepto “humanoide” de los robots, y sobre todo para hacer hincapié que en Uruguay se pueden hacer.

Viabilidad
La robótica educativa y generadora de conocimiento es el objetivo principal de Pereira y Dearmas. Consideran que al utilizar un robot como herramienta los alumnos pueden aprender sobre cualquier disciplina mediante la simulación de la realidad permitiendo comprobar el conocimiento y generando experiencias que no van a olvidar.

La primera ocurrencia que tuvieron para que esta herramienta llegue a los colegios –un nicho al que no accede la Facultad de Ingeniería– era ofrecer directamente el producto en esos lugares. Comenzaron por contactarse con los colegios, pero descubrieron que era una tarea difícil y abrieron otras líneas de negocio sin descuidar a su público objetivo, la educación.
Ofrecen diferentes productos: uno de ellos es el Kit Butiá, como producto completo pero también los materiales para que se pueda armar. “La idea es acompañar lo más posible la venta del producto porque queremos que sea bien usado, que lo aprendan a usar y crezcan con él”, destacó Dearmas.Otra línea la constituyen los diferentes talleres y cursos que ofrecen. Se trata de talleres de sensibilización, además de mostrar como herramienta el robot Butiá. También ofrecen cursos a medida en los que se realizan desarrollos propios en robótica; y los cursos de introducción a la robótica con Butiá, en los que se genera una inserción a la robótica desde lo lúdico.

Entre sus proyectos más recientes se cuenta el trabajo en la articulación con la Facultad de Ingeniería y los colegios privados para dictar cursos de formación a docentes, brindando conocimientos en robótica y materiales, como también asesoramiento y la logística necesaria para trabajar en clase.

Expansión
Los emprendedores quieren crear un kit diferente al que hoy comercializan; para ello necesitan estabilizarse y fortalecerse como empresa. La idea es tener un equipo de desarrollo y otro de talleristas para poder crecer en estos dos aspectos mediante la fusión de los conocimientos adquiridos en el campo y los avances tecnológicos. Y así crear prototipos más económicos, con mejores prestaciones y mayor agilidad, con una plataforma detrás que los sostenga; y que los usuarios puedan acceder a tutoriales y foros en línea permitiendo la formación de una comunidad.

Además, creen elemental que este prototipo no necesite de una computadora portátil para ser utilizado porque la realidad en el exterior es diferente a la de Uruguay, donde cada niño tiene su Ceibalita. Una de las ideas es que se pueda programar alámbrica o inalámbricamente.Si bien este objetivo es claro para los socios, van a intentar salir de fronteras con el robot Butiá, pero para conseguir un lugar en el mercado deben abaratar costos.

Estiman poder presentar el primer prototipo a fin de año, principalmente desarrollar el hardware y así conseguir fondos para avanzar en un plazo no mayor al año para tener un producto terminado. Desde varios países se demostró interés por los productos que ofrecen.

Plan Ceibal
Recientemente se generó desde UyRobot una primera instancia de comunicación con el Ceibal para presentarles su proyecto. Apuestan a convertirse en proveedores, no solo de los kits sino también en el área de capacitación. Desde Ceibal se han entregado robots a diferentes instituciones. Los emprendedores ven esto con muy buenos ojos y lo consideran un aliado estratégico.

“Creemos que podemos aportar en el proyecto macro de Ceibal y cumplimos con los requerimientos que necesitan”, reflexionó Dearmas.

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