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Rousseff nombró ministro a Lula da Silva para evitar su detención

Escucha telefónica reveló que le envió el decreto como salvoconducto en caso de ser apresado
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17 de marzo de 2016 a las 05:00
El mismo día en que el gobierno brasileño confirmó el nombramiento del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva –salpicado en las últimas semanas por casos de corrupción–, como nuevo titular del influyente Ministerio de la Presidencia, la Justicia divulgó escuchas telefónicas entre él y la presidenta Dilma Rousseff que dejan en evidencia que la designación buscó evitar que el líder histórico del Partido de los Trabajadores fuera detenido.

Escuchas de la Policía Federal habilitadas por el juez federal Sergio Moro –que investiga la corrupción en Petrobras y tomó el caso en que se investiga a Lula da Silva por coimas–, indican que Rousseff actuó para impedir la detención del exmandatario, informaron varios medios brasileños.

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Esos audios fueron incluidos ayer en la investigación de Moro, que debía decidir sobre el pedido de prisión que recae sobre Lula. Con el nombramiento, el político queda fuera de su alcance al ganar inmunidad como ministro. Esa posición le concede a Lula da Silva privilegios especiales, entre ellos que la justicia federal pierde jurisdicción y cualquier acción en su contra pasa al Tribunal Supremo Federal.
En el audio, divulgado por la prensa y que fue registrado ayer a lahora 13:32, se escucha a Rousseff decirle a Lula que le está enviando el decreto con la toma de posesión del cargo, para que lo utilice "si es necesario", es decir, en caso de que su detención se produjera ayer, informó Veja en su edición digital.

El anuncio oficial de Rousseff sobre la designación, en conferencia de prensa, fue efectuado poco más tarde de registrada esa conversación, a la hora 16.

En esa instancia, la presidenta negó enfáticamente que el nombramiento tuviera como propósito evadir a la Justicia ni otorgarle al expresidente algún tipo de protección especial.

Tras la divulgación de los audios, varios legisladores opositores reunidos en el plenario de la Cámara de Diputados plantearon a coro el pedido de renuncia para la presidenta. Los cantos comenzaron cuando el diputado Darcísio Perondi, del PMDB, acercó al micrófono parte de la grabación, informó Veja.
Además, unas 2.000 personas se congregaron de manera espontánea frente a la sede de la Presidencia en Brasil para reclamar la renuncia de la presidenta.

Más temprano, trascendió que Lula había condicionado también su llegada al gobierno a la aceptación por parte de Rousseff de una reforma de su gabinete para colocar en él a dirigentes de confianza del exmandatario –lo que ya concedió–, con el propósito de dar nuevo impulso a la administración frente al pedido de destitución que deberá afrontar la presidenta, informó Folha de São Paulo.

Desde esa posición, además, buscaría fortalecer a la debilitada Rousseff ante los embates de la oposición.

El cargo que asumirá Lula es uno de los más importantes del país, y fue el que en un momento tuvo Rousseff cuando el presidente era él. Desde el Ministerio de Presidencia se controlan todos los resortes del poder, lo que le permitirá influir en cada una de las decisiones de su sucesora y también en las de su base parlamentaria. Su rol será tan relevante que ayer, una vez conocida la noticia, la influyente revista Veja publicó la noticia en su versión digital con el título "Disfrazado de ministro de la Casa Civil, Lula asume su tercer mandato".

Según fuentes oficiales, precisamente una de las principales tareas de Lula será aglutinar a esa fragmentada base parlamentaria del oficialismo, de cara al eventual juicio político que el Congreso puede retomar contra la presidenta en los próximos días. Si bien ya se conoce la postura que adoptarán la mayoría de los legisladores, algunos todavía están indecisos. El antiguo líder sindical hará estas gestiones bajo la sombra de las causas abiertas en su contra, en las que es sospechoso de enriquecimiento ilícito, blanqueo de dinero y falsificación de documentos. Todavía la Justicia no se pronunció sobre los cargos, pero la Fiscalía de San Pablo pidió su detención preventiva, que todavía no había sido decidida.

Inmune

Al incorporarse al gabinete, Lula ganará fueros que le aseguran inmunidad y privilegios ante la justicia federal. A partir de ahora, las causas en su contra deberán pasar por la Corte Suprema, y eso dilatará todos los procesos.

El expresidente se libra así del implacable juez Moro, a quien pasaron las principales causas en su contra y quien investiga la trama de corrupción en Petrobras. El magistrado mantendrá los casos contra la esposa de Lula, Marisa Letícia Lula da Silva, y su hijo mayor, Fabio Luiz.

Oposición implacable

En tanto, la opositora Marina Silva, dos veces candidata a las elecciones presidenciales de Brasil, fue una de las primeras en reaccionar y señalar que el nombramiento supone un "cambio de sistema político sin pasar por la Constitución".

Remarcó que Lula no fue elegido para un puesto tan alto, que con esto solo busca eximirse de la investigación y que la presidenta solo pretende ganar tiempo ante el juicio político que enfrentará en cualquier momento.

"En lugar de dar explicaciones y asumir sus responsabilidades, el expresidente Lula prefirió huir por la puerta de atrás. Va a asumir un ministerio para asegurarse el fuero parlamentario (...). Es una confesión de culpa y una bofetada a la sociedad. La presidenta Dilma, al invitarlo, se torna su cómplice", afirmó el líder del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en la Cámara de Diputados, Antonio Imbassahy.

El fin de semana el principal aliado de la coalición de gobierno, el centrista PMDB, anunció que podría romper la alianza, lo que dejaría a Rousseff en una posición muy frágil. Y todo esto mientras el país se debate en una recesión económica que podría ser la peor en un siglo.

Todos menos dos, sospechosos o culpables

A excepción de la presidenta Dilma Rousseff y del actual ministro, todos los anteriores titulares del Ministerio de la Presidencia que ocupará Lula da Silva resultaron salpicados en los últimos años por grandes escándalos de corrupción.

José Dirceu, quien ocupó ese cargo los dos primeros años del primer mandato de Lula, está en prisión acusado de participar en la red de corruptelas de Petrobras y ya había sido condenado a 10 años de cárcel por un sonado asunto de sobornos parlamentarios.

Dirceu fue sucedido por Rousseff, quien salió indemne del cargo, pero su sucesora Erenice Guerra es investigada por diversos asuntos que incluyen el caso Petrobras.

Ya con Rousseff en el poder, ese ministerio estuvo primero en manos de Antonio Palocci, destituido tras cinco meses en el cargo por denuncias de enriquecimiento ilícito y sospechoso ahora de haber participado en el caso de corrupción en la petrolera estatal, al igual que su sucesora, la senadora Gleisi Hoffman. El cargo fue ocupado luego por Aloizio Mercadante, actual ministro de Educación y acusado este martes por el exjefe del oficialismo en el Senado Delcidio Amaral, también detenido por el caso Petrobras, de haber intentado sobornarlo a cambio de que no cooperara con la Justicia.

Lula reemplazará a Jacques Wagner, el primer ministro de la Presidencia que dejará el cargo sin sospechas, desde que la propia Rousseff lo hizo en marzo de 2010.

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