Anoche se vivió una nueva jornada de las primarias para elegir candidatos presidenciales en
EEUU que se saldó con contundentes e importantes victorias de
Donald Trump y con una sorprendente derrota de Hillary Clinton en Michigan, que da alas a su rival
Bernie Sanders.
Aunque eran dos los estados que celebraban primarias demócratas y cuatro los de republicanas, todos los ojos estaban centrados en Michigan, considerado un estado crucial tanto por la cifra de delegados que repartía (la mayor en ambos casos) como por lo que éste representa a nivel demográfico.
Michigan fue el primer estado en votar del conocido como cinturón industrial de EEUU (del que, de hecho, es su mayor insignia), una zona antaño pujante, rica y muy poblada que durante las últimas décadas se ha visto fuertemente golpeada por la desindustrialización y que sufrió con especial intensidad la crisis económica.
En el bando republicano, Trump se llevó Michigan por un amplio margen de más de 10 puntos, lo que fue interpretado como muestra no solo de su solidez en esta campaña sino de que puede lograr buenos resultados en estados con una composición socioeconómica similar a la de los codiciados Ohio y Pensilvania.
Por parte de los demócratas, el senador por Vermont y autoproclamado socialista democrático Bernie Sanders dio la gran sorpresa de la noche y se impuso en Michigan (aunque por un margen muy ajustado) a su rival, Hillary Clinton.
Pese a que la diferencia final fue mínima (49,9% frente a 48,2%), la victoria de Sanders en este estado tiene una significación especial, ya que por un lado demuestra el poderío del senador en el cinturón industrial y, por otro, desafía a las encuestas, que le vaticinaban una derrota aplastante en Michigan.
"Los medios corporativos nos habían descartado. Los encuestadores decían que estábamos muy atrás. Pero ganamos. Gracias, Michigan", agradeció a los votantes el senador en la red social Twitter tras conocer los resultados.
Al margen de Michigan, Clinton y Trump se llevaron el sureño Misisipi por los bandos demócrata y republicano, respectivamente, (ambos por amplios márgenes sobre sus rivales, especialmente en el caso de la exsecretaria de Estado), mientras que el senador Ted Cruz se apuntó su séptima victoria de lo que va de campaña en Idaho.
Así las cosas, en la carrera republicana Trump suma 446 delegados y lo siguen Cruz con 347 y Rubio con 151. John Kasich no se ha retirado de la contienda pese a que lleva 54. Para ser nominado candidato a presidente, un aspirante republicano debe conseguir al menos 1.237 en la convención de mitad de año.
Entre los demócratas, Clinton sigue primera con 1.221 delegados, y Sanders acumula 571. En ese caso el número clave es 2.383.