Julio ha sido un mes agitado en
Netflix. La principal plataforma de
streaming estrenó varias producciones en los últimos 20 días, con lo que engrosó su programación original, ya de por sí abultada. Algunos ejemplos son el anime Castlevania, la serie Friend from college, el documental En busca del coral y también la película Hasta el hueso, con el protagónico de Lily Collins. Este viernes, además, Netflix extrena otra serie destacada por su elenco y premisa: Ozark.
Protagonizada por Jason Bateman (Arrested Development) y Laura Linney (The Truman Show), Ozark sigue a un asesor financiero que se dedica a lavar dinero para uno de los carteles más peligrosos de México en Chicago. Luego de ser traicionado por su propio socio y amenazado de muerte por los
narcotraficantes, Marty Byrde (Bateman) debe trasladarse a los bosques de Ozark, en Misuri, con una misión: lavar todo el capital del cartel antes de que maten a su familia.
Los problemas llegan cuando sus negocios comienzan a interferir en la vida de los habitantes de los Ozarks, cuyos días están regidos de acuerdo a los intereses de la familia Snell, una de las más antiguas del lugar. Los Byrde deberán adapatarse a las nuevas reglas de ese lugar desconocido o sufrir las consecuencias y la violencia del cartel.
Rodada bajo una penumbra permanente y azulada, Ozark es una historia sólida y pausada que agradará a los espectadores que gusten de personajes bien desarrollados y un argumento que tensará a más de uno.
Ozark es, además, una confirmación de que Jason Bateman, usualmente asociado a la comedia, puede interpretar personajes más dramáticos y oscuros. El actor, además, se encarga de abrir y cerrar la temporada con cuatro capítulos bajo su dirección. La serie está disponible a partir de este viernes en Netflix.