Raimundo Lira y Antonio Anastasia, los dos senadores designados por la Comisión

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Senado analiza el impeachment contra Dilma y Temer se prepara

Dos parlamentarios de la oposición fueron elegidos para dirigir la comisión de 21 senadores
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27 de abril de 2016 a las 05:00
El proceso de impeachment se puso en marcha, finalmente, en la Cámara de Senadores. La comisión de 21 senadores que analizará si existen méritos jurídicos para destituir a la presidenta brasileña Dilma Rousseff celebró ayer su primera reunión de trabajo para elegir a su presidente y a su instructor. Ambos cargos quedaron en manos de la oposición, ya que Raimundo Lira, senador del Partido por el Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), se encargará de la presidencia del organismo y Antonio Anastasia, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), será el instructor. El trabajo de Anastasia consistirá en redactar el informe que recomendará procesar a Rousseff o, de lo contrario, archivar el caso. La elección de Anastasia fue realizada en medio de las quejas generalizadas de los senadores oficialistas.

La comisión parlamentaria decidió que el próximo 6 de mayo votará si recomienda que Rousseff sea procesada, con lo cual, si eso se aprueba, el pleno del Senado debería decidir por mayoría simple (42 votos de 81 escaños) alrededor del 10 de mayo si se instaura un juicio político para la destitución de Rousseff.

Si el Senado abre el juicio político, Rousseff será separada del cargo durante los 180 días que puede durar el proceso y su vacante sería cubierta durante ese período por Michel Temer, el vicepresidente, quien completaría el mandato hasta el 1 de enero de 2019 si la destitución se hace efectiva.

Sobre esta posibilidad, Temer actuó públicamente con discreción, más allá de que se conoce que en su círculo íntimo estuvo manejando la constitución de su eventual gabinete. Sin embargo, el actual vicepresidente de Brasil manifestó ayer por primera vez en una entrevista con O Globo que está preparado para asumir el control del gobierno de Brasil.

"Me encuentro en una situación muy difícil", dijo Temer, quien explicó que si bien es necesario aguardar la decisión del Senado, también debe "estar preparado" para "asumir al día siguiente", si la Cámara alta se inclina por destituir a la mandataria.

A su vez, Temer reconoció que las consultas que realizó en las últimas semanas con dirigentes políticos, economistas y otras personalidades son "sondeos" de cara a un posible gobierno, pero aclaró que no ha "asumido compromisos con nadie" sobre ningún cargo.

A pesar de todo, dio algunas pistas sobre algunos de los ministros que puede llegar a escoger en caso de asumir la presidencia, sobre todo en el Ministerio de Hacienda, uno de los cargos claves debido a la profunda crisis económica que sufre el gigante regional.

El vicepresidente dio a entender que este cargo lo ocuparía Henrique Meirelles, expresidente del Banco Central de Brasil durante los períodos en los que Lula fue presidente.

Temer agregó que también recortaría el número de ministerios que hoy se encuentran en funcionamiento.

"Si tengo que asumir, pretendo tener un máximo de 25 ministerios, pero si se puede tendría hasta un poco menos", explicó.

Nuevos ataques de Lula

En tanto, el expresidente Lula da Silva había mantenido un inusual silencio en los últimos días. Sin embargo, esta situación terminó el lunes, cuando efecgtuó fuertes acusaciones contra los políticos que llevan a cabo el impeachment, a los que calificó de "políticos corruptos que no se conforman con el resultados de las urnas".

En su discurso ante un seminario de izquierdas en San Pablo, el exmandatario arremetió también contra el jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, a quien acusó de encabezar el proceso para acortar el mandato de Rousseff, a pesar de ser "un reo en dos procesos de corrupción".
Lula también criticó a los medios de comunicación del país, a los que acusó de respaldar el "golpe" contra el gobierno

Respaldo del pueblo a nuevas elecciones

Un 62% de los brasileños considera que la crisis que sacude al país se resolvería con la salida de la presidenta Dilma Rousseff así como la de su vicepresidente y la convocatoria a nuevas elecciones, según un sondeo de Ibope divulgado ayer.

Un 25% se mostró a favor de la permanencia de Rousseff, mientras apenas un 8% consideró que el vicepresidente Michel Temer podría resolver los problemas en los que se encuentra el país. Además, la crisis política ha afectado la opinión de los brasileños sobre su democracia: apenas un 14% dice estar satisfecho con el funcionamiento de este sistema de gobierno, el menor índice desde 2008, mientras un 83% se declara "poco o nada satisfecho".

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