Sylvester Stallone se calza los guantes de cara al Oscar

Hollywood ama a los underdogs. El término en inglés define a un competidor que cree que tiene pocas posibilidades de ganar una pelea o un concurso. Aunque la palabra ha transcendido su naturaleza deportiva y hoy se aplica a cualquier personaje que lucha con una desventaja, la industria estadounidense siempre ha tenido gusto particular por dejarse emocionar con las historias de los campeones que triunfan desde abajo tras un retorno espectacular. Y si hay alguien que ha sabido volver con gracia y resultar triunfador, ese es Sylvester Stallone.

Stallone es una estrella del cine. Con sus papeles en las franquicias de Rocky y Rambo a fines de la década de 1970 y principios de 1980 alcanzó esa fama mundial que solo algunas celebridades consiguen. Fue premiado como actor, así como director, guionista y productor detrás de la historia del boxeador estadounidense, Robert "Rocky" Balboa. Pero tras dejar los laureles arrojados hacia su ring ficticio, los 1990 le trajeron a Stallone una serie de papeles olvidables que lentamente lo llevaron al ostracismo de la gran pantalla.

Frente a ello, el actor hizo algo que hoy es una práctica común dentro de la industria y volvió, una y otra vez, a los papeles que le dieron una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Tanto Rambo como Balboa han tenido sus retornos al cine en el nuevo milenio. Stallone también volvió a definir el cine de acción con su saga Los indestructibles, en la que demostró que él y sus viejos colegas están prontos pare reírse de sí mismos en una aproximación extremadamente entretenida hacia las películas del género.

El nuevo regreso de Stallone puede ser el más significativo de la última parte de su carrera. Una vez más el actor, que en 2016 cumplirá 70 años, volverá al cine como Balboa. Pero hay una vuelta de tuerca. No solo será la primera vez que Stallone no protagonice una película en la que interpreta al boxeador, sino que también se trata de una actuación que ha generado el entusiasmo suficiente para querer brindarle a Stallone una nueva nominación y quizá un Oscar por su labor actoral.

Creed: corazón de campéon es la nueva película dentro de la franquicia de Rocky. Como su título aventura, el filme no está centrado en el luchador de Philadelphia. La cinta dirigida por Ryan Coogler está protagonizada por el actor Michael B. Jordan (Poder sin límites, Los 4 Fantásticos) como Adonis "Donnie" Johnson Creed. Se trata del hijo ilegítimo del rival y luego amigo de Rocky, Apollo Creed, interpretado por Carl Weathers durante las primeras cuatro películas de la saga.

El filme, considerado una película derivada dentro de la saga, se estrenará en febrero en Uruguay pero en Estados Unidos ya ha sorprendido por varios motivos. En primer lugar, ha demostrado que el pasaje de la antorcha creativa puede realizarse sin sentir que se está exprimiendo una idea hasta el hartazgo. Con el dúo director y actor entre Coogler y Jordan –quienes en 2013 realizaron la dura y excelente Fruitvale Station– narrando una nueva historia de un underdog, los críticos de cine norteamericanos han pronunciado que el filme pega sus golpes de manera efectiva, uno tras otro. El avance también adelanta que se trata de un espectáculo visual pocas veces aprovechado en las películas de deporte.

Stallone, quien aquí pelea desde un papel secundario como el entrenador de Donnie, quien realmente parece brillar en Creed. Los años de profesión parecen haberle traído la gravedad suficiente para que, en el mismo papel que la valió una nominación al Oscar a Mejor actor en 1976, pueda volver a lograrlo 40 años después.

Todavía quedan varias semanas para comprobar de primera mano si Stallone es realmente digno de tanto entusiasmo. Pero no quedarán dudas que la nominación (¿y una posible victoria?) será el fiel reflejo de que no hay mejor historia que la de una caída seguida de un ascenso victorioso.