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Temer cercado por el fiscal general

Rodrigo Janot espera presentar una acusación formal la próxima semana, lo que complicaría al presidente
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22 de junio de 2017 a las 05:00
El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, es quien hoy por hoy parece tener el poder suficiente para inclinar el fiel de la balanza en la controvertida y compleja situación del presidente Michel Temer.

Mientras espera el resultado de unas pericias para presentar, probablemente la semana próxima, una acusación formal contra el presidente, también es consciente de que debe actuar contrarreloj.

Es que el mandato del fiscal caduca indefectiblemente en setiembre próximo y, tanto el sucesor de la expresidenta Dilma Rousseff, como su entorno más cercano, saben que una vez que esto suceda la calma puede retornar al palacio de Planalto nombrando a un sucesor afín al gobierno.

Pero claro, para que eso suceda, Temer deberá sortear los distintos obstáculos legales que pueda interponer la Fiscalía General, antes de que el propio presidente se adjudique la potestad de nombrar a su sucesor, con lo cual seguramente podrá respirar más tranquilo.

El presidente -que pese al escándalo viajo a Rusia y Noruega- se encuentra bajo investigación de la Corte Suprema por los presuntos delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la Justicia y asociación ilícita.

La grabación

Janot todavía espera una pericia que dé autenticidad a la grabación realizada por el empresario del sector cárnico, Joesley Batista, el pasado 7 de mayo.

Ese día, el principal accionista de JBS, el mayor exportador de carne brasileño, se había reunido con el mandatario y lo grabó sin que este lo advirtiera.

En la grabación –que forma parte de una delación premiada del empresario y otros ejecutivos de su empresa de manera de atenuar sus condenas por delitos de corrrupción– el presidente acepta recibir sobornos a cambio de favorecer al grupo, además de convalidar el pago de coimas al expresidente de la Cámara de Diputados, y antiguo aliado suyo, Eduardo Cunha, para no hablar.

Temer también menciona el nombre de Rodrigo Rocha Loures, un parlamentario de su máxima confianza, que hoy está preso.

En la conversación grabada por Batista, Temer dijo que el interlocutor para lograr beneficios del gobierno sería justamente Rocha Loures, a quien en Brasil se conoce ya como el "diputado de la maleta".

Es que algunos días después, Rocha Loures fue filmado por la Policía cuando salía de una pizzería paulista y llevaba una maleta en la que llevaba dinero, equivalente a unos 150 mil euros.
El dinero fue entregado por un colaborador del empresario.

En su declaración, los ejecutivos de JBS habían dicho que acordaron con Temer pagar esa cantidad cada semana por un plazo de 25 años. Aunque Temer demandó a Batista por difamación, un juez rechazó la denuncia por entender que el empresario está colaborando con la Justicia.

El rol del fiscal

Un informe de la Policía Federal entregado a la Justicia esta semana avala la existencia de pruebas respecto a que Temer está implicado en el cobro de sobornos e inclurrió en el delito de "corrupción pasiva".

Una vez que reciba la pericia, el fiscal Janot posiblemente presente una denuncia concreta al Supremo Tribunal Federal (STF).

En caso de que la acusación pueda comprobarse, el STF requerirá de la aprobación de dos tercios de la Cámara de Diputados (342 de 513 legisladores) para la apertura de una investigación formal.

A pesar de que ya no tiene el mismo apoyo que poseía al asumir el 12 de mayo de 2016, el presidente tendría de su lado a un grupo considerable de diputados que están bajo sospecha, igual que él, y que eventualmente le permitirían sortear este escollo.

Si los parlamentarios avalaran la solicitud del Supremo Tribunal, Temer debería dejar el cargo por seis meses, lo mismo que le sucedió a Rousseff el año pasado. En ese plazo, el STF debería juzgar el caso y decidir la suerte de Temer.

Apoyo de Putin en medio de la tormenta

En medio del escándalo de corrupción que se cierne sobre su figura y la totalidad del sistema político brasileño, Michel Temer buscó algo de paz y ganar tiempo, con su viaje oficial a Rusia y Noruega.

Esta semana, en Moscú, el presidente brasileño se reunió con su homólogo ruso, Vladimir Putin, con quien acordó ampliar las relaciones bilaterales estratégicas y promover importantes proyectos de inversión.

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