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Temer evita juicio político; puede ser juzgado al terminar mandato
Oposición intentó retrasar la votación con falta de quórum y como forma de ganar tiempo
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03 de agosto de 2017 a las 05:00
El presidente de Brasil, Michel Temer, lo hizo de nuevo. Al igual que había sucedido en junio –cuando eludió un pronunciamiento del máximo tribunal electoral por supuestas irregularidades en la campaña para las elecciones de 2014–, evitó este miércoles un juicio político que pudo alejarlo del poder, luego de la denuncia por corrupción presentada en su contra por el fiscal, Rodrigo Janot.
Al hacer gala una vez más de su incontrastable astucia política y su innegable poder de negociación, el mandatario consiguió que el juicio político en la Cámara de Diputados no prosperara,pues los votos de legisladores de su base política bloquearon el intento de la oposición.
De esa manera, el presidente, un zorro viejo de la política brasileña, logró impedir que la denuncia llegara al Supremo Tribunal, con lo cual su cargo pudo estar en riesgo y con ello el final de su dilatada carrera política.
Si la denuncia llegaba al Supremo Tribunal, el presidente debía dejar el cargo por 180 días. Durante el juicio, sería reemplazado por el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia.
En ese caso, una vez concluido un eventual juicio político, el Congreso hubiera debido designar al sucesor del presidente para completar el mandato hasta fines de 2018.
La oposición hubiera necesitado dos tercios de los votos (342 sobre 513 diputados) para que la denuncia continuara su curso.
Pero ya de antemano, distintos analistas preveían que ello no sería posible, pues Temer mantenía –aunque menos que antes– el apoyo de su base política.
En los hechos, el presidente necesitaba que 172 diputados lo apoyaran, se abstuvieran o se ausentaran para que la denuncia fuese inviable.
Temer (del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, PMDB), consiguió su propósito con 159 votos a favor de archivar la denuncia, más una abstención y doce ausencias. Fue así como sus aliados bloquearon el intento de la oposición, cuyos legisladores reclamaban la dimisión del presidente.
La sesión, que no estuvo exenta de polémicas, discusiones e incluso tumultos comenzó sobre las 9 de la mañana y todo parecía indicar que continuaría por lo menos avanzada la madrugada.
El debate comenzó con cierto retraso, pues se requería un quórum mínimo de 56 diputados, mientras otros legisladores portaban una pancarta con la leyenda "Fuera Temer".
El primer orador fue el diputado Paulo Abi-Ackel –del aliado Parrtido de la Social Democracia Brasileña (PSDB)– autor del informe que debía votar el plenario, y que recomendaba archivar la denuncia, con el argumento de que la acusación carecía de pruebas.
A su vez, la defensa del presidente argumentó que este puede ser juzgado tras el final de su mandato.
En la grabación de una conversación con el empresario Joesley Batista, propietario del holding cárnico JBS, Temer parecía estar de acuerdo con el pago de sobornos al expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, –hoy procesado en el marco de la investigación Lava Jato por el escándalo Petrobras– como forma de comprar su silencio.
A su vez, el video mostraba a un estrecho colaborador de Temer, el exdiputado Rodrigo Rocha Loures, cuando llevaba una maleta con unos US$ 150 mil. Batista afirmó que ese dinero era para que Temer utilizara su influencia y favoreciera a la empresa.
Tres horas y media después de iniciado el debate, comenzó la votación propiamente dicha, al comprobarse que existía un quórum mayor al requerido (se precisaban como mínimo 342 diputados y en la tarde, luego de una prórroga había un número mayor).
Por la mañana unos treinta diputados entraron al recinto de la cámara baja con carteles en los que se pedía la dimisión del gobernante, que sustituyó hace un año a la expresidenta Dilma Rousseff, a la que se inició un juicio político por manipular las cuentas públicas.
Diputados de la izquierda también colocaron en el piso una valija abierta llena de billetes falsos con la cara de Temer; tras una fuerte discusión arrojaron los billetes al aire y estos cayeron sobre la bancada del oficialismo.
Pero también hubo una amenaza de pelea cuando diputados de la oposición arrebataron de las manos de partidarios de Temer muñecos con la figura del expresidente Lula da Silva vestido como un preso.
Lula fue condenado hace algunas semanas a nueve años y medio de cárcel por corrupción en el caso Petrobras.
Al hacer gala una vez más de su incontrastable astucia política y su innegable poder de negociación, el mandatario consiguió que el juicio político en la Cámara de Diputados no prosperara,pues los votos de legisladores de su base política bloquearon el intento de la oposición.
De esa manera, el presidente, un zorro viejo de la política brasileña, logró impedir que la denuncia llegara al Supremo Tribunal, con lo cual su cargo pudo estar en riesgo y con ello el final de su dilatada carrera política.
Si la denuncia llegaba al Supremo Tribunal, el presidente debía dejar el cargo por 180 días. Durante el juicio, sería reemplazado por el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia.
En ese caso, una vez concluido un eventual juicio político, el Congreso hubiera debido designar al sucesor del presidente para completar el mandato hasta fines de 2018.
La oposición hubiera necesitado dos tercios de los votos (342 sobre 513 diputados) para que la denuncia continuara su curso.
Pero ya de antemano, distintos analistas preveían que ello no sería posible, pues Temer mantenía –aunque menos que antes– el apoyo de su base política.
En los hechos, el presidente necesitaba que 172 diputados lo apoyaran, se abstuvieran o se ausentaran para que la denuncia fuese inviable.
Temer (del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, PMDB), consiguió su propósito con 159 votos a favor de archivar la denuncia, más una abstención y doce ausencias. Fue así como sus aliados bloquearon el intento de la oposición, cuyos legisladores reclamaban la dimisión del presidente.
La sesión, que no estuvo exenta de polémicas, discusiones e incluso tumultos comenzó sobre las 9 de la mañana y todo parecía indicar que continuaría por lo menos avanzada la madrugada.
El debate comenzó con cierto retraso, pues se requería un quórum mínimo de 56 diputados, mientras otros legisladores portaban una pancarta con la leyenda "Fuera Temer".
El primer orador fue el diputado Paulo Abi-Ackel –del aliado Parrtido de la Social Democracia Brasileña (PSDB)– autor del informe que debía votar el plenario, y que recomendaba archivar la denuncia, con el argumento de que la acusación carecía de pruebas.
A su vez, la defensa del presidente argumentó que este puede ser juzgado tras el final de su mandato.
La denuncia
La denuncia de Janot fue realizada después que en mayo la divulgación de una grabación y un video comprometieran seriamente al presidente.En la grabación de una conversación con el empresario Joesley Batista, propietario del holding cárnico JBS, Temer parecía estar de acuerdo con el pago de sobornos al expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, –hoy procesado en el marco de la investigación Lava Jato por el escándalo Petrobras– como forma de comprar su silencio.
A su vez, el video mostraba a un estrecho colaborador de Temer, el exdiputado Rodrigo Rocha Loures, cuando llevaba una maleta con unos US$ 150 mil. Batista afirmó que ese dinero era para que Temer utilizara su influencia y favoreciera a la empresa.
Bloqueo fallido
Consciente de que los votos no le alcanzarían, la oposición intentó postergar la votación para ganar tiempo.Tres horas y media después de iniciado el debate, comenzó la votación propiamente dicha, al comprobarse que existía un quórum mayor al requerido (se precisaban como mínimo 342 diputados y en la tarde, luego de una prórroga había un número mayor).
De aquí en más
Juicio
La defensa del presidente consideró que Temer podrá ser juzgado cuando culmine su mandato, el 1 de enero de 2019.Archivo
Como la oposición no alcanzó los votos suficientes para impulsar el juicio político, la denuncia será archivada, al menos hasta que Temer deje el poder.Gestión
Pese a que sus allegados afirman que Temer lidera la "reconstrucción" del país, su gestión tiene hoy una tasa de aprobación de 5%.Tensión, discusión, billetes y peleas
La sesión en la que se trató la suerte del presidente Michel Temer tuvo momentos de alta tensión.Por la mañana unos treinta diputados entraron al recinto de la cámara baja con carteles en los que se pedía la dimisión del gobernante, que sustituyó hace un año a la expresidenta Dilma Rousseff, a la que se inició un juicio político por manipular las cuentas públicas.
Diputados de la izquierda también colocaron en el piso una valija abierta llena de billetes falsos con la cara de Temer; tras una fuerte discusión arrojaron los billetes al aire y estos cayeron sobre la bancada del oficialismo.
Pero también hubo una amenaza de pelea cuando diputados de la oposición arrebataron de las manos de partidarios de Temer muñecos con la figura del expresidente Lula da Silva vestido como un preso.
Lula fue condenado hace algunas semanas a nueve años y medio de cárcel por corrupción en el caso Petrobras.
