Tres Tannat que no rompen el paladar

Para cerrar el mes del Tannat, me propongo recomendar tres etiquetas de tintos uruguayos elaborados con esa cepa que no rompen el paladar. Una de las cosas que más lamento es escuchar críticas hacia el Tannat porque es “fuerte” o “lija”. Como dije en el post anterior, ese tipo de afirmaciones no solo son injustas sino inexactas, porque a esta altura no se puede hablar de un solo Tannat, porque el Tannat tiene mil caras (por suerte).

Tuve la oportunidad de probar algunos que caen como anillo al dedo para los desencantados del Tannat. ¿Por qué? Son vinos con menos intensidad tánica, menos astringentes… en definitiva menos “fuertes”, como dicen los críticos, pero sin dejar de lado la intensidad en color, aromas y expresión que tiene la cepa.

Alguno de los tres puede encontrarse en supermercados o grandes superficies comerciales, pero lo mejor es dedicarle un tiempo a la compra y asistir a una tienda especializada. Los precios son tomados del catálogo digital de Iberpark.

Don Próspero Tannat Maceración Carbónica, bodega Pizzorno (Canelones)

$229

La maceración carbónica consiste en conservar los racimos enteros en una pileta sin oxígeno, y con el agregado de gas carbónico. Esas condiciones generan procesos químicos que, en definitiva, logran que las características de acidez y astringencia de los tintos se suavicen. Este Tannat de Pizzorno, elaborado por Marcelo Laitano y Carlos Pizzorno, es un gran ejemplo de lo que se puede hacer con esta cepa sin la necesidad de estremecer el paladar. Gran relación calidad-precio.

Apartado Tannat, bodega Montes Toscanini (Canelones)

$270

Lo acertado de este vino es que, al no tener pasaje por madera, guarda toda la fruta y la expresión fresca del Tannat. Escuché a más de uno tildar a este tinto de “suave” para ser un Tannat. Puede ser cierto. De todos modos, mantiene la potencia de la variedad y es otra muy buena opción para iniciarse en la cepa o descansar de tantos taninos.

Tannat Senza, bodega Bertolini & Broglio (Salto)

$ 495

Un vino más exclusivo de una bodega de Salto, la tierra de Pascual Harriague. También destaca que no tiene pasaje por barrica, y eso se nota en el vino, que explota en fruta y aromas secundarios (de la fermentación). Intenso y amable.