Un artículo de opinión escrito por el ingeniero Juan Grompone en el semanario Voces, titulado "El capitalismo y los asalariados", aborda la polémica generada por la llegada de Uber a Uruguay, pero desde un punto de vista particular: "La relación entre el capitalismo, los asalariados y la sociedad futura".
El escritor y pensador plantea que la izquierda ha confundido la definición de capitalismo que se incluye en El Capital de Carlos Marx (sociedad de clases donde el trabajador es asalariado) y en muchos casos ha utilizado la acepción "sociedad donde los medios de producción son privados". La confusión, opina Grompone, afectó a la URSS, China, Vietnam y Cuba, donde para construir el "socialismo real" se convirtieron los medios de producción en propiedad estatal, con el fin de destruir el capitalismo.
¿Cómo se relaciona todo esto con Uber, Airbnb y servicios similares? La tesis de Grompone es que para construir una sociedad post capitalista es necesario "destruir el trabajo asalariado". En ese contexto analiza entonces el papel que empresas como Uber están jugando. Considerada por Grompone como una empresa capitalista, recuerda que sus trabajadores son independientes, "dueños de sus medios de producción (el taxi), de sus horarios y días de trabajo". Estos trabajadores, dice, no son asalariados sino "algo algo muy diferente que crea todos los días la Sociedad de la Información".
Uber no ha inventado nada nuevoAlgo similar ya está pasando con otras profesiones (programadores, diseñadores, etc), que también son trabajadores independientes que deben pagar ellos mismos sus impuestos y seguridad social. ".Uber no ha inventado nada nuevo, solamente ha encontrado otro caso en el cual se puede romper con el trabajo asalariado", dice Grompone.
Agrega que el servicio está generando tanta polémica porque "ataca" directamente a un sector del transporte público "diseñado en el siglo 19".
Luego de repasar y exponer su punto de vista sobre las objeciones que se le hacen a Uber (destaca que la legislación de los países no se ha adaptado a un capitalismo global que comenzó hace 500 años), Grompone plantea que es hora que "la izquierda acepte reflexionar sobre el fracaso del "socialismo real", la propiedad de los medios de producción, el trabajo asalariado, la globalización, la nueva etapa del capitalismo y todo lo que se viene: la Sociedad de la Información todos los días crea nuevas maneras de destruir el trabajo asalariado".
Dice Grompone: "La Sociedad de la Información y las nuevas empresas capitalistas que manejan solamente información están haciendo simultáneamente dos cosas. Por un lado están creando nuevos empresas capitalistas virtuales, sin locales, sin fábricas ni países o trabajadores asalariados. Por otro lado, están transformado cada vez nuevos sectores de trabajadores asalariados en independientes. Se está cumpliendo la profecía de El Manifiesto: el capitalismo crea sus propios sepultureros".
"¿Cómo construir una sociedad futura si frente a toda innovación del capitalismo en lugar de ver que es un paso hacia su fin, se la rechaza y se usa como una oportunidad para dejar que todo siga igual?"
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