Un canguro irreverente en el camino de Holanda

Si su equipo fuera a jugar contra otro que viene de golear 5-1 al campeón del mundo, seguramente tomaría recaudos defensivos o agregaría más hombres a la zaga. Pero Australia no hizo nada de eso, al contrario, salió a jugarle de igual a igual a los naranjas, con total irreverencia, también por tener la obligación de sumar tras la derrota ante Chile en el debut.

Y en el primer tiempo los socceroos fueron los que estuvieron más tiempo en terreno rival y generaron más ocasiones de gol. Fue una defensa en ataque, con mucha presión y con control de pelota, la que practicó el equipo de Ange Postecoglou y le dio gran resultado en el primer tramo.

Anuló el medio campo y no logró dejar conectar a Sneijder, con Robben y Van Persie, el triángulo encargado de poner el vértigo en los tulipanes

Pero, ante Holanda, y más precisamente ante Robben, no se puede fallar. Los naranjas estaban al acecho con el jugador de Bayern Muncih agazapado y en el primer error australiano, se pusieron 1-0. El rápido punta luchó y robó una pelota en el medio, picó hasta el área, inalcanzable, y definió cruzado para abrir el marcador.

Parecía que se venía el festival de goles para los de Louis Van Gaal, pero la respuesta de Australia fue inmediata. Tim Cahill tomó la pelota de aire tras un centro al área y la metió arriba para el 1-1.

El empate descolocó a Holanda y volvió a darle el control a los canguros, que pudieron aumentar el marcador pero no estuvieron finos.

Para el segundo tiempo, los naranjas, que volvieron a jugar de azul, salieron decididos a tomar el protagonismo, adelantaron las líneas y el partido se hizo de ida y vuelta. De a poco, Australia fue sintiendo el gran esfuerzo del primer tiempo y perdiendo pie, pero en una corrida lograron un penal que les permitió pasar 2-1.

Y esta vez la que reaccionó rápido fue Holanda, ante otra falla de la zaga de los oceánicos, que dejó a Van Persie habilitado y sin marca dentro del área. Gran error. El 9 definió arriba y marcó el 2-2. Luego, Leckie pudo volver a darle la ventaja a los socceroos pero falló de forma increíble y en la carga, Memphis no perdonó y anotó el 3-2 definitivo con un remate desde 30 metros.

Ahí sí, Australia sintió el impacto y los de Van Gaal comenzaron a cerrar un partido en el que dejaron dudas, pero también demostraron que ganaron cuando quisieron y que no perdonan los errores del rival.