La subasta tendrá lugar en Paris el día 5 de febrero, y dado su precio de salida no sería extraño que se colocase a la cabeza de los más caros. Sin embargo, los US$ 38 millones pagados en su momento por el Ferrari 250 GTO Berlinetta de 1962 quedan lejos de los 52 millones de dólares que se cree que pagó un anónimo por otro Ferrari 250 GTO de 1963 en una operación entre particulares. Además del mencionado 335 S Spider Scaglietti, en la subasta también se ofreceran el 250 GT SWB Berlinetta (1963), el Testrossa Spider (1986), el 250 GT Cabriolet Series 2 (1962) y el Ferrari 365 GTB/4 Daytona (1972). Todos ellos ordenados según precio de salida.
Sotheby's lo subastó en diciembre por US$ 27 millones.
El nacimiento de una maravilla
Salió del taller en 1957 para sorprender a los apasionados del automóvil, equipado con una carrocería Scaglietti sorprendente y un diseño que nace de las necesidades de un potente coche de carreras. El motor, V12 de 3,8 litros estaba preparado para alcanzar los 360 CV (potencia máxima) y fue en marzo de ese mismo año cuando Ferrari lo eligió para las 12 horas de Sebring.
Terminó en sexta posición, conducido por Peter Collins y Maurice Trintignant, pero la realidad era que la cita predilecta para este modelo era la Mille Miglia prevista para mayo. Ferrari acudió con cuatro modelos, entre ellos el 250 California, que concluyó segundo, mejorando claramente sus prestaciones.
Al ser devuelto a la fábrica, su tamaño del motor se incrementó a 4.1 litros, por lo tantp, pasó a convertirse en un 335S. En ese punto ya pudo alcanzar los 300 km/h.
Para el 24 Horas de Le Mans , el coche se le dio a Mike Hawthorn (que se convertiría en campeón de Fórmula 1 en 1958 ) y Luigi Musso. Hawthorn tomó la delantera frente a la Maserati y Jaguares y estableció el primer récord de vuelta en la historia de la mítica cita sobrepasando los 200 km/h. A pesar de esto, tuvo que retirarse por problemas mecánicos.