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Un gol de Lacalle Pou que le suma puntos para ser líder
La dinámica impuesta por el Frente Amplio de asumir el doble juego de gobierno y oposición al mismo tiempo ha dejado a blancos y colorados en una posición incómoda. Sin embargo, cuando legisladores de los partidos fundacionales decidieron ir hasta el hueso, como en los casos de Pluna y ASSE, el rédito político fue positivo para sus intereses.
Ayer, al confirmar la bancada del oficialismo que se instalará una comisión investigadora en el Parlamento para indagar presuntas irregularidades en ANCAP, el senador blanco Luis Lacalle Pou se adjudicó una victoria personal. A esos efectos, importa poco si a la postre esa comisión encuentra o no elementos irregulares, delictivos o no. Si luego hay consecuencias, está claro que la victoria se tornaría épica, pero eso escapa al análisis actual. El hecho de haber obligado a la coalición de izquierda –que tiene mayoría parlamentaria y por lo tanto es mano– a poner bajo la lupa su administración en el ente petrolero, es un logro poco habitual para blancos o colorados.
A Lacalle Pou, además, le llega en un momento justo, ya que después de haber ganado la elección interna su liderazgo está en duda para una porción de los nacionalistas, y ese gol político lo fortalece y lo pone en carrera para consolidar su imagen.
Los blancos admiten sin pudor que la mayoría del tiempo bailan al ritmo de la música que toca el Frente Amplio. Eso, en términos políticos, es duro, ya que una de las cosas que los dirigentes necesitan es concitar la atención para poder trascender. Y al ocupar la izquierda el centro de todas las miradas, la oposición muchas veces queda pagando. Por eso el logro de Lacalle Pou, que se decidió a ir hasta el hueso con ANCAP, es relevante, y le suma puntos para terminar de ponerse el traje de líder del Partido Nacional.
