Las advertencias dicen "No tocar, oler ni comer ninguna planta. Los niños deben estar bajo supervisión todo el tiempo". El Poison Garden, o Jardín Venenoso, no es una atracción turística cualquiera. Ubicado dentro de un estricto enrejado, en los
del Castillo de Alnwick en el condado de Northumberland, al norte de Inglaterra, este jardín posee unas 95 variedades de plantas venenosas, así como también algunas especies de
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Este jardín atípico fue idea de la Duquesa de Northumberland, que en 1996 contrató a Jacques Wirtz, paisajista belga que trabajó en el Jardín de las Tullerías durante 14 años, y remodeló las 5 hectáreas del jardín adyacente al castillo. Sin planearlo creó, según el Museo Smithsonian, una de las atracciones turísticas más importantes del norte de Inglaterra.
El Poison Garden nació con la idea de crear un espacio diferente a todos los grandes jardines del mundo. E inspirada por el jardín de los Medici, donde cultivaban plantas venenosas, la Duquesa decidió crear un espacio verde mortal. En 2005 abrió sus puertas, incluyendo desde plantas exóticas hasta especies comunes, cuyos efectos a veces de desconocen. Entre ellas aparecen ricino, brugmansia, laburnum, circuta y belladona.
Asimismo, el jardín posee un costado educativo, ya que posee plantas de
marihuana, amapola y coca como maneras de educar sobre las drogas a sus visitantes.
Un recorrido se puede ver haciendo click en el video.