En febrero, el Gobierno del recientemente electo presidente de Argentina, Mauricio Macri, emitió el decreto mediante el cual se dispuso un significativo aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias (Decreto 394/16), que pasó de 15.000 a 30.000 pesos argentinos (de USD 1.000 a USD 2.000, aproximadamente según el tipo de cambio oficial actual).
Aunque con el retorno de las sesiones legislativas, el nuevo Gobierno sufrió un duro revés, cuando el 9 de marzo pasado no pudo avalarlo en la comisión bicameral de Trámite Legislativo. La comisión terminó emitiendo con ocho votos del kirchnerismo contra siete de Cambiemos y el peronismo federal y la abstención del massismo, un dictamen contrario al decreto, proponiendo su derogación.
El diputado nacional Raúl Pérez, del Frente Renovador de Sergio Massa, justificó su abstención proponiendo que se busque sancionar una nueva ley que regule en forma orgánica el impuesto a las ganancias, ocupándose también del postergado ajuste a las escalas del gravamen hasta 2017, que causó una importante reacción en las centrales sindicales. "Lo que está sucediendo es una discusión abstracta que en nada cambia al bolsillo de la gente. Deberíamos estar discutiendo una nueva ley", sostuvo Pérez luego de la emisión del dictamen de la comisión bicameral.
En estas condiciones, el decreto permanece plenamente vigente, y solo podría ser derogado si las dos Cámaras lo rechazan o sancionan una nueva ley.
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