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Un mundo repleto de trigo y de maíz

Los dos principales cereales acumulan cosechas récord y ese factor amenaza la recuperación del precio de las materias primas
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22 de julio de 2016 a las 05:00
Por Blasina y Asociados, especial para El Observador

Es casi un hecho. EEUU tendrá otra cosecha récord de maíz. Que se sumará a los rendimientos récord en trigo y que llevará a que el mundo vuelva a cosechar más de 1.000 millones de toneladas del principal grano que se siembra en el mundo.

Y hay otros récords que complican a la agricultura uruguaya. Como el de las reservas de China en trigo y maíz. Los dos cereales principales atraviesan un período de abundancia inédita que plantea problemas serios a la agricultura uruguaya.

La diversificación se hace muy difícil. La soja acentúa una posición mucho más ventajosa que sus alternativas de verano, aunque es arrastrada a la baja por el buen tiempo en EEUU y la agricultura de invierno de Uruguay sin una presencia fuerte de trigo se hace muy difícil.

En EEUU la sucesión de buenas cosechas en maíz es impactante. Salvo que suceda algo muy extraño, con el cultivo ya en sus etapas posteriores a la floración, todo apunta a un nuevo récord de producción en 370 millones de toneladas. Los farmers han estabilizado rendimientos que superan en promedio las 10 toneladas y sostendrán un abastecimiento abundante a nivel global ya que son los principales exportadores del mundo.

A eso se suma un repunte de las exportaciones de Argentina y Brasil. Ambos aumentarán en forma marcada su producción el año próximo, salvo que La Niña traiga sequías fuertes. En el caso de Argentina impulsado por un diferencial impositivo respecto a la soja que mantiene las retenciones altas, mientras que para el maíz ya han caído.

En este caso las primeras proyecciones del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por su sigla en inglés) plantean que el país vecino pase de 28 a 34 millones de toneladas producidas, un récord absoluto que podrá mostrar Mauricio Macri en el próximo otoño. Y que significará una baja del precio de la alimentación del ganado de carne y leche en 2017 no solo para los argentinos, también para los uruguayos. Los precios del maíz en Uruguay, superiores a US$ 200 la tonelada, no estarán el año próximo.

Por otra parte, Brasil también dará un salto en su producción maicera porque los precios del cereal en el vecino del norte vuelan. Este año se han quedado sin el grano, tanto por exportaciones como por sequía. Mientras Argentina sube su producción en seis millones de toneladas, los brasileños lo harían en 10 millones, de 70 a 80 millones.

Y en este caso no es como en el de la soja, en el que China absorbe el crecimiento de la oferta. Los chinos están con un stock muy alto de maíz. Sus reservas han pasado los 100 millones de toneladas hace tres años y se mantienen allí, como un respaldo confortable.

El epicentro de la formación de precios internacionales es EEUU, que tendrá más saldo exportador y más reservas. En ambos casos cerca de 50 millones de toneladas, 53 millones en stock previsto a mediados de 2017, 10 millones más que el año pasado y el más alto desde 2005. Las exportaciones están previstas en 52 millones de toneladas, cuatro millones más que el año anterior y las mayores desde 2008.

EEUU tendrá más saldo exportador y más reservas, en trigo y en maíz.

Sube el consumo de raciones, pero ya casi no lo hace el de etanol, de modo que la persistencia de áreas muy grandes y rendimientos estabilizados en torno a 10.600 kilos como promedio nacional tienen al mundo más que bien provisto con maíz. Eso significa todo un desafío de competitividad por ejemplo a la lechería y la avicultura de Uruguay porque hay casi US$ 100 de sobreprecio entre el maíz en Uruguay y en EEUU, donde no va más allá de US$ 140 por tonelada.

Y también significará un desafío para los planes de uso y manejo de suelos. Con un precio de maíz por debajo de los US$ 180 el año próximo, también debe bajar el precio del sorgo, que está subordinado y es menor al del maíz. Es difícil diversificar en la agricultura de verano con esa perspectiva y además la todavía latente posibilidad de una situación Niña que afecte a las lluvias de primavera y verano.
En soja la volatilidad todavía puede continuar. El clima de agosto todavía puede generar cambios en el estado de los cultivos.

En maíz esta semana quedó claro que los cultivos han cruzado el período más crítico satisfactoriamente y dado el peso que EEUU tiene en el mercado mundial, el bajo precio del cereal parece instalado al menos hasta mediados del año próximo.

Por otra parte, no es muy distinta la situación del trigo, que ya de por sí tiene una demanda bastante estable y que ha disfrutado de rendimientos récord en EEUU y altas productividades en las principales zonas donde se cultiva. Además, como en el caso del maíz, Argentina se viene con una producción muy abundante.

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El escenario triguero


El stock mundial de trigo será a mediados de 2017 el mayor de la historia, superará en 10 millones de toneladas el nivel actual –que ya es récord– y le dará al mundo la tranquilidad de que hay por primera vez más de 250 millones de toneladas almacenadas. Una tranquilidad importante si recordamos que la primavera árabe, derivada en pesadilla islámica, se originó con precios récord para el cereal, del que los árabes en general –y Egipto en particular– son los principales demandantes del mundo.

La Unión Europea, la ex Unión Soviética y EEUU han logrado al unísono altos rendimientos y así tiene EEUU, también en este caso referencia fundamental para los precios, una situación de récord en stocks que dificulta cualquier ascenso en las cotizaciones y que impacta en Uruguay no solo sobre el trigo sino también sobre la cebada, que referencia su precio sobre el trigo de Chicago en su posición de diciembre que coincide con la cosecha de Uruguay.

Las reservas de EEUU superan 30 millones de toneladas por primera vez en 30 años. Y las reservas son altas en todas partes. De modo que los productores de Uruguay difícilmente reciban más de US$ 170 por tonelada, lo que marca también un inusual diferencial adverso respecto a los precios locales del maíz.

También en este caso va a pesar una mayor competencia con los trigos de Argentina, que van a estar exentos de los impuestos que los maniataron hasta ahora. Los argentinos pasarán de poco más de 11 millones producidos en la cosecha anterior a 15 millones en ésta. Y de esa manera serán una competencia siempre presente cuando Uruguay quiera sacar excedentes de trigo a Brasil, el comprador natural de la región. Los brasileños seguirán necesitando trigo en cantidad, pero para Uruguay el desafío será poder seguir colocando sus excedentes, pero en base a la calidad.

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Un factor que pesa en todos los sectores


La cosecha de maíz que ha quedado casi asegurada no solo implica un precio moderado para el grano más producido en el mundo. Le pone un techo a la recuperación del precio de la soja y de los lácteos. Por el lado de la soja, es factible que el área aumente como resultado de una relación de precios respecto al maíz. Los agricultores argentinos evalúan moderar su apuesta al maíz –que aumentará el área, pero no tanto–.

A su vez en la próxima primavera todo hace pensar que el área de soja de EEUU seguirá en ascenso. Las buenas condiciones de los cultivos en EEUU ya han impactado sobre el precio de todos los granos. En el caso de la soja del año 2017, que había pasado en Chicago de US$ 340 a US$ 400 la tonelada, que representa para el grano en puertos uruguayos unos US$ 20 menos, las cotizaciones de esta semana no llegan a US$ 360 luego de haber alcanzado más de US$ 400.

Los números vuelven a ponerse muy parejos. Y lo mismo puede decirse del mercado de lácteos. Con un mundo repleto de maíz y una cosecha récord llegando en unos 90 días, los precios de los lácteos demorarán en recuperarse. Mientras eso pasa en el mundo y el maíz en Chicago se ubica en US$ 140 y menos, los tamberos uruguayos deben pagar más de US$ 200 por tonelada. La región está por ahora mal abastecida. El año próximo el panorama será radicalmente diferente.

El precio del maíz será más bajo. Pero es difícil esperar que el precio de los lácteos mejore cuando el insumo clave para generar leche estará en el hemisferio norte a un precio sumamente bajo.

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