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Darío Pérez: Un rebelde de armas tomar

Inició en el Frente Amplio en Asamblea Uruguay, apoyó la precandidatura de José Mujica en 2009 y ya se alineó detrás de Daniel Martínez para 2019
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25 de junio de 2017 a las 05:00
Tres antiguos rifles decoran la pared que está encima de la estufa a leña y dos arcos de flechas descansan sobre un escritorio que es observado por una imagen del líder revolucionario mexicano Emiliano Zapata, regalo de un viejo amigo. Darío Pérez se ríe al recordar el video que circuló por las redes sociales donde se lo ve armado, discutiendo con varios individuos en moto que habían ingresado a su predio. "Siete veces me robaron el alambrado hasta que tuve que hacer una zanja de dos por dos", recuerda y se pone serio.

Conocido por ser uno de los diputados rebeldes del Frente Amplio, reconoce no obstante que la coalición es "lo más parecido" a sus pensamientos aunque hoy es una "izquierda entre comillas". Para este médico de San Carlos, el FA es más socialdemócrata que de izquierda y asegura que tendría que correrse más hacia ese lado. "Pero no como dice el MPP", aclara rápidamente mientras se prende un cigarro, aunque no logra poner en palabras hacia dónde tiene que ir.

Pérez nunca participó de ningún sindicato médico porque dice que se sientan en la misma mesa empleados y patrones. "Es muy difícil estar en ese sindicato", señala quien actualmente se desempeña tres veces por semana como médico general en la policlínica de San Carlos. Hizo tres años de anestesista pero no se recibió aunque trabajó durante un tiempo como tal porque la cátedra lo habilitaba. "Nunca dije que era anestesista. No soy como (el vicepresidente Raúl) Sendic", tira y se ríe. Asegura que fue una "vergüenza" tanto la actitud del vicepresidente –que dijo tener título de licenciado en genética humana que no tenía–, como la defensa que el Frente Amplio hizo de él.

«El Frente Amplio es más socialdemócrata que una izquierda auténtica. Es necesario corrernos más para ese lado pero no como dice el MPP»

Comenzó a trabajar a los 12 años de gondolero en un supermercado y a los 14 quiso cambiar de trabajo para comprarse un rifle. "Cosas para matarte no te voy a comprar", le dijo en aquel entonces su padre, que le transmitió la afición por las armas que hoy decoran su casa sobre la ruta 9 en San Carlos. El día que iba a comenzar a trabajar de lavaplatos en un hotel, el rifle lo esperaba en su cuarto. "Mi padre era seco y hablaba bastante poco", recuerda con admiración, y apunta que era mecánico y "dormía cuatro horas por días". "Una bestia", dice.

El diputado se armó un polígono de tiro en el fondo de su vivienda al que acude "cada tanto" para pasar el rato. Tiene arcos y armas de distintos calibres. "Todas registradas", se ataja, mientras juega con uno de los siete perros que corren por el frente de la casa.

De su infancia, remarca que sus padres siempre lo dejaron quejarse pero si no compartía las cosas "a llorar al cuartito". "Me dejaban hablar y por eso, creo, me importa tanto la libertad", dice quien desafió en varias oportunidades la disciplina partidaria que impone el Frente Amplio.

"La actuación de Sendic y la defensa del Frente Amplio en ese tema (título universitario) fue una vergüenza"

De hablar pausado y tranquilo pero calentón y muchas veces impulsivo, los allegados resaltan que siempre "va de frente". "Tiene un gran olfato político", asegura Sergio Mier, diputado por Treinta y Tres y compañero fundador de la Liga Federal. Su postura contraria en 2013 a la ley de regulación del mercado de la marihuana –que finalmente terminó votando por disciplina partidaria– fue uno de los puntos de mayor notoriedad de un diputado que por quinto período consecutivo ocupa su lugar en el Parlamento. De origen blanco, entró por primera vez a la Cámara de Diputados como representante de Asamblea Uruguay porque unos "compañeros veteranos" lo fueron a buscar. "Te llevamos de candidato a diputado, no vas a salir pero nos vas a ayudar", le dijeron previo a las elecciones de 1994 en las que finalmente entró por primera vez en la cámara. "No lo podía creer", recuerda.

Había militado cuando era estudiante e incluso fue presidente del Movimiento Estudiantil Nacionalista. Esa militancia y su participación en el Grupo de Resistencia Antifascista (GRAF) lo llevaron a caer preso en 1975, en plena dictadura. Estuvo un año encapuchado en un colchón y otros cinco con libertad vigilada.

"Se calienta fácil y toma decisiones rápido pero tiene un gran olfato político", dice Sergio Mier

Cerca de la apertura democrática, participó de una de las coordinadoras del Frente Amplio pero cuando el hoy partido de gobierno respaldó el pacto del Club Naval (1984) entendió que era un error estratégico y volvió a sus inicios. Militó en la Corriente Popular Nacionalista (CPN) junto al exembajador en España y Estados Unidos, Carlos Pita, pero el respaldo del Partido Nacional a la ley de caducidad en el plebiscito de 1989 otra vez lo alejó de los blancos. Perdió la pasión por la política por un tiempo y recién se le despertó "el bichito" otra vez cuando fue electo diputado.

En Asamblea Uruguay estuvo dos años y se alejó por diferencias con el modelo de conducción de Astori. Ahí fundó su propio espacio: Cabildo 1813 que algunos años después se transformaría en la agrupación nacional Liga Federal que hoy representa. Pérez dice con orgullo que su sector nunca tuvo un cargo público, ni departamental ni a nivel nacional. "Hemos sido frenteamplistas por gusto y por ganas", asegura. Solo en el segundo mandato de Óscar De Los Santos en la Intendencia de Maldonado, la Liga Federal tuvo al director de Deportes y a otros directores sociales.
Se presenta como un hombre duro y severo, pero Mier lo define como un "tipo cercano".

Darío Pérez escapa de los órganos partidarios porque se hacen "muchos discursos ideológicos innecesarios" para convencer a quienes ya están convencidos y solo va cuando "hay que pelear algo". Tiene un representante en la Mesa Política y "casi nunca" va a la mesa departamental. Repite que al Frente Amplio le falta autocrítica y asegura que Sendic tendría que renunciar. Considera que fue positivo "para algunos compañeros" que el oficialismo haya perdido la mayoría parlamentaria en la Cámara de Diputados porque "los obligó" a darse cuenta de que hay que negociar hacia la interna y hacia afuera. "No me gustaba cuando blancos y colorados con mayoría nos aplicaban la aplanadora y tampoco me gusta cuando lo hacemos nosotros", critica, y asegura que "hay compañeros" que todavía no se dieron cuenta de que ya no tienen los 50 votos asegurados.

Ya tiene decidido que respaldará al intendente de Montevideo, Daniel Martínez, como el próximo candidato a la Presidencia por el Frente Amplio y apuesta por la renovación generacional, aunque dice que el ministro de Economía, Danilo Astori, "se merece" ser candidato por su trabajo por el partido. Reconoce la honestidad intelectual del jerarca a pesar de las "diferencias" y de que no estuvo más de dos años en Asamblea Uruguay. En noviembre de 2015 dijo que si las elecciones fueran en ese entonces las perdían. Ahora considera que no alcanzarían la mayoría parlamentaria. "La oferta de la oposición es escasa y su principal candidato, Luis Lacalle Pou, tiene un techo bajo", reflexiona.

La Intendencia, viejo anhelo

Una asamblea con 100 militantes de Cabildo 1813 –el antecedente de la Liga Federal– lo designó como precandidato para las elecciones municipales de Maldonado del 2000. Con 98 votos a favor y dos en contra lo colocaron en un lugar que no estaba convencido que tenía que asumir. "Acepté el mandato de la asamblea y después me dí cuenta de que no estaba preparado y no tenía equipo", dice. Ganó la elección interna con el 52% de los votos y fue el retador del candidato del Partido Nacional, Enrique Antía, que a la postre fue electo como jefe del gobierno departamental. "Si ganaba estaba regalado", recuerda.

Después le tocó perder dos veces, en 2005 y 2010, contra su compañero de partido Óscar De Los Santos (Alianza Progresista) y en las elecciones de 2015 fue nuevamente derrotado por Antía. "En las últimas elecciones estaba preparado y tenía equipo", lamenta. Adjudica la derrota a un cúmulo de factores en los que su compañero y rival De Los Santos aparece con un papel protagónico. "Estaba preocupado por proyectar su imagen a nivel nacional y su sector no fue para adelante en las departamentales", asegura. Tras la victoria de De Los Santos en 2005, cuatro de los cinco ediles electos por el sector de Pérez se fueron con el intendente electo.

A mediados de marzo de este año tuvo un fuerte cruce con De Los Santos luego de acusarlo de ser cercano a Wilson Sanabria, exdirigente colorado y padre de Francisco Sanabria, procesado por distintas estafas realizadas a través del Cambio Nelson. Pérez aseguró que De Los Santos fue electo en 2005 con el apoyo de Sanabria. "Es evidente. El sector de Sanabria no sacó ediles. ¿A dónde fueron esos votos?", se pregunta.

Su rival fernandino lo acusó en ese entonces de hacer declaraciones "miserables" y aseguró que Pérez "lejos está de la visión colectiva" que representa el Frente Amplio. "Todavía lamenta las derrotas personales", escribió en una columna publicada por su sector Alianza Progresista. El Observador habló con Óscar de lo Santos pero prefirió no hacer comentarios sobre su compañero de partido.
La última derrota le dolió a Pérez. Sobre todo porque era favorito para ganar y se sentía preparado para ocupar el sillón municipal. Pero sus cuatro derrotas electorales no son impedimento para ir, una vez más, por la revancha.

Rendición de Cuentas

Cuando las rendiciones de cuentas ingresan al Parlamento, las miradas caen sobre unos pocos diputados del Frente Amplio que ya han desacatado la disciplina partidaria. Darío Pérez es uno de ellos. En 2016, el presidente Tabaré Vázquez se tuvo que comprometer con Pérez, Sergio Mier (Liga Federal), Luis Puig (PVP) y Gerardo Núñez (Partido Comunista) a formar comisiones para buscar más recursos para la educación para el año siguiente para que los diputados votaran la Rendición de Cuentas.

El martes 20, Astori ingresó un nuevo proyecto de Presupuesto al Parlamento.
"No hay margen", dice el diputado carolino sobre posibles reclamos o reasignaciones de recursos. La aplicación de impuestos a los juegos de azar responde a demandas de varios sectores, entre ellos la Liga Federal.

La firma robada

Para Pérez, estudiar medicina era "un sueño" pero a pesar de ser un buen alumno perdió en varias oportunidades el examen de ingreso a la Universidad de la República (Udelar). Tras varios intentos fallidos decidió prepararse en la academia de Ruben Cassina, médico y docente de la Facultad de Medicina. Pero su libertad vigilada le exigía un permiso especial del decano de esa casa de setudios para poder trasladarse a Montevideo a estudiar. Cuando Cassina supo de esto lo convocó a la facultad. Cassina apareció con una hoja firmada y le pidió a otro muchacho que redactara: "El ciudadano Darío Pérez es aceptado...". Cuando terminaron el trámite, Pérez se dio cuenta que la hoja, que había sido robada por Cassina, tenía la firma del decano. "O estudio o caigo de nuevo", pensó y, con 23 años, empezó la carrera.

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