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Una desesperada búsqueda de sobrevivientes bajo los escombros

Brigadas de voluntarios trabajan contrarreloj para encontrar personas con vida entre las ruinas
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21 de septiembre de 2017 a las 05:00
Mientras la ayuda internacional está en camino, las muestras de solidaridad no cesan y rescatistas de otros países se pliegan a las tareas en México, en este momento la prioridad apunta a encontrar sobrevivientes del terremoto que azotó este martes al país, exactamente 32 años después del temblor que devastó la capital y dejó cuantiosos daños y miles de muertos.

Mientras las imágenes que difunden los medios de comunicación seguían siendo tan dramáticas como las divulgadas apenas se produjo el terremoto, los equipos de rescate continuaban trabajando contrarreloj este miércoles abocados a la búsqueda de personas que pudieran estar aún vivas y entre los escombros.

Según los últimos reportes suministrados por las autoridades locales, la cantidad de víctimas que dejó este nuevo temblor en México había aumentado hasta este miércoles a 225 personas
.
De ese total, al menos 21 eran niños de una escuela del distrito federal que, al igual que sus maestros, quedaron atrapados en los restos del edificio derrumbado.

El presidente, Enrique Peña Nieto, que dispuso tres días de luto en el país, marcó cuál es hoy la prioridad. "Continuar el rescate de quiénes aún se encuentran atrapados y dar atención médica a los heridos", dijo el mandatario en un mensaje emitido por cadena nacional luego de recorrer distintos lugares del distrito federal.

Rescate en el colegio

Terremoto en México
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Buena parte de los esfuerzos de las brigadas de rescate apuntaban a encontrar con vida a posibles sobrevivientes del derrumbe del colegio Enrique Rébbsamen, ubicado en el sur de la capital.

Se calcula que en el edificio de tres pisos, que quedó reducido a solo uno, murieron 21 niños y otras 30 personas quedaron atrapadas entre los escombros.

En los alrededores de la escuela, las escenas no podían ser más estremecedoras, pues padres visiblemente consternados y con los ojos inundados de lágrimas, aguardaban en las afueras a la espera de alguna novedad esperanzadora sobre sus hijos.

"No hay poder humano que pueda imaginar el dolor que estoy pasando", dijo, en un testimonio desgarrador, Adriana Fargo, mientras esperaba información sobre su hija desaparecida, en un refugio improvisado a la intemperie.

Una dentista que trabajó como voluntaria toda la noche relató la forma en que vio sacar algunos cuerpos de la escuela.

Pero aún así los rescatistas y voluntarios, con picos, palas y hasta con sus propias manos seguían tratando de remover escombros para encontrar a algunos de los niños o sus maestros. Incluso algunos de ellos llevaban este miércoles casi un día entero sin dormir y mal alimentados, pero su entereza y su espíritu era contagioso para el resto.

"Silencio, por favor... No caminen, no respiren... tratamos de escuchar las voces", imploraba, altavoz en mano, un policía, mientras los voluntarios, con linternas en la cabeza, proseguían la búsqueda.

Hasta la noche de este miércoles, 11 niños y una maestra fueron hallados con vida, pero también 26 cadáveres, 21 de los cuales pertenecían a alumnos del centro.

Mientras eso sucedía en la capital, en Puebla y Morelos, otros dos estados afectados por la magnitud del terremoto, ya habían comenzado las ceremonias fúnebres para honrar la memoria de algunas de las víctimas.

En medio de la tragedia, la petrolera estatal Pemex dijo que garantizaba el abastecimiento de combustible.

230 muertos

Era el balance de víctimas hasta anoche: 100 en Ciudad de México, 69 en Morelos, 43 en Puebla, 13 en el Estado de México, 4 en Guerrero y 1 en Oaxaca.

39 edificios

Se derrumbaron solo en el distrito federal, pero las autoridades dijeron que se debbe revisar la estructura de otros 500 a 600 inmuebles dañados.

169 millones

De dólares son los que dispondrá Ciudad de México, ya que al decretarse el estado de emergencia se activó un fondo especialmente creado para atender crisis de gran magnitud.

Cuando falla la tecnología

Por segunda vez en menos de dos semanas, la tecnología le falló a los mexicanos, quienes recibieron tarde o nunca un mensaje de alerta privado que debía advertirles sobre la inminencia de un sismo fuerte, como el que azotó parte del país este martes.

Antes del breve pero potente terremoto de 7,1 grados, muchos capitalinos tampoco escucharon un sistema de alarma estatal que sonó cuando la tierra ya temblaba.

El desconcierto cundió entre muchas personas que preguntaban "¿por qué no sonó?".

El reclamo creció ante la violencia de este o terremoto, que derrumbó 39 edificios y dejó daños en otros 600, según datos divulgados por la alcaldía.

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