Muharrem es un joven turco que padece sordera, y objeto de una sorpresa que apuntó a hacer de su entorno un lugar más "amigable" con quien padece una discapacidad. Su hermana, con la ayuda de una conocida marca de tecnología, les enseñaron lenguaje de señas a varias personas de su ciudad, e instalaron cámaras por distintas zonas para filmar las reacciones de Muharrem cuando las personas se comunicaran con él.
El joven salió de su casa con su hermana y enseguida comenzó la filmación. Luego de un mes de preparativos, todas las personas que se cruzaban con él podían comunicarse mediante señas. Al principio, Muharrem pensó que se trataba de casos aislados, pero los saludos y los gestos de amabilidad en lenguaje de señas no paraban de multiplicarse.
"¿Qué está pasando?", le preguntó el joven a su hermana, sin entender por qué todos los vecinos podían comunicarse con él. Al final del paseo, la cámara oculta se develó y Muharrem descubrió que le habían preparado una sorpresa. El joven, visiblemente emocionado, no pudo contener el llanto frente a todas las personas que habían participado de los preparativos.