La
Unión Europea (UE) intentará este lunes presionar al gobierno de
Turquía para que la ayude a frenar la llegada de miles de migrantes y controlar una crisis que está poniendo en peligro la unidad del bloque.
Los 28 se reunirán en Bruselas con el primer ministro turco Ahmet Davutoglu para intentar hacer frente a la llegada masiva de demandantes de asilo, que en 2015 alcanzaron la cifra récord de 1,25 millones.
La cumbre, la segunda en menos de cuatro meses, coincide con un clima tenso entre Turquía y la UE, muy crítica con la política represiva del presidente islamoconservador Recep Tayyip Erdogan, como demuestra la reciente intervención de un diario de oposición.
A finales de noviembre, la UE firmó con el gobierno de Ankara un "plan de acción" para detener a los miles de migrantes que salen de las costas turcas en dirección a las islas griegas. Los demás países del bloque aseguran que Turquía no cumple con eso y deja partir a miles de personas.
Tras un gira en los Balcanes, Grecia y Turquía, el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk se mostró optimista el viernes y afirmó que existe "un consenso europeo (...) para una estrategia global que, si se pone en marcha de manera leal, puede frenar los flujos".
Tusk propone aplicar al pie de la letra los acuerdos de libre de circulación entre la mayoría de los países de
Europa para que sólo puedan entrar en Grecia las personas que hacen una demanda de asilo.
Esta medida permitiría levantar este mismo año los controles fronterizos decididos unilateralmente por algunos países de la UE —un intento de frenar el avance caótico de los migrantes hacia el norte— y también expulsar a los "migrantes económicos" hacia Turquía, que luego los devolvería a sus países de origen.
Por el momento, la UE quiere convencer a Turquía de que cumpla el acuerdo de noviembre y ponga en marcha en junio un sistema para readmitir en su territorio a los migrantes irregulares.
Como signo de buena voluntad, el gobierno turco ha aceptado readmitir a más de 800 migrantes de origen magrebí que pasaron a Grecia.
Los europeos también quieren que Turquía refuerce la lucha contra los traficantes de personas, con la ayuda de la OTAN.