Una feria, siete estaciones

Perú, Tomás de Mattos, más ofertas, literatura para niños y jóvenes, nuevos narradores uruguayos, más presencia de historietas, y una mayor preocupación por la estética. Esos son siete puntos de referencia a tener en cuenta para acceder a esta nueva edición de la Feria Internacional del Libro, que irá hasta el lunes 10 en la Intendencia de Montevideo.

Esta es la primera vez en que un país figura como invitado de honor y realiza un despliegue a lo largo de 400 metros cuadrados en el hall del entrepiso. El espacio de Perú en la feria tiene ambientación propia y plantea un recorrido por exposiciones, libros, un pequeño escenario para espectáculos y también da la oportunidad de descubrir la célebre gastronomía del país. Perú, además, hace un fuerte despliegue con siete escritores invitados entre los que pasaron y pasarán el celebrado Alfredo Bryce Echenique y Jaime Bayly.

La muerte de Tomás de Mattos en Tacuarembó, en marzo, terminó de consagrarlo ante el público como uno de los mayores escritores uruguayos de los últimos cincuenta años. Precisamente por eso la Feria integra su nombre de varias maneras, en tres conferencias y una exposición (además de que el stand de Penguin Random House está decorado con su imagen).

La muestra en cuestión es de su hijo, el artista Ignacio de Mattos, y consiste en óleo pasteles inspirados por el fallecimiento de su padre. Una de esas pinturas está en la portada del libro Vida de gallos, una recopilación póstuma de cuentos que podría convertirse en uno de los bestsellers nacionales de la Feria.

Si bien los primeros dos stands que se destacan al entrar a la carpa de la explanada son los de la librería América Latina y el de la editorial Fin de Siglo, este espacio tiende al mundo de las ofertas y los saldos.

Distribuidores e importadores aprovechan la oportunidad para alivianar sus depósitos. Este año se incorpora la editorial Océano, con un stand en el que se pueden encontrar novelas, libros infantiles y de texto a buenos precios. También en el Outlet y en el local El Rebusque hay material interesante.

Penguin Random House montó un espacio cerrado, bien decorado e incluso con pantallas, que genera la sensación de que se está en un lugar aparte. La librería Escaramuza tiene también un espacio grande, montado con estructuras de madera que se encastran y un espacio diferenciado para cada editorial que distribuye. La distribuidora Origen hizo énfasis en las historietas y decora su espacio con figuras recortadas de superhéroes, a tamaño real.

El recambio generacional se nota entre los títulos que se estrenan y las conferencias. La editorial Fin de Siglo hace énfasis en su colección de narrativa, en la que entre otras incluyen la elogiada novela Pichis, de Martin Lasalt y Verde, de Ramiro Sanchiz. La Casa Editorial Hum, de la que surgió la última ola de autores no veteranos, presenta Historia de nuestros perros, recopilación de cuentos de Agustín Acevedo Kanopa, un autor cuyas ventas se han disparado en este año.

La literatura infantil y juvenil, el género de mayor crecimiento en estos años, es omnipresente. Autores nacionales y extranjeros, novelas de menos de cien páginas y novelas gruesísimas se combinan en buena parte de los stands. El Grupo Planeta es el sello que más recientemente se ha metido en el tema, con una flamante colección de autores nacionales. Pero a la cabeza de este movimiento aparece el nuevo libro de Harry Potter, El legado maldito, que acaba de llegar en español.

La historieta ha ido creciendo con el paso de los años y este año se afirma como una propuesta más dentro de la Feria. Stands como los de Dap Libros, Distril, Origen y otros le dan un espacio destacado. Pero la historieta nacional tiene un espacio destacado en el stand de AUCH, la asociación que nuclea a sus creadores.