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¿Una medida kirchnerista en Uruguay?

Contrario su histórica política exterior, el gobierno anunció la suba de la tasa consular
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23 de junio de 2017 a las 05:00

Por Ignacio Bartesaghi

Recientemente el gobierno anunció la suba de la tasa consular, una carga a las importaciones poco conocida por la población, pero de incidencia directa en el precio de muchas de las mercaderías adquiridas desde el exterior del país.

La mencionada tasa fue creada en la década de 1970 y eliminada en el año 1991 con la creación del Mercosur, en momentos en que existía un consenso en cuanto a la necesidad de favorecer el comercio regional, bajando aranceles y otras restricciones a las importaciones. Debido a la profunda crisis que se enfrentó en 2002 y acompañando las trabas impuestas por las principales economías del Mercosur, dicha tasa fue reinstaurada.

A partir de ese momento, comenzó un proceso cargado de leyes presupuestales y decretos que reconocían lo inapropiado de aplicar una carga a las importaciones con el solo fin recaudatorio, por lo que se marcó una y otra vez su fecha de eliminación. Para dar cierre a la Rendición de Cuentas y Balance de Ejecución Presupuestal, el gobierno sorprendió elevando la tasa del 2% al 5% para las importaciones de extrazona y del 2% al 3% para las provenientes de los países del Mercosur.

La medida tomada por el gobierno, que aún debe aprobarse en el Parlamento, tendrá múltiples impactos. El más inmediato tiene que ver con el precio de algunas mercaderías importadas, mayormente los bienes de consumo. En definitiva, a los elevados costos que ya se abonan por el arancel del Mercosur y los escasos acuerdos comerciales con los que cuenta el bloque, se le adiciona una carga todavía más pesada, la que es inocente pensar no será trasladada al precio de venta.

Desde el punto de vista de las negociaciones internacionales, lo primero que debe observarse es cierta incongruencia en la política exterior del país, ya que desde la cancillería se fomenta la apertura comercial, incluso con algunas acciones concretas que luego no encuentran relación con este tipo de medidas. Lo cierto es que la decisión del gobierno, va contra una recomendación expresa realizada a Uruguay por la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el último Examen de Política Comercial correspondiente al año 2012. En la misma línea, el reciente Acuerdo de Facilitación del Comercio de la OMC, es claro en cuanto a que los miembros de la organización no deben aplicar aranceles o tasas con un espíritu recaudador.

A lo mencionado, es altamente probable un nuevo reclamo de los socios del Mercosur, debido a que dicha tasa no se le cobra a México por los compromisos asumidos con este país en el marco del tratado de libre comercio. Al perdurar en el tiempo, esta discriminación se transformó en descabellada, como también lo es pensar que la Unión Europea no objetará el cobro de la tasa en el marco de las negociaciones en curso con el Mercosur. A su vez, poca dosis de coherencia se observa cuando se identifica a China como el nuevo socio estratégico de Uruguay, pero se aplica una medida que afecta principalmente las compras desde dicho origen.

En términos políticos, llama la atención que el país enfrente sus compromisos presupuestales afectando pilares de su política exterior, especialmente los vinculados con el respeto a los organismos internacionales y la estabilidad de las reglas de juego, lo que por cierto es uno de los argumentos a los que regularmente acude el país para defender la captación de inversiones. A la vez, me pregunto si no debería tomarse en cuenta el contexto regional, donde es clave dar señales de apertura, justo en momentos en que Argentina recibe la Conferencia Ministerial de la OMC, o si por otra parte, no es riesgoso enturbiar la agenda bilateral con dicho país, la que ha mejorado sustancialmente durante la administración de Macri.

En definitiva, fue el presidente de un partido político el que después de una reunión con el ministro de Economía y con una cancillería aún en silencio, anuncia la suba de una tasa que si bien es poco conocida, afecta a las importaciones de forma directa. Pero fundamentalmente, alerta sobre la posible futura aplicación de políticas del tipo kirchnerista, en cuanto a la primacía otorgada a la recaudación sobre el respeto de los pilares que históricamente han marcado la política exterior del país.

*Director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica del Uruguay. Doctor en Relaciones Internacionales e Integrante del Sistema Nacional de Investigadores. Twitter: @i_bartesaghi

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