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Una novela sobre los fans adolescentes y sus ídolos musicales
Éste es el mar, de la argentina Mariana Enríquez, es una novela sobre las relaciones entre fans adolescentes y sus ídolos musicales
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19 de agosto de 2017 a las 05:00
Aunque no se lo nombre entre la constelación de estrellas que aparecen en esta novela, la presencia del Indio Solari planea sobre este nuevo trabajo de la argentina Mariana Enríquez, que vuelve a sorprender a sus lectores, esta vez con un texto que tiene como eje las relaciones perversas que se generan entre los adolescentes y sus ídolos musicales.
El texto seguramente se inspiró en ese fenómeno inexplicable para los sociólogos que es la convocatoria desmedida que genera cada vez que se presenta en vivo el exlíder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. La devoción religiosa de los fans, sus largas peregrinaciones y el amor incondicional de cientos de miles de jóvenes por un hombre ya mayor, son un enigma para la mayoría de los estudiosos.
No así para Mariana Enríquez, que tiene claro que hay fuerzas más allá de lo humano que mueven los hilos detrás del escenario, que crean ídolos de la nada y después los destruyen para convertirlos en leyenda. Esas fuerzas son encarnadas por las Luminosas, seres inmateriales capaces de soplarle al oído un futuro hit al músico elegido o de convertirlo en adicto cuando llega la hora de que muera para ser inmortal.
La protagonista principal de la historia es Helena, que al ser ascendida a Luminosa debe convertir en leyenda a James Evans, líder carismático del grupo Fallen. La tarea no es sencilla, pero cuenta con la ayuda de otras Luminosas que ya han tenido éxito.
Lo que puede sonar a disparate se transforma en una buena novela gracias a la prosa tersa y espesa de Enríquez, que poco a poco va convenciendo al lector con sus argumentos. Pero, sobre todo, porque cuando parece que el texto se le va de las manos, lo controla y lo lleva hacia otra dirección, lo que desconcierta al lector y lo vuelve a meter en la trama para tratar de entender mejor de qué va la cosa.
Pero no todo es fantasía en Éste es el mar, ya que Helena, convertida en mánager de Evans para poder controlarlo, analiza a la masa de jóvenes y su comportamiento psicótico. Es notable cuando describe las diferencias entre los adolescentes de ayer y los de hoy, señalando una a una las condiciones que impone la época digital.
El fanatismo amoroso expresado en Facebook, Twitter e Instagram, y el chusmerío globalizado que permite saber la marca de la pasta de dientes del cantante adorado, suponen un cambio de paradigma, un otro mundo que Enríquez ve con recelo.
Muy interesante también es el catálogo de muertes inentendibles de gente talentosa como Jimi Hendrix, Elvis Presley, Sid Vicius, Jim Morrison, Brian Jones o Kurt Cobain. Enríquez cuenta cada una de las circunstancias extrañas en las que fallecieron estos grandes músicos, lo que le da solidez a su línea argumental fantástica.
Pero lo que realmente importa en esta novela está dicho en dos capítulos breves del libro. En el primero de ellos, la autora hace una magnífica pirueta para ponerse del otro lado del mostrador y mostrar con elocuencia el enorme vacío que anida en el pecho de cada uno de esos adolescentes que eligen a alguien que no es de su familia, ni un amigo, ni un amor verdadero, para idolatrarlo y seguirlo adonde sea.
En el segundo, cuenta la imponente y dramática historia de Evans antes de ser una estrella, lo que humaniza todo el asunto y lo baja a tierra firme definitivamente. Cuando el lector junta estas dos partes discursivas, se entiende perfectamente la hipótesis humanista que lanza Enríquez para entender la raíz de esa extraña comunión entre los jóvenes de hoy y sus ídolos musicales.
Integrante de una generación llamada a suceder a escritores como César Aira o Elvio Gandolfo, Mariana Enríquez vuelve a demostrar con esta novela breve y contundente que es una de las voces más interesantes de la vecina orilla.
Editorial: Penguin Random House
Páginas: 128 páginas
Precio: $ 390
El texto seguramente se inspiró en ese fenómeno inexplicable para los sociólogos que es la convocatoria desmedida que genera cada vez que se presenta en vivo el exlíder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. La devoción religiosa de los fans, sus largas peregrinaciones y el amor incondicional de cientos de miles de jóvenes por un hombre ya mayor, son un enigma para la mayoría de los estudiosos.
No así para Mariana Enríquez, que tiene claro que hay fuerzas más allá de lo humano que mueven los hilos detrás del escenario, que crean ídolos de la nada y después los destruyen para convertirlos en leyenda. Esas fuerzas son encarnadas por las Luminosas, seres inmateriales capaces de soplarle al oído un futuro hit al músico elegido o de convertirlo en adicto cuando llega la hora de que muera para ser inmortal.
La protagonista principal de la historia es Helena, que al ser ascendida a Luminosa debe convertir en leyenda a James Evans, líder carismático del grupo Fallen. La tarea no es sencilla, pero cuenta con la ayuda de otras Luminosas que ya han tenido éxito.
Lo que puede sonar a disparate se transforma en una buena novela gracias a la prosa tersa y espesa de Enríquez, que poco a poco va convenciendo al lector con sus argumentos. Pero, sobre todo, porque cuando parece que el texto se le va de las manos, lo controla y lo lleva hacia otra dirección, lo que desconcierta al lector y lo vuelve a meter en la trama para tratar de entender mejor de qué va la cosa.
Pero no todo es fantasía en Éste es el mar, ya que Helena, convertida en mánager de Evans para poder controlarlo, analiza a la masa de jóvenes y su comportamiento psicótico. Es notable cuando describe las diferencias entre los adolescentes de ayer y los de hoy, señalando una a una las condiciones que impone la época digital.
El fanatismo amoroso expresado en Facebook, Twitter e Instagram, y el chusmerío globalizado que permite saber la marca de la pasta de dientes del cantante adorado, suponen un cambio de paradigma, un otro mundo que Enríquez ve con recelo.
Muy interesante también es el catálogo de muertes inentendibles de gente talentosa como Jimi Hendrix, Elvis Presley, Sid Vicius, Jim Morrison, Brian Jones o Kurt Cobain. Enríquez cuenta cada una de las circunstancias extrañas en las que fallecieron estos grandes músicos, lo que le da solidez a su línea argumental fantástica.
Pero lo que realmente importa en esta novela está dicho en dos capítulos breves del libro. En el primero de ellos, la autora hace una magnífica pirueta para ponerse del otro lado del mostrador y mostrar con elocuencia el enorme vacío que anida en el pecho de cada uno de esos adolescentes que eligen a alguien que no es de su familia, ni un amigo, ni un amor verdadero, para idolatrarlo y seguirlo adonde sea.
En el segundo, cuenta la imponente y dramática historia de Evans antes de ser una estrella, lo que humaniza todo el asunto y lo baja a tierra firme definitivamente. Cuando el lector junta estas dos partes discursivas, se entiende perfectamente la hipótesis humanista que lanza Enríquez para entender la raíz de esa extraña comunión entre los jóvenes de hoy y sus ídolos musicales.
Integrante de una generación llamada a suceder a escritores como César Aira o Elvio Gandolfo, Mariana Enríquez vuelve a demostrar con esta novela breve y contundente que es una de las voces más interesantes de la vecina orilla.
Éste es el mar
De: Mariana EnriquezEditorial: Penguin Random House
Páginas: 128 páginas
Precio: $ 390
